por El Porteño
La riquísima experiencia política del levantamiento popular del 18 de octubre recién comienza a procesarse. Se trata de la mayor explosión de la lucha de clases después del Golpe del 73 y una inequívoca expresión del protagonismo obrero, de los trabajadores, que abrió una profunda crisis en el régimen capitalista, que hasta hoy, no logra cerrarse. La pandemia y el bombardeo electoral que se nos viene encima –plebiscito mediante— obligan a ajustar los análisis y centrar la discusión en aquellas cuestiones fundamentales para la clase trabajadora: una dirección política unificada y su programa, entendido esto último como teoría de la revolución socialista en nuestro país.