por Guillermo Correa
El sábado 22 de julio se desarrolló, como hemos informado el relanzamiento del libro de la CAM «Chem ka rakidiuam». La misma tuvo lugar en la Casa de la Memoria de Valparaíso, concurriendo a la Ismael vocero de la CAM Rafael Pichun, el historiador Igor Goicovic y el abogado Gustavo Burgos. talesson las transcripciones de sus intervenciones.
GUSTAVO BURGOS (ABOGADO):
Cuando organizamos esta actividad lo hicimos en el entendido, como ya se ha indicado, de que esto no es solamente una instancia de difusión de un problema político de primera magnitud, como es la situación del ataque que perpetra el Estado desde hace ya varios años en contra del pueblo mapuche, sino que, además de ser un acto de difusión de ideas, es además un acto de combate y un acto de lucha del propio pueblo, en relación con este movimiento que desde más de veinte años viene agitando en primera línea la lucha de clases en nuestro país. Por eso es que, por más que aparezcamos individualizados acá como profesionales, nuestra participación acá no tiene que ver en modo alguno con una cuestión de tipo profesional, sino principalmente por una cuestión deposición política y creemos que, en ese sentido, es muy importante subrayar esta cuestión, porque, al igual que los que están acá, muy probablemente, los hechos, en general, que forman parte de este asunto, explican la convocatoria, que, además, para el Grupo de Apoyo a los Presos políticos de la CAM, resulta, no sé si sorprendente, pero sí muy estimulante las circunstancias de que ustedes estén acá en este minuto, en circunstancias que en general las actividades de la CAM y de los Presos políticos Mapuche han resultado, y resultan, totalmente aisladas por los medios de comunicación del régimen. Esa es la primera idea que quiero asentar y que tiene que ver con el carácter de esta actividad.

En segundo lugar, hablar de la dimensión jurídica del ataque que perpetra el Estado en contra del pueblo mapuche es un poco mezquino, porque en realidad todo hecho político, todo hecho de la lucha de clases puede ser observado desde el punto de vista jurídico, y cuando decimos del punto de vista jurídico, estamos hablando, estamos diciendo, desde un punto de vista normativo. Un foco pequeño observar un hecho de tal magnitud, como es la lucha de liberación nacional del pueblo mapuche, desde el punto de vista de las normas. Indudablemente esto tiene una dimensión normativa, y lo que voy a tratar de hacer, brevemente, dentro del espacio de tiempo de que dispongo, es de indicar al menos dos o tres ideas centrales que tienen que ver con la dimensión que en este momento el Movimiento Mapuche ha adquirido en su relación con el régimen.
Como primera idea, y que es la fundamental, es que consideramos que la movilización del pueblo mapuche es una expresión de liberación nacional. En consecuencia, toda la perorata del régimen, la perorata del post modernismo, la perorata gubernamental y de la derecha, en orden a que estaríamos en presencia de un movimiento que tiene características terroristas es absurdo, de momento que estamos hablando de la liberación de un pueblo que no se reconoce como parte integrante del pueblo chileno y, en consecuencia, lo único que hace es ejercer su derecho a alzarse en armas en contra del régimen. Esto es una cuestión que sirve para caracterizar todas y cada una de las acciones de masas, sin embargo, estas en particular, tienen un elemento especial, y es el hecho de que tienen lugar en un momento capital dentro del proceso de descomposición del régimen capitalista en Chile. A qué me refiero con esta cuestión, a una cosa que es sumamente importante. Durante semana santa, en abril de este año, nosotros presenciamos un hecho, desde el punto de vista jurídico, capital, absolutamente capital, y esto es la aprobación, prácticamente por la unanimidad del Parlamento, todas las fuerzas políticas, de una ley de impunidad retroactiva, que es más conocida como la Ley Retamal o la Ley Naim-Retamal. Esta ley no tiene parangón en la historia jurídico penal en nuestro país Ni siquiera Pinochet se atrevió a dictar una norma de estas características. A partir de ese momento, ustedes lo deben conocer, solo quiero señalar, es norma, en lo sustancial lo que establece es la impunidad para los agentes policiales que en el cumplimiento de su cargo resulten responsables de la muerte de cualquier otra persona, y, en consecuencia, se estable una legítima defensa privilegiada, vale decir, una inimputabilidad, en definitiva, de una conducta penal para el policía que actúa de esta manera. Esto es un hecho, reitero, ni Piñera se atrevió jamás a plantearlo. Pinochet, el año 78 dictó una Ley de Amnistía respecto a hechos que habían ocurrido, ni la CNI contó con una norma de estas características. Y cuando hago esta comparación no estoy haciendo una exageración, lo estoy poniendo en relación con los únicos elementos con los cuales, en nuestra historia política y nuestra historia jurídico penal, podría este hecho compararse.
Entonces tenemos que concluir que esto no solo es la dictación de una norma, sino que es una inflexión en el régimen, que apunta precisamente a golpear a los trabajadores, de golpear a las masas, de golpear al pueblo, con medidas represivas desconocidas hasta el día de hoy. No estoy diciendo de que la policía ahora pueda matar y antes no, estoy diciendo que ahora la policía puede matar y eso cuenta con el respaldo jurídico de toda la institucionalidad. Eso no había ocurrido nunca. Nunca en nuestro país había ocurrido una cosa de esta naturaleza.
