Votá contra los partidos que defienden al sistema capitalista y a este régimen que lo sostiene

La aplastante victoria de Fernández/Fernández en las PASO de agosto ha convertido al Frente TODOS en virtual gobierno, complicando la transición hacia la entrega del poder en diciembre. Las elecciones generales de octubre obligan al macrismo a mejorar su performance, de cara a su rol opositor de derecha, pero también obligan al peronismo a garantizar la victoria en primera vuelta. Mientras las campañas electorales están lanzadas, después de años de ataque a los trabajadores y al pueblo, todos buscan asegurar el “GRAN ACUERDO NACIONAL” de los partidos del régimen patronal que nos gobierna (con el oficialismo y el P.J a la cabeza de los aliados), las cámaras empresariales, la Sociedad Rural y las entidades patronales del agro-negocio, toda la burocracia sindical y de los movimientos sociales, los gobernadores electos y en vías de serlo, la bendición de las Iglesias Católica y Evangélica y, obviamente, el Poder Judicial. 

Este“gran acuerdo”logró degradar el cuestionamiento de los trabajadores contra el gobierno anti-obrero del PRO (expresado por ejemplo en las grandes movilizaciones contra la reforma previsional) para convencer que la salida era garantizar la gobernabilidad e institucionalidad patronal para que Macri “ se vaya”– es decir se quede- hasta el 10 de diciembre del 2019:  Así “No luche y espere a votar” fue la gran consigna, ratificada hoy por Alberto Fernández cuando nos pide que frente al brutal ataque a nuestras condiciones de vida nos quedemos en casa sentados. La demostración de esta política paralizante de conciliación de clases se expresa frente a la valiente y desesperada lucha de los docentes y sectores de estatales de Chubut, o ante las  movilizaciones de los movimientos piqueteros contra el hambre. El gobierno nacional y los provinciales (en el caso de Chubut, del peronismo), y la burocracia sindical, trabajan conjuntamente para frenar los legítimos reclamos. 

En aras de posicionarse hacia las elecciones de octubre y el próximo gobierno, los “presidenciables” se han encargado de tranquilizar a “los mercados” y al FMI, asegurándoles el pago de la fraudulenta deuda externa y las necesarias reformas estructurales que exigen, no sólo  los organismos internacionales, sino los propios patrones nacionales a la cabeza de los cuales  están los empresarios de las PYMES. No casualmente los representantes de ese organismo se fueron “satisfechos” de sus entrevistas con Kicillof primero, y ahora con Alberto Fernández y Lavagna. 

Más allá de las diferencias en cuanto a sus respectivos “modelos capitalistas”, el común denominador es el respeto por la legalidad institucional, la renegociación de la deuda con el F.M.I y sobre todo la sacrosanta tasa de ganancia de los capitalistas (nacionales o extranjeros) bajo el viejo verso de la inversión en el país. Esto asentado y remarcado por todos ellos en la defensa de este régimen político DEMOCRÁTICO BURGUÉS (y en su correspondiente división: ejecutivo, legislativo y judicial) al servicio de las ganancias de las patronales.

Esto bajo el paraguas del gran común denominador que comparten, que es el de mantener a nuestro país en su condición de capitalismo atrasado y una  economía extractiva exportadora de materias primas; lugar reservado para la Argentina y el resto de los países mal llamados “en vías de desarrollo” en el reparto internacional del trabajo, que mantiene el monopolio del poder y el desarrollo de tecnología por parte de las potencias imperialistas.

Las elecciones en las diversas provincias, donde se han fortalecido el sistema y régimen político al servicio de las patronales, han expresado mayoritariamente el voto a los partidos que cada vez más desembozadamente las defienden.

 Seguramente estos resultados político-electorales son consecuencia, entre otras cosas, de las derrotas y dificultades sufridas por las diversas luchas de resistencia, muy amplias y generalizadas, y de la ausencia de una alternativa clara que surja de los propios trabajadores. Esto  impidió que pudiéramos parar y derrotar esos planes. 

