por Maxi Laplagne
Los sucesos que se desarrollan en el Norte argentino deben ser estimados por el conjunto de América Latina, sobre todo por la vanguardia de lucha en Chile que sufrió durante los dos últimos años un aislamiento internacional en sus métodos de huelga.
En Jujuy se han desencadenado una serie de huelgas obreras encabezadas por trabajadores de salud y educación, que incluso había iniciado en la provincia vecina de Salta, que acabó por transformarse en el rechazo masivo y popular de la constitución represiva que acaba de votar la gobernación en complicidad con todos los bloques políticos. Se acaba de convocar a una huelga general en toda la provincia con la particularidad del combate físico incesante, lo que de alguna manera renueva la estética de lucha en la Argentina.
Las organizaciones piqueteras cooptadas al estado se sumaron tarde a las movilizaciones pero se han sumado definitivamente cuando el gobernador demostró una belicosidad final en eliminar el derecho al piquete. Desde el 2001 que el derecho al piquete no se discute de forma concreta, cuando una huelga general ya se llevó puesto al Presidente. Puede tardar en propagarse por el resto del país, pero es inevitable. En este análisis internacional debe compararse con los levantamientos distritales chilenos posteriores al 2019, como la huelga general y el bloqueo de la isla de los chilotes en plena propagación del Coronavirus.
El gobierno de Jujuy se ha lanzado a una cacería. En este punto la difusión de la rebelión ha sido profunda; las imágenes recuerdan a la represión de Piñera luego del estallido social. Esto ha generado una conmoción en todo el país. Hoy, 20 de junio, se gestaron movilizaciones en más de una decena de provincias. Una internacionalización del conflicto le pondría un límite insuperable a Morales, el gobernador de Jujuy, a quien justamente lo sostienen en el poder las mineras internacionales dipuestas a arrasar a los pobladores nativos porque las empresas exigen total aislamiento social para la extracción del litio.
El gobierno nacional encuentra en el litio un recurso que lo saque del apriete económico infinito. La rebelión popular, ya se anticipa en la bolsa, golpeará al riesgo país, en el momento en que ya han renunciado dos ministros de economía sucesivos, ningún candidato crece en las encuestas y la pobreza supera ampliamente los números promedios históricos de nuestro continente.