Como tampoco había ocurrido, que es la segunda idea que quiero plantear, de que un dirigente, como Héctor Llaitul, vocero de uno de los máximos referentes del Movimiento de Liberación Mapuche y dirigente de la CAM, haya sido encarcelado desde agosto del año pasado, casi un año ha pasado encarcelado, haya sido puesto tras las rejas, formalmente, esto no es una interpretación, formalmente, por haber desconocido la institucionalidad del régimen. Esto no es una interpretación mañosa mía, esto lo dijo el Ministerio Público, lo dijo el Fiscal en la Audiencia de Formalización, y lo dijo, igualmente, el abogado del Ministerio del Interior. Señalaron, dentro de los elementos que permitían establecer la peligrosidad de Héctor Llaitul, la circunstancia de que él había prestado declaración a la salida de un tribunal desconociendo la institucionalidad del Estado. Y este hecho es punible por una ley del año 58, que remite a toda la tradición de la legislación fascista en todo el mundo, que es la Ley de Seguridad Interior del Estado, que, precisamente, sanciona delitos de opinión. Esto, de nuevo, no es susceptible de interpretación, si un gobiernista quiere impugnar esto va a tener que pasar por encima de este hecho, alguien que quiera defender esta medida va a tener que pasar por encima de este hecho de que a Héctor Llaitul, la razón por las que en estos momentos está encarcelado, es por las ideas que ha promovido. Y este es un hecho que no solamente habla de la situación de Lallaitul, sino que habla, especialmente, de las características que comienza asumir el régimen.
La circunstancia que nosotros estemos acá, pequeño paréntesis, en estas condiciones, en que hemos dio acogidos generosamente por la Casa de la Memoria de Valparaíso, no puede soslayar la circunstancia que esta misma actividad se ha intentado realizar en múltiples lugares en el país, en Concepción, y en todos esos lugares esto ha sido impedido. Esto no es un capricho, en consecuencia, simplemente de las autoridades, es una decisión criminal, es una decisión de lesa humanidad que proviene desde las más altas esferas del Estado, que proviene desde La Moneda y que proviene del Presidente de la República. Esto tampoco puede ser impugnado ni puede ser puesto de alguna manera en entredicho. Lo que hizo el gobierno al encarcelar a Héctor Llaitul, porque es el gobierno responsable, es el gobierno el que tiene la titularidad de esta acción, que es la Ley de Seguridad Interior del Estado, tuvo esto como efecto dominante, como efecto determinante.
Quiero señalar, además, que, al encarcelar a LLaitul, junto con este hecho, hay un conjunto de compañeros, no solo de la CAM, no solo del Movimiento Mapuche, también los compañeros del estallido que han sido objeto, idénticamente, del mismo tratamiento por parte del aparato del Estado. Esto tiene las características de una involución del régimen hacia formas dictatoriales. No es el primer caso en la historia, en Latinoamérica no es el primer caso, tenemos el caso de Perú con Fujimori, tenemos Bordaberry en Uruguay, regímenes que se inician formalmente como democráticos terminan como dictaduras, y eso es lo que nosotros estamos viviendo acá, y este segundo elemento me parece fundamental que se entienda, para comprender cuál es la naturaleza de este acto y cuál es la naturaleza de la lucha del pueblo mapuche en este minuto en concreto.
Quiero terminar señalando una cuestión que es más de contexto, pero que es igualmente alarmante, es igualmente alarmante, y es la circunstancia de que, desde las vísceras del régimen, el gobierno está impulsando medidas que lo único que hacen es acentuar esta situación, lo único que hacen es agravarla en un modo extremo, y para recurrir a esto, solamente -no he hecho ninguna referencia a las cuestiones laborales ni las cosas de economía que lo caracterizan como un gobierno de extrema derecha- me voy a referir solamente a las cuestiones penales y que tienen que ver con las libertades públicas. Hay un proyecto de ley, algunos de ustedes lo deben conocer, que es el de la Ley Antitomas. La Ley Antitomas ha sido presentada en los medios de comunicación como una forma de preservar el derecho de propiedad de todos los que estamos acá, de toda la población, esa es la idea, cierto, para que a nosotros no nos quiten la casa, y aparece el Ministro diciendo bueno lo que tenemos que hacer, acá hay narcos que les están quitando las casas en las poblaciones a la gente, etcétera. El discurso se nutre, o aspira a nutrirse con un carácter democrático. Sim embargo, la legislación que se está en estos momentos en la fase final, esta semana por instrucción de la Ministra del Interior Carolina Toha, el gobierno le puso extrema urgencia. Vale decir, esto va a estar votado en una semana. Qué es lo que dice esa ley. Esa ley profundiza lo que está expuesto ya en la legislación actual que es de la Ley Retamal. Ya sabíamos que por esa legislación se autoriza a la policía a disparar cuando le parezca si está en un cometido funcionario, y pueda matar a quien se le ocurra. Pero ahora el régimen sube su apuesta y establece una figura, una ficción jurídica de “flagrancia permanente”. Cuando hay una ocupación de algún inmueble, puede ser una casa, un terreno, puede ser en la ciudad, puede ser en el campo, como el caso del pueblo mapuche, se presumirá de que estamos en una situación de flagrancia. Qué es lo que significa, que la autoridad policial pueda actuar sin requerimiento de la autoridad y sin autorización judicial. Retrocedemos, no sé si a 1810, probablemente retrocedemos como dos mil años en teoría penal. No hay en el mundo, salvo en Israel, normas de esta naturaleza. No existen normas que habiliten a la policía al ejercicio de actividades que son propias de discernimiento en el ejercicio del poder, no existen, no existen, esto no es una exageración. Se construye esta figura de la flagrancia y se les autoriza para actuar de la misma manera de que la policía estuviese, para que se entienda bien la idea, presenciando un homicidio o una violación, la policía no necesita autorización judicial, del funcionario, público para actuar, se entiende no, tiene un sentido lógico. En el caso de una ocupación, por naturaleza, la flagrancia es un hecho que se agota con la sola instalación de una persona en un lugar determinado. Si se aplicara esa norma, a rajatabla, la verdad es que carecería de bastante importancia o de bastante relevancia que existiese siquiera en nuestro país un sistema judicial. Para que existen tribunales, basta con que la policía constate esto y pueda actuar siempre, de manera absolutamente omnímoda, sin ningún tipo de limitación.
