por Ibán de Rementería //
Las elecciones recién pasadas ponen de manifiesto seis lecciones a recoger para bien pasar a la segunda vuelta presidencial el próximo 17 de diciembre:
- Ha quedado establecido el fin de binominalismo con la instauración política de los tres tercios. Esto implica el desplazamiento definitivo de la ideología concertacionista y la política de la transición basada en la política de los acuerdos, pero, a la vez, ha quedado en claro que la derecha es un tercio mayoritario con el 44,5%, que le sigue la centro izquierda expresada por la Nueva Mayoría (NM) con el 22,7% y la Democracia Cristiana (DC) que queda reducido a un 5,8% (votación presidencial), la novedad ahora es que asciende como tercera fuerza política el Frente Amplio con el 20,2%%, mientras los proyectos personalistas de izquierda suman 6,5% del electorado solamente. Lo claro, por ahora, es que ni el FA ni la NM puede por separado derrotar a la derecha.
- La derrota de la centro izquierda tanto a nivel de la NM como de la DC se hace evidente, ya que la izquierda alternativa expresada por el FA casi la alcanza con una estrecha diferencia 22,7% y 20.2% entre ellas. En el caso de la DC el fracaso del centro político es evidente con el predominio de los “disidentes” que representan a la izquierda luego de la derrota cuantitativa de Goic. En los hechos las bajas convocatorias de las candidaturas de Lagos Escobar y Goic muestran que esa opción por el centro político no llama a muchos electores.
Esta situación de devaluación electoral del centro político tiene profundas implicaciones ideológico políticas frente a quienes han pretendido instaurar la tesis cultural, valórica, de que las clases medias ascendentes mayoritarias son individualistas y solo quieren condiciones favorables para realizar emprendimientos exitosos como trabajadores por cuenta propia (cuentapropistas), no queriendo vincularse a ningún sistema de protección social y económica que coarte sus derechos y libertades, tal cual lo plantean el Rector Peña, Otone, Tironi o Bitar. Como bien lo dice la economista canadiense Noam Klein: “El gran triunfo del neoliberalismo ha sido convencernos de que no hay alternativa”.
- Por lo anterior es constatable una creciente polarización de la política nacional, lo cual es puesto como una amenaza al sistema institucional republicano por los concertacionistas y la derecha. Esta polarización ha sido clara en la DC y también afecta a la derecha, así mientras la extrema derecha la vota a Kast, RN desplaza de la mayoría al interior de Vamos Chile a la UDI. Aquí se está manifestando la dinámica de la situación estratégica del “ascenso a los extremos”, lo que expresa tanto la creciente emancipación ideológica como la rebeldía social las grandes mayorías nacionales, ante la incapacidad política para la redistribución del poder como la incompetencia económica para la redistribución de la riqueza del actual régimen político y económico, esto, como es sabido es un fenómeno creciente por todo el mundo. Seguramente es difícil de identificar la polarización política en el Partido por la Democracia (PPD), pues allí no hay grandes diferencias ideológico políticas, como también sucede en el PS, pero si mucho desgaste y deserción.
- Para derrotar a Piñera en la segunda vuelta Guillier debe radicalizar sus propuestas programáticas, no se trata simplemente de continuar las políticas del actual Gobierno sino que de transformarlas y profundizarlas para garantizar los derechos sociales fundamentales en salud, educación y seguridad social, así como también, explicitar que para financiar esas reformas se requiere recuperar las rentas del Estado sobre los recursos naturales, los obras y los servicios públicos, ya que de no hacerlo tales propuestas aparecen como demagógicas y populistas. Como lo ha dicho el Alcalde Sharp, no se trata de hacer un pacto anti Piñera entre las cúpulas del FA y NM, se trata de hacerle una propuesta de reformas atractiva a los electores del FA y no de pactar su incorporación a un eventual gobierno.
- En lo interno del Partido Socialista es la única organización política donde la centro izquierda no se ha visto afectada en su poder, tampoco ahora en esta elección, lo que es una manifestación concreta del clientelismo político que rigen tanto sus relaciones internas como aquella con los sectores que dice representar. Lo anterior, pese a las graves acusaciones de clientelismo financiado por el narcotráfico. Es en esta situación de imperio del clientelismo y el caciquismo que ninguna de las candidaturas parlamentarias propuestas por la Izquierda Socialista lograron obtener éxito pese al formidable coraje y esfuerzos desplegados por esas compañeras y compañeros así como los equipos que los acompañaron y, claro, al poco o ningún respaldo político y económico de la conducción nacional del Partido. Esto exigen con urgencia un Ampliado Nacional de la Izquierda Socialista para analizar la situación, rendir cuentas la actual Coordinación Nacional y tomar resoluciones políticas y organizativas.
- Con estas elecciones ha quedado el claro el fiasco que son las encuestas electorales, mostrando así que su finalidad última es la propaganda política. Además, el fantasma del abstencionismos se hizo difuso, con un 50%, seguramente debido a la convocatoria a nuevos electores que ha tenido el FA, su proximidad en votos a la NM seguramente se debe más a este efecto que a haberle quitado parte importante de la votación a esta.
(el autor milita en el Núcleo Valparaíso Socialista del PS)