por Mauro Salazar
A propósito de la Conferencia del Dr. Mauro Basaure*.
(Doctorado en Comunicación UFRO-UACh)
a Javier Agüero
quien me enseñó que en Octubre fuimos jóvenes…
jóvenes por última vez…
En cierta ocasión Michel Foucault escribía, “no me pregunten quién soy ni me pidan que permanezca invariable: es una moral de Estado civil la que rige nuestra documentación. Que nos deje en paz cuando se trata describir”[1]**. Hecha esta apostilla, que preside el espíritu de nuestra nota, cabe admitir que el trabajo de Mauro Basaure cultiva la contemporaneidad de la sociología política de Luc Boltanski, el pensamiento crítico-rigorista de las ciencias sociales, la Escuela de Frankfurt, el propio Foucault y la teoría hegemónica de Laclau y Mouffe. Se trata de un investigador que discurre sigilosamente en los tumultos no monolíticos del realismo. Realismo de la filosofía política y empiria elevada al nivel de teoría sociológica. Aquí se levanta un diagnóstico balanceado, político y empírico, no menos crítico de la “modernización acelerada” y la cadena de antagonismos del 2019. Conviene subrayar la filiación con las ciencias -producción de conceptos y hallazgos-, que ahora interroga los pliegues emocionales del estallido social bajo la cadena de violencia y disturbios durante varias semanas de octubre (2019). En ningún caso Basaure descarta el valor cognitivo, social y agencial de las emociones, o bien, las restringe a un mero paradigma racionalista de la política.