Pero hay algo más en esta ley, algo que es aún más grave y es que esta figura de legítima defensa que el legislador introdujo en la Ley Retamal, también se va a incorporar en esta llamada Ley Antitomas, que es una ley que modifica la figura de la usurpación (la usurpación siempre ha sido delito, actualmente es un delito, no es que ahora se vaya a sancionar, siempre es un delito, lo que pasa es que tiene penas, procedimientos y estructura penal que tienen un contenido que es compatible dentro de un procedimiento democrático, vale decir no existe esta figura de la flagrancia permanente).
Qué es lo que dice esta norma. Dice que se presumirá que existe legítima defensa frente a cualquier acción que despliegue el propietario para recuperar un inmueble. Qué es esto, en la práctica. En el papel suena así, está bien, si a mí me quitan mi casa puedo ir y sacar a las personas, eso es lo que dice el sentido común. Pero la aplicación, la mecánica de esta norma a lo que conduce es a la legalización de los grupos paramilitares. Es a eso lo que va. O sea, los grupos armados, formados por los propietarios, en la Araucanía, los trizanos, todos los grupos fascistas, y también en las ciudades ha ocurrido, ha habido ataques a tomas en Santiago, también organizadas por los propios propietarios, que tienen el carácter formal de grupos fascistas, de grupo paramilitar como es conocido en otros lugares, y esta situación, en particular, se encontraría refrendada por esta legislación.
Termino señalando lo siguiente. Se incorporó la semana pasada una modificación a la Ley Antiterrorista. Esta modificación a la Ley Antiterrorista, que es una ley de la época de la dictadura, ha sido objeto de múltiples cuestionamientos por parte de las autoridades, con motivo del caso bombas y todos estos chascarros que ha tenido el Ministerio Público a nivel nacional; cada vez que estalla una bomba las autoridades comienzan a agitar la idea de que hay que aplicar esta Ley Antiterrorista, etcétera. Tiene una serie de beneficios para el Estado la aplicación de esta ley. Es una ley que impide la defensa adecuada, permite incomunicaciones, permite interceptación, permite violentar en una barbaridad de derechos procesales. Sin embargo, esta propia ley, ha sido objeto de múltiples cuestionamientos en la Corte Interamericana porque se estima violatoria tanto de derechos constitucionales, del debido proceso, como de obligaciones que tiene el Estado suscrito por Tratados Internacionales. Esta ley, este gobierno, inclusivo, ambientalista, mascotas, toda esa historia que la conocemos perfectamente, ha introducido una modificación que deja a la Ley Antiterrorista en un capítulo de los teletubis. El proyecto de modificación que se está introduciendo invoca dos figuras que son muy importantes¸ la primera es la del autor, la del instigador, que es distinto del autor intelectual. Y qué es el instigador, aquel que sostiene la legitimidad del acto delictivo, del acto terrorista. Eso es lo primero, y lo segundo, ya no va a ser necesario que se pruebe que se ocasione terror en la población, porque se dieron cuenta estos infelices de que eso es muy difícil de probar, la voluntad, entonces, se van a limitar a modificar el tipo penal estableciendo que se trate de actos que socaven la institucionalidad. Si se aplica esta ley, en armónica comprensión con la Ley Antitomas, con la Ley Retamal, con las leyes que ya existen, la Ley de Seguridad Interior del Estado y la Ley Antieterrorista, no es tampoco un decir en este país no existe democracia en ningún sentido, ya no solo desde el punto de vista de la criminalización de todas formas de conflicto social, se acaba absolutamente cualquier tipo o forma de libertad de expresión. Esto que acabo de decir, de acuerdo a esa ley que se puede votar en un mes más, es un delito y me hace a mí pasivo de ingresar a la cárcel, porque indudablemente este discurso socava la institucionalidad, y esto compañeros, con esto termino, es el contexto en el que se ha dado la lucha del pueblo mapuche. Este contexto y esto es algo que quiero dejar tremendamente subrayado, esto es algo que explica, especialmente, la situación de Llaitul. Él, yo diría, lo comentábamos con algunos compañeros hace poco, seguramente es él, Assange y algunos diez más, a nivel mundial, que están en esta situación, pero eso por sus ideas. Las otras imputaciones penales que pesan sobre él son realmente bagatelas, son multas. La razón por la que él se encuentra un año encarcelado es por haber proclamado la liberación del pueblo mapuche.
