por Cynthia Burgos
Ayer, desde temprano en la mañana, al interior de este histórico y emblemático partido político de nuestro país, no cesaron los correos internos, mensajes y análisis por whatsap, sobre lo que significa la renuncia de grandes figuras militantes, líderes de masas dentro del quebrado partido socialista, como Fernando Atria, abogado constitucionalista, ex precandidato presidencial y candidato a diputado, y Gonzalo Durán, el gran alcalde de la comuna Independencia, renuncias que cayeron como un balde de agua fría en la militancia. A estas renuncias siguieron y seguirán más en lo que sigue del mes. Pero esto pasa por algo, esta fuga de socialistas ya observada desde hace varios años, pero con mayor trascendencia hoy día, tiene claros orígenes y motivos.
Para nadie es una sorpresa a lo que ha devenido el otrora glorioso partido de los trabajadores, que marcó la historia de Chile, hoy oscuro e irrelevante, que debe recurrir a prácticas indefendibles para tener una cuota de poder, como es sus redes con el narcotráfico, adulteracion del padrón electoral , matonajes, y tantas cosas más que definitivamente, quienes en realidad creemos en la transformación de la sociedad mediante un proceso revolucionario, no podemos seguir haciéndolo desde el actual PS.
La corriente Izquierda Socialista, liderada por Atria y varios más, no tuvimos la capacidad de incidir en recuperar el PS, retomar sus objetivos y sus valores fundacionales, porque fuimos y somos minoría y porque ellos, la dirigencia y sus lacayos, coptaron el padrón electoral, ellos pagan por los votos y frente a eso no se puede competir, por lo tanto, hay que pensar otro camino, otro lugar, otra plataforma desde donde hacer socialismo. Porque cuando cantamos «prometamos jamás desertar» con el puño en alto, algunos lo decimos en serio, con la piel de gallina, a no desertar jamás de los principios socialistas, no es sólo un pensamiento romántico y banal; hay efectivamente un compromiso con la historia, pero que ya no es suficiente, precisamente porque honramos a nuestros compañeros y compañeras caídos en la lucha, nuestra tarea, nuestra revolución continúa.
No es, que porque renuncia Atria renunciemos muchos más; es darse cuenta y asumir que el PS en Chile, no es hoy, lo que fue el partido de Allende, donde había un ideal colectivo, un proyecto de sociedad que se defendió con la vida de tantos compañeros y compañeras, asesinados, torturados y desaparecidos; de ese tipo de militantes, de esos objetivos, hoy hay solo corrupción y clientelismo, su defensa es al capitalismo y están coludidos con la derecha en eso, sino como se explica estos 30 años de transición?, ya no hay nada que hacer en el PS.
Porque prometimos jamás desertar, muchos y muchas, renunciamos al Partido Socialista, con dolor, con años de análisis y reflexiones larguísimas, con tantas esperanzas rotas y tantas decepciones, con angustia… hay que decirlo. No es fácil, no ha sido un trayecto feliz.
Como nos legara el compañero Salvador Allende : «Sigan ustedes… Sabiendo que mucho más temprano que tarde, abrirán de nuevo las grandes Alamedas por dónde pase el hombre libre», no nos vamos para la casa, nos vamos a seguir trabajando y luchando para que algún día Chile sea un país libre. En esa lucha nos encontraremos nuevamente.
La tarea del momento, de los socialistas, es la construcción de un verdadero partido de la clase explotada , una organización de lucha de trabajadores, un partido para la Revolución Socialista. Esto no es una declaración abstracta ni de buenas maneras, es la determinación a seguir en la lucha en el seno de la clase trabajadora.
(la autora integra el Equipo Editorial de El Porteño)