por Oscar Orellana
“Es imposible reflexionar sobre la historia y la política (y el suscrito agregaría la economía) sin constatar el importantísimo papel que ha jugado la violencia en los asuntos humanos, por lo que, a primera vista, resulta bastante sorprendente que raramente haya sido objeto de una consideración específica.” (Hannah Arendt, Sobre la violencia, Alianza editorial, 2018).
“La violencia subjetiva es simplemente la parte más visible de un triunvirato que incluye también dos tipos objetivos de violencia. En primer lugar, hay una violencia “simbólica” encarnada en el lenguaje y sus formas, la que Heidegger llama nuestra “casa del ser”. Como veremos después, esta violencia no se da sólo en los obvios (y muy estudiados) casos de provocación y de relaciones de dominación social reproducida en nuestras formas de discurso habituales: todavía hay una forma más primaria de violencia, que esta relacionada con el lenguaje como tal, con su imposición de cierto universo de sentido. En segundo lugar, existe otra a la que llamo “sistémica”, que son las consecuencias a menudo catastróficas del funcionamiento homogéneo de nuestros sistemas económicos y políticos.” (Slavoj Zizek, Sobre la violencia, Editorial Paidos,2009).
Dejémonos de hipocresías: “Hay cosas que nunca desaparecen. Entre ellas se encuentra la violencia. La modernidad no se define, precisamente, por su aversión a esta.” Así comienza la introducción del libro titulado “Topología de la Violencia” del filósofo coreano Byung-Chul Han (1959-¿?), libro interesante de leer y “conversar con él” (con el libro) por estos días en nuestro país (Chile), donde generalmente se tiene en cuenta la violencia física (material y corporal) que es la más evidente e inmediata, sin hacer mayor referencia a la violencia simbólica, violencia sistemática, violencia estructural, u otras formas de violencia más sutiles.
Leer más