IGOR GOICOVIC (HISTORIADOR):
Respecto del contexto de más largo aliento, de más larga duración hay múltiples aspectos que se podrían enfatizar o señalar. Sin lugar a dudas el más relevante es que la situación actual de la lucha del pueblo mapuche constituye una novedad en cuanto a las dinámicas específicas que esta ha venido adquiriendo, en especial en estas últimas dos décadas, muy particularmente desde el 2007 en adelante. Pero no obstante ello, también muchos de los elementos que explican esas luchas del movimiento de liberación nacional mapuche tienen que ver, en definitiva, con los conflictos que se comenzaron a gestar en especial hacia la década de 1860 con el Estado nación chileno. Es decir, mirado con una perspectiva de más largo aliento, no constituyen fenómenos estrictamente novedosos, sino que tienen que ver con una experiencia histórica que se ha venido encadenando a través del tiempo, respecto de la cual el Estado nación chileno no ha tenido la voluntad política de resolverla, y, muy por el contrario, y tal como se señalaba en la exposición anterior, los mecanismos de control y disciplineamiento que el Estado ha venido adoptando, se han venido reforzando, a propósito precisamente de esas dinámicas, o de esas demandas liberadoras que el pueblo nación mapuche ha venido desplegando o desarrollando.
Me gustaría señalar tres aspectos que pueden ser interesantes a efectos de la discusión o del debate en torno al tema. En primer lugar, que las políticas que de una manera u otra se habían venido desarrollando desde el siglo XVI y hasta comienzos del siglo XIX, las políticas de la monarquía española, de una u otra forma reconocían l autonomía del pueblo mapuche al sur del río Biobío. Ese es un elemento relevante porque, de una u otra forma, la jurisprudencia, podríamos señalarlo de esa manera, asumía que al sur del río Biobío había un pueblo, no solo con una entidad, desde el punto de vista social y cultural diferente, sino que con formas de representación social y política que eran distintas y, por lo tanto, con las cuales no solo se combatía, no solamente había guerra, sino que también había negociaciones y había Parlamentos. Y sobre la base de esa relación, en este caso en particular, la corona española reconoce, precisamente, la autonomía de la población al sur de los territorios del río Biobío.
El Estado nación chileno cuando se constituye a comienzos del siglo XIX, asume esa jurisprudencia, la asume de mala gana habría que decirlo de manera mucho más clara, en cuanto a que la noción de que todos quienes habitan el territorio de Chile somos chilenos, de una u otra manera anulaba esa condición de independencia y autonomía que la población mapuche tenía en esos territorios del wallmapu. Por lo tanto, ahí hay un primer elemento que es importante de tener presente. El Estado nación chileno al momento que se constituye, asume esa realidad de hecho o de pacto que se había venido gestando desde el siglo XVI hasta comienzos del siglo XIX, y la mantiene, de manera relativa, a lo menos hasta la década de 1850.
Pero esto cambia a partir de la década de 1860, las transformaciones económicas que viene experimentando Chile en el marco del desarrollo del capitalismo, particularmente el desarrollo de las actividades agropecuarias que experimentan un importante grado de modernización, precisamente a partir de esta época, inducen, por una parte, al desarrollo de las explotaciones económicas, no solamente en el valle central, sino que también al sur, en este caso al sur del río Biobío, y, por lo tanto, generan, en relación con ese espacio en particular, una demanda de tierras, demanda de tierras que en este caso en particular pretende satisfacer los intereses de los colonos que en este momento se están instalando y se están desplegando en esos territorios. Es una colonización que está dada básicamente, por una parte, por colonos de origen extranjero, alemanes, suizos, franceses, italianos, pero también por colonos chilenos, que en el marco de las políticas del Estado que estimulan o auspician precisamente el desarrollo de esas políticas de colonización, conceden tierras al sur del río Biobío, evidentemente sin tomar en consideración ni el parecer, ni la disposición de ocupación que en este caso el pueblo nación mapuche venía ejerciendo o desplegando en esos territorios.
Ahí hay un primer momento en términos de punto de inflexión a propósito de lo que había sido la relación que en este caso el pueblo mapuche tenía con la corona española, y que se modifica desde la década de 1860 respecto del Estado nación chileno. Eso explica, en buena medida, el arribo, la instalación y los procesos de explotación de la tierra que, en este caso en particular, los colonos comienzan a desplegar en esa zona con el auspicio, con el aval, del Estado.
Evidentemente que una situación de esta naturaleza marca lo que podríamos denominar históricamente como el inicio del despojo, y eso inaugura el segundo momento, que es el que quiero enfatizar. Es el de la resistencia mapuche frente a ese proceso que el Estado junto con los colonos habían venido desplegando. La población mapuche se articula, se constituye no solamente como movimiento social y político, sino que, a su vez, también, como un movimiento de carácter político militar que resiste, en este caso en particular, ese proceso invasivo que los colonos por una parte y que el Estado nación chileno por la otra están desplegando, desarrollando, en esta zona en particular. Esto adquiere su punto más álgido en la década de 1870, cuando las políticas del Estado enfatizan la necesidad de despejar esos territorios y ese efecto se llevan a cabo una serie de acciones represivas marcadas fundamentalmente por la estrategia de aniquilamiento, que, en este caso, el ejército nacional chileno comienza a desplegar en este territorio, en particular respecto a aquellas comunidades que han encabezado o liderado la lucha de resistencia respecto a lo que estaba sucediendo.
