por José Miguel Bonilla y Guillermo Correa
La gran mayoría del pueblo, normalmente le es impensado que va a ser torturado o que desaparecerá sin dejar rastro exponiendo a sus familiares a un doloroso espacio tiempo suspendido. Muchos piensan que es un tema de un pasado remoto que si no se experimentó o no hay un componente emocional comprometido entonces constituye un tema que no merece atención, más aún si no se estableció ningún tipo de relación ni personal ni familiar , solo es una pesada sombra fugaz que le pertenece a otros, personas que posiblemente cometieron delitos de quien sabe que naturaleza y quizá se merecían ser apremiados, eso pensaran otros. Pero se equivocan. Hubo un tiempo de miedo y obscuridad. Una disrupción en el tejido social que había costado décadas construír. No solo una blackout en los derechos fundamentales, sino que además en el pensamiento crítico, capital de la inteligencia de una Nación. Ignorar esto supone en cierta medida complicidad, un pecado capital de los pueblos, que no obstante algunos de ellos en Latinoamerica han sabido enfrentar con cierta eficacia como Argentina, en otros como en este rincón aislado del mundo, el camino hacia la verdad ha sido continuamente torpedeado por el espurio acuerdo de transición, entre los administradores de los primeros gobiernos Concertacionistas y su política de capitulación y las salientes FFAA con sus crímenes de lesa humanidad. Por los intersticios de la impunidad, sin embargo, se han filtrado los rayos de luz que han permitido romper la pertinaz falta de colaboración de nuestras “ gloriosas” FFAA.
Hay varios capítulos que normalmente escapan de los archivos de la tortura en Chile, uno de ellos es el que tiene que ver con la tortura y asesinatos de niños y adolescentes, actos de barbarie ejecutados por la Armada de Chile. Aunque esto asombre y se piense que es inherente solo a films de mafias o carteles de narcotráfico…. no. Uno de los casos ocurrió en la ciudad de Valparaíso, donde se dio inicio al golpe en la madrugada del 11 de Septiembre de 1973. Marco Contardo un estudiante de enseñanza media de 15 años observaba los acontecimientos que estaban ocurriendo en el país, sabía que el tema le llegaba de cerca pues su padre, Emilio Contardo, se desempeñaba en un alto cargo en la Intendencia Regional durante el Gobierno de la Unidad Popular. Marco fue secuestrado junto a su abuela y su madre la abochornada mañana del 11, en el cuartel Silva Palma de la Armada de Chile, centro de detención, tortura y muerte de prisioneros ubicado en el Cerro Artillería de la ciudad puerto y conocido eufemísticamente como El Palacio de la Risa. Allí recibió torturas “aplicándosele golpes y corriente eléctrica por un grupo de personas en número indeterminado y que no pudo identificar en ese momento por tener la vista vendada, siendo su madre obligada a presenciar el maltrato de , el que tenía por objeto dar información respecto del paradero de su padre Emilio Contardo Ohtgert”( señala el texto de reciente sentencia del 30 de Abril de 2019 por el Ministro en Visita Extraordinaria en causas de DDHH , Jaime Arancibia Pinto ). Más adelante en el citado texto de sentencia, se explicita que se configuró el delito de “secuestro con grave daño, pues la víctima , junto a su madre y abuela son llevados a la Academia de Guerra de la Armada de Chile, ubicado en Valparaíso , donde son interrogados, por un grupo indeterminado de personas, mayormente pertenecientes al cuerpo de Infantería de la Armada de Chile, parte de los cuales habían sido entrenados especialmente en técnicas de aplicación de torturas en cuarteles y academias de EEUU., y que concretaron respecto a numerosas víctimas perseguidas en este país en consideración a las ideas políticas que profesaban, a su pertenencia al gobierno recientemente depuesto o por su militancia o adscripción a partidos de izquierda (…)” y como expresa en la misma condena “ los delitos que se investigan , esto es, detención ilegal y secuestro con grave daño, serían delitos de lesa humanidad crímenes de guerra y tendrían el carácter de imprescriptibles”. Es sabido que los torturadores eran entrenados en la Escuela dePanamá bajola conducción de militares norteamericanos y que una de las evaluaciones comprendía torturas entre los mismos alumnos, a fin de comprobar su capacidad de resistencia por si eran tomados por un ejército enemigo.
Marco estuvo detenido también en el Lebu, un barco en desuso perteneciente a la Sudamericana de Vapores surto en la bahía de Valparaíso, luego de dos semanas fue liberado para volver a ser detenido y torturado en Noviembre de ese año. Su padre, mientras tanto debió asilarse en una embajada. El Ministro Arancibia logró configurar todos los elementos de este caso condenar finalmente este 30 de Abril a 9 marinos y un jubilado de Investigaciones. Las penas van desde los 300 días a 6 años en cada caso. Si bien las condenas parecen a todas luces ridículas y fuera de normas internacionales para crímenes de lesa humanidad, se logra por lo menos aislar a estos peligrosos delincuentes del resto de la sociedad.
Pero el caso de Marco Contardo no es el único, por cierto. En julio del 2016, el Juez Arancibiahabía procesado a un ex Ingeniero de la Armada de nombre Jaime Riesle Wetherby, quien se desempeñaba en el Ministerio de Energía , hasta el primer gobierno de Bachelet , y por ser uno de los responsables junto a otros sujetos de la Armada del secuestro de Viviana Fernández de 14 años quien fue secuestrada en febrero de 1974, junto a su hermana y su madre también en el cuartel Silva Palma. Las tres mujeres fueron acusadas de conformar guerrillas y mantener armas escondidas en su domicilio, las que nunca fueron halladas. ( The Clinic on line)
Durante la semana que la adolescente Viviana estuvo secuestrada fue sometida a “abusos sexuales, golpes, insultos, amenazas de muerte y aplicación de corriente en sus partes íntimas, tobillos y dedos de manos”, según el magistrado Arancibia.
Por este caso, junto a Riesle fueron procesados los ex marinos Gilda Ulloa Valle, Alejandro Riesco Cornejo, Valentín Riquelme Villalobos, Bertalino Castillo Soto; Eduardo Núñez Contreras; Héctor Tapia Olivares; Juan Orlando Jorquera Terrazas; Ángel Lorca Fuenzalida y Marcelo Onofre Goas, quienes también quedaron en libertad bajo fianza a la espera de la sentencia.
Viviana contó al referido semanario que “a nosotros nos truncaron la vida, para mí, después de lo que pasamos, ya no hubo proyecto de vida, ya no hubo sueños, solo sobrevivir, con ese miedo que por tantos años me mantuvo paralizada. Ahora que soy una mujer vieja, venir a tener esta, comillas, reparación de la justicia, es algo que me hace respirar un poquito mejor”.
Se reconoce, desde luego, el gran esfuerzo desplegado por el Ministro Arancibia quien luego de 46 años de silencio cómplice de los altos mandos de las FFAA y que reiteradamente machacan que no tienen información, logró detener y procesar a estos criminales de lesa humanidad y quienes hasta ahora deambulaban por las calles como “tiernos” abuelitos disfrutando de generosas jubilaciones entregadas por el Estado las cuales pagamos todos los chilenos con nuestros impuestos. Por cierto, están en las antípodas de la tradición que señalara el Comandante Prat. Una pesada ancla de vergüenza sepultará sus almas en el Infierno por toda la eternidad lejos de la gloria de su mártir.
EN EL SIGUIENTE LINK PUEDE ENCONTRAR LA SENTENCIA COMPLETA DEL CASO MARCO CONTARDO:
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