por Igor Goicovic
La crisis del Sistema de dominación inaugurada por la revuelta popular de octubre de 2019 continúa abierta y, cada vez, con un desenlace más incierto. Los resultados de los diferentes eventos electorales (convencionales, gobernadores, alcaldes, y concejales), convocados para el fin de semana del 16 y 17 de mayo de 2021 así lo ponen de manifiesto. Algunos antecedentes son, sin lugar a dudas, evidentes. A nivel de los convencionales constituyentes la derecha, agrupada en la Lista Vamos por Chile, obtuvo solo 37 de los 155 cupos disponibles. Pero la suerte de otros partidos tradicionales, como la Democracia Cristina (2) o el Partido Radical (1), no fue muy diferente. Solo el Partido Socialista, que integraba con los anteriores la Lista del Apruebo, escapó a esta tendencia alcanzando 15 representantes. Por su parte, la autodenominada izquierda progresista (Lista Apruebo Dignidad), eligió 28 convencionales, entre los cuales destacan los cupos obtenidos por Revolución Democrática (9), el Partido Comunista (7) y Convergencia Social (6). Descontados los 17 escaños correspondientes a los pueblos originarios, los restantes 48 cupos corresponden a una amplia y heterogénea gama de candidatos independientes, entre los cuales destacan los 22 convencionales electos por la Lista del Pueblo. Un escenario muy fragmentado que no permite, a nadie, sacar cuentas alegres respecto del texto que se debiera plebiscitar (en una fecha indeterminada), 60 días después de la entrega de la propuesta por parte de la Convención Constitucional.
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