Hacia la década de 1880 ese fenómeno recrudece con el retorno de las tropas chilenas, después de la Guerra del Pacífico, conflicto que como ustedes saben se desarrolla entre 1879 y 1883, cuando ya la guerra culmina, en su fase más álgida hacia 1881, las tropas retornan al territorio nacional y se despliegan en los territorios del wallmapu, precisamente para aplastar lo que queda de resistencia mapuche en esa región.
Las políticas que en ese sentido se llevan a cabo van a ser particularmente violentas, particularmente radicales, usando toda la tecnología que en ese momento reportaba el desarrollo del capitalismo. El armamento del cual dispone el ejército chileno, ya no es el armamento de comienzos del siglo XIX, es un armamento mucho más sofisticado, con ametralladoras que permiten una cadencia de tiro mucho mayor, con fusiles de repetición, con obuses que cargan metralla, es decir, con una serie de recursos de carácter técnico que facilitan aún más todo este proceso de ocupación, instalación y pacificación, como se denominó eufemísticamente a lo que se estaba llevando a cabo en ese minuto. La derrota de la resistencia mapuche hacia 1884, entorno a Villarrica, marca, por lo tanto, el punto de cierre del segundo momento en el desarrollo de la conflictividad en la región.
Pero a partir de la década de 1920 en adelante, el pueblo nación mapuche se organiza a través de otras estructuras, o de otras formas en este caso, de conducción de sus reivindicaciones , que tienen que ver fundamentalmente con el espacio institucional por una parte, muchas colectividades mapuche se constituyen , elijen representantes que concurren en este caso al Parlamento de la República, en un intento por tratar de resolver desde adentro los problemas históricos que se habían venido gestando desde comienzos del siglo XIX. La institucionalidad política, en ese sentido, fue concebida como un espacio a través del cual , eventualmente, se podían alcanzar o resolver alguna parte, a lo menos, de las reivindicaciones, que en este caso en particular, se venían desplegando precisamente desde la etapa más álgida del conflicto armado.
De la misma manera, los partidos políticos, no solo los de izquierda en este caso en particular, Partido Comunista, Partido Socialista, abrieron su puertas a las comunidades mapuche a efecto de que utilizaran los espacios de los partidos políticos para acceder a la representación parlamentaria, sino que también otro tipo de referentes, que hoy día nos podrían llamar la atención, como el Partido Democratacristiano o el Partido Liberal, es decir, partidos de centro y partidos de derecha que , en este caso, asumían que efectivamente existía un conflicto histórico, que ese conflicto histórico tenía que tener voces de la comunidad mapuche para ser expresado o representado ante el Parlamento, y buscar por esa vía instancias de solución. Hay que señalarlo también con bastante claridad, esas instancias no dieron respuesta, no dieron solución, ese camino que transitaron las comunidades mapuche a través de la institucionalidad política, entre 1920 y 1973, no fue próspero desde el punto de vista de las reivindicaciones de las demandas, si bien es cierto que durante el período de la Unidad Popular hay un reconocimiento implícito de las comunidades mapuche y desde esa perspectiva hay una atención mayor a los problemas, en este caso del pueblo nación mapuche, la demanda histórica de reconocimiento de la autonomía, de la independencia, y, por lo tanto, el derecho a ejercer esa soberanía y esa independencia en u territorio específico no ha sido asumida y, por lo tanto, no ha sido resuelta adecuadamente por la sociedad chilena.
Hoy día, evidentemente, transcurridos más de 200 años prácticamente de este conflicto, con estas características en particular, el requerimiento que se plantea es eminentemente político. Tiene que ver con hacernos cargos como sociedad, ya no solo como Estado, sino como sociedad, de que tenemos una deuda pendiente, que esa deuda pendiente necesariamente pasa por hacer, o contribuir con todos aquellos elementos que estén a nuestro alcance para los efectos de acompañar y de solidarizarnos con las luchas del pueblo mapuche, pero asumir a su vez también que los desafíos que en este caso en particular tiene el movimiento de liberación mapuche, son también los desafíos que tiene, en este caso, el movimiento popular chileno. No se puede transitar, en ese sentido, por vías paralelas, pretendiendo, en este caso en particular, que los problemas del movimiento popular chileno son ajenos a los problemas de las comunidades mapuche, o pretendiendo que los problemas de las comunidades mapuche son los únicos problemas que enfrenta hoy día la sociedad chilena.
Hoy día es necesario hacernos cargo de que todos aquellos requerimientos que tienen que ver con la lucha contra el capitalismo, por una parte, que tiene que ver con las nuevas dinámicas que está asumiendo el régimen policial y autoritario que tenemos en Chile al día de hoy, y del cual es expresión de continuidad la actual administración, tienen que ser enfrentados colectivamente, tanto por el Estado, como por los pueblos originarios que en este momento levantan banderas específicas respecto a las cuales nosotros tenemos que tener también respuestas.
RAFAEL PICHÚN COLLONAO (VOCERO DE LA CAM):
Mi nombre es Rafael Pichún, actual vocero de la organización mapuche Coordinadora Arauco Malleco del wallmapu. Agradecido por recibirme acá, como decía el compañero anteriormente hemos tenido bastante dificultad para ir a entregar nuestros mensajes en las ciudades, porque tenemos el enemigo muy potente y muy cercano siguiéndonos a cada momento.
Nosotros andamos presentando el libro “Chem Ka Rakiduam”, el pensamiento y la línea política que tenemos nosotros como organización mapuche.
