por Ibán de Rementería //
El mes de mayo está marcado por un par de efemérides sociales de grandes consecuencias políticas: el primero de mayo y mayo del 68.
En los Estados Unidos de América en el contexto de la lucha por la jornada de 8 horas, el 1 de mayo de 1886, en la ciudad de Chicago 200 000 trabajadores iniciaron una huelga, el día 3 de mayo durante una confrontación entre esquiroles y huelguistas la policía mata a seis y hiere a decenas de estos, el día 4 durante una concentración de 20.000 personas en el Parque Haymarket,estalla una bomba entre la policía con un muerto y varios heridos, la policía carga contra la multitud dejando un número indeterminado de muertos y heridos. Se declaró el estado de sitio y el toque de queda deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía. Treinta y siete dirigentes obreros son procesados de los cuales ocho son condenados tres a prisión y cinco a muerte, los que son ejecutados el 11 de noviembre de 1887, estos son los mártires de Chicago y esta fecha queda instituida como Día Internacional de los Trabajadores, ya que fueron miles los despedidos, detenidos, procesados, heridos de bala o torturados que en su mayoría eran inmigrantes europeos: italianos, españoles, alemanes, irlandeses, rusos, polacos y otros eslavos, mexicanos, caribeños y centroamericanos . De aquellos ejecutados cuatro eran alemanes y uno estadounidense, de ellos tres eran periodistas, uno tipógrafo y otro carpintero. El internacionalismo de los trabajadores es mucho más antiguo y pactado con sangre que la globalización capitalista.
Hace cincuenta años en Francia, Alemania, Estados Unidos de América, también en México y Chile, la estructura autoritaria de la gestión y enseñanza universitaria entra en crisis. En enero de 1968, el autoritarismo de la institucionalidad académica de la Universidad de la Sorbona, París, se lanza en contra de los estudiantes rebeldes marginalizados en la sede de Nanterre, la crisis se agudiza cuando es tomada por estos en marzo, en abril se pasa a la intervención policial de las universidades, el 3 de mayo los estudiantes pasa de la toma de las sedes universitaria a la toma de las calles donde reciben la solidaridad de los trabajadores y la sociedad en general, a pesar del Partido Comunista y a la Central General del Trabajo. El país entra en huelga general hasta junio, de Gaulle Presidente de la República, el héroe de la II Guerra, busca consejo en el alto mando militar, cierra la Asamblea Nacional y llama a elecciones generales, que la derecha gana holgadamente. Pero, los trabajadores consiguen la semana de 40 horas, cuatro semanas de vacaciones y un sustancial aumento salarial.
La perspectiva actual de lo que culturalmente fue el “mayo del sesenta y ocho” para los franceses es interesante, según una encuesta publicada por la Revista Le Nouvel Observateur en el año 2008, a los 40 años de aquello, el 74% de la población piensa que el 68 fue positivo para la sociedad francesa, sólo un 18% piensa que fue negativo, el impacto más positivo es el reparto de tareas entre el hombre y la mujer, con un 80%, los otros cambios positivos son: en los derechos sindicales con un 73%, en la sexualidad con el 72%, en la relación padres hijos con 64%, en las costumbres con 61%, la vida política con 56%, en las relaciones profesor-alumno con 50%, en cuanto al lugar de la religión en la sociedad mayo del 68 solo ha sido positivo en un 35% y negativo en un 40%. Asimismo, el 77% manifestó que habría estado de acuerdo con los estudiantes y los huelguistas, solo el 14% con las fuerzas del orden y 9% no opina.[1]Durante los hechos de mayo y junio de 1968 más del 60% apoyaba a los estudiantes y huelguistas. Pese a todo, el análisis cultural del 68 permanece esquivo y pobre, hay mucho estudio político y social, pero su influencia en la cultura y las artes se mantiene escasa e incierta, pese a la obviedad de su impronta en las formas culturales actuales.
Afirmar hay que el mayo del 68 en Paris fue una revolución cultural y social pero no política es un grave error, ya que los grandes cambios culturales que instala ese proceso de lucha social son: el feminismo con las mujeres afirmando la autonomía personal y sobre todo de su cuerpo, derecho perdido por ellas en la noche de la historia sobre el cual reposa el patriarcado que se instrumentaliza mediante el machismo, esa fue la primera lucha de clases por el control del atributo reproductivo de la fuerza de trabajo y productivo del valor; la libertad sexual practicando el libre ejercicio de la heterosexualidad y la homosexualidad, y; la deslegitimación de la institucionalidad política, social, y cultural. Las consignas del 68 cada vez más válidas son: “Haz el amor no la guerra”; “apaguemos la tele, abramos los ojos”; “no quiero perder mi vida para poder ganármela”; finalmente “todo es político”. Si alguien piensa que el acerto: “la guerra de Viet Nam se perdió en las calles de Whashington” no es un hecho político, o que la matanza de la Plaza de Tlatelolco en México, o la invasión soviética de Checoslovaquia, tampoco son hechos políticos no entiende la política ni ayer ni hoy. Ahora la política, la gestión de la distribución del poder, es en su esencia la necesidad de demostrar constantemente la legitimidad del ejercicio de ese poder: eso pasa hoy en Venezuela y Nicaragua, en Brasil y Cuba, en Siria e Irán, en Rusia y Turquía, también en USA y Francia, en Alemania y Gran Bretaña. Asimismo, la legitimidad del poder en la familia y la escuela, o la empresa y el sindicato, o la junta de vecinos y el partido político debe ser validada por cada actuación de quienes lo detentan, ese es el camino de la ciudadanización del poder que inicio la Revolución Francesa, la Comuna de Paris, la Revolución de Octubre, la República Española, la Revolución Cubana, la Guerra Viet Nam o la Unidad Popular en Chile, el camino del socialismo o es el perfeccionamiento de la democracia, su constante y creciente ciudadanización, o el socialismo no es ni será.
(el autor de esta nota milita en la Izquierda Socialista del PS de Chile
[1]Etchegoin, Marie-France y Courage, Sylvain. Les Français votent 68. Le Nouvel Observateur. N° 2264, du 27 mars au 2 avril 2008, pp. 12-16.
Imagen: enfrentamientos con la policía, Paris 1968.