por Guillermo Correa
Mientras el presidente Boric compartía honores junto a la Armada de Chile en la Plaza Sotomayor de Valparaíso este 21 de mayo, diversas Organizaciones de Derechos Humanos se manifestaron repudiando enérgicamente este hecho, denunciando el papel primordial jugado por la marina en la implementación y ejecución del golpe de Estado de1973, la participación directa de sus integrantes en las brutales y sistemáticas violaciones de derechos humanos ocurridas en nuestra región y a lo largo del territorio nacional, y el pacto de silencio que hasta el día de hoy mantiene esta institución sin entregar los antecedentes necesarios para aclarar numerosas situaciones, como es, por ejemplo, el caso del sacerdote miguel Woodward asesinado por las torturas aplicadas en distintos recintos de reclusión, incluyendo el buque escuela Esmeralda, que hasta el día de hoy continúa como Detenido Desaparecido, conducta institucional que ha contribuido a mantener la impunidad que se instaló en Chile, más allá de las condenas individuales que han afectado a un número reducido de agentes del terrorismo de Estado en nuestro país.