Yo soy werken del lof Temulemu, hijo del lonko fallecido ya Pascual Pichún, uno de los fundadores de la CAM en los años 90. En este tiempo me ha tocado llevar adelante este trabajo de la vocería de la organización, asumiéndolo con el compromiso que se merece.
Voy a contar un poco cómo se inicia la organización, para después terminar hablando de lo que está ahí en el libro.
El compañero hablaba un poco de la historia nuestra, nosotros no somos, no creamos la historia, tampoco somos después del golpe militar, tampoco somos después de la pacificación. Nosotros como pueblo nuestro primer enfrentamiento político en que nos quisieron ocupar fue en el período inca, los derrotamos. Luego estuvo el imperio español, y todos sabemos también que los derrotamos. Ahora tenemos este conflicto con el Estado y la República chilena.
Después del año 1881, cuando ya Chile ocupa definitivamente y militarmente nuestros territorios, hubo u retroceso muy gigantesco en nuestra forma de vida mapuche y que acabó con toda la resistencia que hubo en ese tiempo. Aproximadamente 100 años nos costó como pueblo volver a levantarnos, y a levantarnos en la lucha revolucionaria, con nuevos términos.
En los años 90, después que ya el Estado de Chile pasa al proceso de cambio de gobierno, no sé si la estructura cambió, para nosotros, como lo vemos de allá, es lo mismo. No sé cómo lo verán ustedes. Pero, de una dictadura militar pasa a ser otra dictadura más buena onda, pero sigue siendo dictadura.
En los años noventa nuestros viejos, mi papá que era bastante joven, comienzan a organizarse, y también con este llamado donde se cumplían 500 años de la ocupación también del territorio Abya Yala. Ahí hay una necesidad enorme de los jóvenes de volver a reivindicarse y a sentirse útil dentro del mundo mapuche, y comienza esto de lo que se llama las recuperaciones territoriales.
En esos tiempos ya habían organizaciones, no sé si ustedes conocen algunas, estaba Ad Mapu, ligado a la izquierda, al Partido Comunista; estaba el Consejo de Todas las Tierras, con un personaje famosillo, que se llama Aukan Huilkaman; eran otra cosa, pero hicieron su aporte en su tiempo. Comienzan las ocupaciones de predios, se llamaba la toma simbólica, así se empezó a llamar. Era bien simpático el término y también atraía a mucha gente. Muchas comunidades se metían a los predios, marcaban, hacían gillatún, quedando enganchada algún tipo de conversación con los propietarios, o con los usurpadores, y con el Estado, en este caso con la CONADI, porque la CONADI ya fue creada. Pero pasaron tiempos y los viejos venían haciendo lo mismo año tras año, tras año y se dieron cuenta que por ahí no se iba a solucionar el tema territorial.
Comienza otro proceso, con gente mucho más joven y ahí aparece lo que se llama la Coordinadora Arauco Malleco, la CAM. En el año 97, esa historia es bien conocida la de los tres camiones en Lumaco, pero fue la chispa que incendió donde todos nosotros nos sentimos orgullosos de ser mapuche. No fue como lo quiso mostrar, y como lo sigue queriendo mostrar el enemigo, fue un orgullo para nosotros golpear el corazón del capitalismo en ese tiempo. Y se comienza a reorganizar y se levantan muchas comunidades, y muchos jóvenes están dispuesto a convertirse en combatientes, en weichafe. Nace la Coordinadora como una respuesta a todo eso y su lineamiento principal es ser una organización político-militar, que, hasta ese momento, después de haber pasado más de cien años, no existía. En ese tiempo mucha gente vehía en esto como una locura de cabros jóvenes. Nosotros cumplimos 25 años este año que pasó, ahora vamos a cumplir 26, y le hemos dado la respuesta precisa y exacta a nuestro pueblo, desde ese tiempo.
Y comienza el trabajo de reconstrucción nacional y nuestro pueblo se siente respaldado por la organización. Nuestro pueblo necesitaba ese tipo de acto, de gente valiente, de weichafe, que lo pudiera defender del capitalismo.
Entonces hemos definido nosotros como política la reconstrucción de nuestro pueblo, como decía el compañero, la liberación de nuestro wallmapu. Ahí vamos haciendo algún tipo de trabajo importante, nosotros tenemos dos trabajos como organización, uno es el trabajo político, en donde vamos a las comunidades, a los controles territoriales a hacer el trabajo de reconstrucción nacional de nuestro pueblo, donde nuestra gente vuelva a vivir como mapuche, donde se levante la vida de nuestros antiguos, porque nosotros creemos mucho en eso, y creemos que esa es la respuesta para el mundo hoy día, de volver a vivir de la forma más natural.
Y también tenemos el trabajo militar. Hoy día podemos decir que tenemos un trabajo militar importante a través de los ORT, del Órgano de Resistencia Territorial. Son muchachos, jóvenes, mapuche, dispuestos a dar su vida por nuestro pueblo, con alta disciplina y valores. Nosotros lo hemos definido como una persona ejemplo para nuestros jóvenes. El trabajo de la ORT está mandatado por nuestro pueblo, a defender lo que se va construyendo. Nosotros tenemos controles territoriales en nuestros territorios, donde nosotros golpeamos a las forestales o al latifundio y los expulsamos, luego después se hace el control territorial, se hace la vida mapuche, se construye casa, se siembra, se hace vida mapuche, se hace Ngillatún, se hace Palin, se vuelve a hablar el mapudungün. Estamos con la idea de hacer también nuestras propias escuelas, nuestra propia forma de darle enseñanza a nuestros niños. Y os ORT son gentes jóvenes que están mandatados para nosotros para defender lo que se ha logrado, pero también están mandatados para llegar al corazón del capitalismo y destruirlo, a través de los sabotajes. Nosotros saboteamos a las empresas forestales y al latifundio. Nosotros, como han querido mostrar los medios de comunicación donde nos han querido vincular con acciones de vandalismo, con acciones que no representan nuestros valores. Nosotros hemos definido, y hemos sido claros y tajantes, de que nosotros golpeamos al capitalismo a través de sus expresiones en el territorio. Como vuelvo a decir que son las forestales en nuestro territorio mapuche y el latifundio.
Los weichafe tienen que ser personas íntegras, personas que se tienen que estar preparando día a día, y que son personas altamente vinculadas con el feyentún, con la tierra, con la espiritualidad. Son personas que entrenan militarmente, son personas que yo les puedo decir hoy día que tienen y crean elementos para defender nuestro pueblo. O sea, estoy hablando que nuestro pueblo, en estos últimos 25-26 años ha asumido la lucha militar para la liberación de nuestro pueblo.
Eso está acá en el libro. El caso de Toño Marchant, por ejemplo. El libro relata la historia de pocos años, porque también nosotros hemos tenido caído antes, el caso de Alex Lemún, el caso de Matías Catrileo, que igual se le hace un homenaje y lo recordamos. Pero en el caso del Toño es muy importante porque es un joven de la ciudad que vuelve a las comunidades y se forma como persona para ingresar a una ORT. Fue una persona íntegra, todos quienes conocimos a Toño sabemos que él fue una persona importante para nuestro proceso como organización y para nuestro pueblo.
Nuestra línea política es la liberación del Wallmapu, o la liberación nacional mapuche. Lo vamos realizando a través de pequeños pasos. Lo primero que se hace e ocupar espacios que están hoy día tomados por grandes empresas forestales y por los grandes latifundios. Expulsarlos. Y después estar dispuestos a hacer vida en autonomía en nuestro territorio, y luego defenderlo permanentemente. Hay casos y hay experiencias donde llevan 15 años, veinte años, donde los weichafe día a día tienen que estar preparados para defender el proceso.
La CAM ya está enraizada dentro del mundo mapuche, ya hay una línea política donde seguir, ya hemos mostrado al mundo quiénes son nuestros enemigos principales. Hay un tema ahí con las forestales, las forestales tienen tres millones de hectáreas ocupadas, plantadas con pinos y eucaliptus en nuestro territorio. Hay tres familias poderosas que ustedes seguramente se cruzan con ellos aquí mismo. Está la familia Angelini, Matte y Von Appen. Von Appen es dueño de la Forestal Cautín, es como la tercera fuerza forestal que está en territorio mapuche. Muchas de nuestras comunidades, de nuestros territorios en proceso de control territorial tienen conflicto con Forestal Cautín. Von Appen creo que tiene acá el puerto, estamos relacionados acá nosotros con un enemigo.
La importancia de que nosotros podamos conversar y podamos trabajar, llegar a un acuerdo como pueblo de cómo golpear el mismo enemigo. Nosotros allá lo golpeamos día a día de forma directa, saboteamos sus maquinarias, destruimos sus instalaciones forestales. Eso lo hacen los weichafe, que justamente estas relatadas las historias en el libro. No sé qué podemos hacer acá, ustedes son dueños de acá, no sé del puerto, pero es parte de la historia acá de la ocupación también.
Nosotros como pueblo mapuche, como pueblo en camino a la liberación necesitamos la solidaridad de ustedes, de todos los pueblos que están en lucha, el pueblo chileno en este caso que tiene también una necesidad de liberación. Nosotros estamos dispuestos a caminar juntos, entendiendo y respetando nuestras diferencias, y agradecido, porque veo harta gente que le interesó venir a comprar el libro, me imagino, y poder escucharnos también a nosotros de primera fuente, el trabajo que están llevando adelante la Coordinadora Arauco Malleco dentro del territorio Wallmapu.
¡Marichiweu!
PREGUNTAS DIRIGIDAS A RAFAEL PICHÚN:
P: ¿Cómo se entiende el apoyo territorial que hoy día tiene la CAM, y eso asociado a los últimos resultados electorales? ¿cómo se entiende que la derecha extrema haya tenido tan buenos resultados electorales en la IX región, en general, y algunas comunidades?
R: Nosotros somos un movimiento autonomista, desobedecemos la institucionalidad del Estado y cada elección que se hace, nosotros no participamos y le hacemos un llamado a nuestra gente a no votar. Pero sí nosotros hacemos una lectura también, no somos ajenos a mirar esa extraña forma de lo que sucede en el territorio. El tema de la política de derecha allá es muy fuerte, hay una línea muy marcada entre el enemigo y nosotros, el mapuche. Recordemos que todos los gobiernos han intentado hacer una línea donde intenta mostrar que hay mapuche buenos y mapuche malos, entonces nosotros, obviamente, en esa línea quedamos como los mapuche malos, pero a nosotros no nos importa porque tenemos un camino distinto. Pero esos mapuche buenos, me imagino que votan por la derecha, hay un mínimo porcentaje que votará por el otro sector. Revisamos las últimas votaciones y los mapuche, de allá en el territorio, un 18% de los mapuche votó. Así es que con eso te digo todo.
P: ¿cómo se plantea la CAM frente ante los desafíos que presenta la Ley Antitomas, a las leyes represivas que se están aprobando?
R: En relación a la Ley de Usurpación, nosotros tenemos una decisión ya tomada. Nosotros haremos un llamado al pueblo mapuche en general a que se tomen todos los fundos, todos los predios forestales y si van a encarcelarnos, que la usurpación sea de masas y que llenemos las cárceles de presos políticos. Cuando uno va a visitar a los peñi en las cárceles, uno termina saliendo con más newen, porque ellos están firmes, y uno dice, puchas que poco hago afuera, porque adentro los peñi están más claros que nadie, y con más fuerza; entonces, la respuesta no va a ser cobardía, no va a sr de retroceso. Nosotros sabemos que en algún momento van a crear más leyes contra el pueblo mapuche, entonces no vamos a entrar en ese juego. No nos lleven a su cancha. Nosotros tenemos el Movimiento de Liberación Nacional Mapuche y reivindicamos el territorio que es del Biobío al sur. Si quieren aplicar las leyes de usurpación desde Biobío hacia el sur, el pueblo mapuche tiene el derecho a un levantamiento general. Eso es lo más seguro que va a pasar peñi.
P: ¿Qué piensan de estas posturas que se vienen planteando desde ciertos sectores de la izquierda, y también de algunos sectores del pueblo, sobre esta idea como anticolonial, donde se plantean las disputas desde los sentidos comunes, desde la batalla en el campo de las ideas, y a mí la contradicción que veo en estas posturas, y me gustaría que me dieran su opinión al respecto, es que se quedan ensimismadas en el campo de la academia, de ciertos círculos, de ciertos espacios, pero también se ven comunidades que también plantean lo de lo anticolonial, de descolonizar el saber, cuál es su postura al respecto y de la organización al respecto; también hay hoy día sectores que se han, siento que es una pelea más cómoda, cuando en la acción directa hay que poner el cuerpo, la vida, creo que hay también una suerte de comodidad dentro de los sectores de las izquierdas, y de algunos grupos también, en nuestras prácticas políticas?
R: Nosotros como pueblo, por naturaleza, después de la colonización, tuvimos que ser anticolonialistas. Pero sí surgen elementos importantes en los últimos tiempos, donde la gran cantidad de nuestros jóvenes son preparados por el mundo occidental. Las escuelas, en tiempos de la colonización, fueron insertas en el corazón de nuestras comunidades con un fin, para hacernos desaparecer. Por lo tanto, de alguna forma ha ido haciendo su pega. Hoy tenemos montón de cabros mapuche que se autodenominan intelectuales, que le están haciendo la pega al enemigo, pero ellos pueden mostrar su cara como diciendo que son mapuche y que están en la lucha. Yo conozco a los verdaderos weichafe, a ellos quizás les cuesta un poco más entender la discusión que se está dando aquí, pero sí los veo que son anticolonialistas, porque han sido valientes al rechazar las comodidades que les ofrece la sociedad, que le ofrece este sistema, y he visto muchachos que han salido de la extrema pobreza de nuestras comunidades y que hoy día terminan siendo constituyentes, alcaldes, se meten en ese mundo, hasta historiadores hay algunos. Entonces es un tema bien complejo con nosotros, pero la respuesta de nosotros como organización es la misma, nosotros estamos en un carril paralelo a todo lo que se da en el mundo occidental. Sí tenemos esa preocupación de las escuelas, porque hoy día, además al mundo mapuche se le ha ofrecido ser parte de esta sociedad a través del folclorismo. A nuestros niños en la escuela le enseñan a bailar bonito, tocar los instrumentos bonitos de nuestro pueblo, pero está muy alejado de lo que quiere nuestro pueblo. Nosotros entendemos, pero nosotros todavía no estamos en ese, porque creemos que el enemigo es mucho mayor, el capitalismo. Pero sí existen grupos que son anticolonialistas radicales. Nosotros dentro del planteamiento político que entregamos a nuestros lof, a nuestras comunidades, es anticolonial. Tratar de que nuestros niños, nuestros jóvenes tengan lo menos posible el acercamiento con el sistema occidental.
Nosotros como organización hemos planteado una política de retorno a los jóvenes mapuche que son parte de la historia del despojo en nuestros territorios. Respecto a la pregunta del peñi si es más mapuche cuando uno tiene la sangre, la cara o si baila bien choike purrün, para nosotros hoy día el verdadero mapuche es aquel que lucha por sus territorios, por su autonomía. Y si hoy día, en las ciudades, no están esas condiciones, y las condiciones las tenemos nosotros en nuestros territorios, les abrimos las puertas, y les abriremos las puertas, a todos los que quieran ir a luchar por el territorio mapuche, para volver a hacerse mapuche. Están las condiciones.
Yo les planteaba que las forestales tienen tres millones de hectáreas ocupadas y la cantidad de mapuche que está en condiciones de ocupar esos territorios, es mucho territorio. Nosotros vemos en la ciudad un montón de mapuche ocupante de la ciudad y siempre me he hecho la pregunta, y se la hice a un grupo de santiaguinos, tiempo atrás ¿si ellos son felices en la ciudad o no?
Nosotros en nuestros lof, no sé si somos felices día a día, pero yo soy feliz luchando y combatiendo por la liberación de mi pueblo.