La evidencia de esto es la caída del poder adquisitivo de los salarios, los despidos, el crecimiento de la desocupación y subocupación, el deterioro de los sistemas de educación y salud públicas. El 33% de pobreza, y el hecho que la mitad de los niños argentinos sufran esa situación hablan por sí mismos. En esto tenemos que decir que han jugado un rol determinante, no sólo las políticas del PJ- kirchnerismo en primer lugar, sino la burocracia sindical, que ahora posa de oposición, cuando durante años permitió este saqueo a los trabajadores. Incluso la pelea por el aborto legal, seguro y gratuito llevada adelante,  encontró en el Senado su derrota parcial a pesar de la continuidad y la potencia de la auto organización de las mujeres. 

En este contexto, en general adverso para los trabajadores, los socialistas revolucionarios  que luchamos por un mundo sin explotadores ni explotados, donde lo colectivo prevalezca sobre lo individual, peleamos no sólo por la expropiación del gran capital, sino por una verdadera democracia directa asentada en la autodeterminación y autogestión de los trabajadores:decimos claramente que ESTAS ELECCIONES NADA VAN A RESOLVER A FAVOR DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO. Por eso como primer punto no hay que votar ni confiar en ninguna de las variantes patronales que se presentan.Y en ese sentido quienes formamos parte de la resistencia, contra los planes anti obreros de Macri y su gobierno, tenemos que asumir que gane quien gane en octubre, esta resistencia deberá continuar, junto a quienes, equivocadamente a nuestro modo de ver, voten por sus actuales o futuros verdugos, llámense Macri, Fernández o Lavagna. Corrientes que más allá de su carrerismo político, coimero y burocrático, gobernarán para los patrones y explotadores de todas especie. 

Comprendemos que sin alternativa a la vista, quizás pasivamente y sin demasiado entusiasmo, la mirada de muchos compañeros estará puesta en las elecciones. Frente a esto creemos que la perspectiva y desafío es  tomar en nuestras manos la organización y el enfrentamiento contra cualquier política anti-obrera y antipopular, venga de donde venga, auto-organizándonos para llevarla adelante sin confiar, ni en las instituciones, ni en los burócratas sindicales, ni el los partidos, ni aun los que se dicen de oposición. El desafío será crear espacios donde podamos ejercer la democracia desde las bases, (como las asambleas), sea en los lugares de trabajo, o por fuera de ellos desafiando la lógica de burocracias y su control autoritario. Incluso será también en los barrios, comedores, escuelas y demás espacios donde los explotados podamos recuperar la tradición de la discusión y la decisión sobre los problemas que nos competen, sin delegar responsabilidades. 

Este es a nuestro entender el centro de cualquier política frente a estas elecciones.  La denuncia a este sistema capitalista de explotación y al régimen institucional de partidos e instituciones  que lo sostienen y promueven. Y que sólo la lucha auto determinada de la clase obrera y demás sectores oprimidos, los jóvenes, las mujeres y el pueblo, es el camino para derrotarlo e imponer la defensa de nuestros intereses en el corto plazo, y la construcción de una opción revolucionaria con una perspectiva socialista a mediano y largo plazo, como solución a los problemas (sociales, económicos, políticos, ambientales…) que paso a paso genera el “normal” funcionamiento del capitalismo.

Comprendiendo a trabajadores que con la misma convicción darán la espalda completamente a estas elecciones, creemos que, aún con grandes limites, podemos intervenir en ellas para propagandizar estas ideas. En ese sentido somos muy críticos al  tipo de campaña política que vienen llevando adelante los partidos de la izquierda tradicional (tanto en su formato como en su contenido) con un grado sorprendente de adaptación al electoralismo marketinero del régimen burgués. Sus propias divisiones en la política cotidiana es un síntoma más de que privilegian intereses sectarios y de aparato, en abierta contradicción, no sólo con los principios socialistas revolucionarios, sino también, en abierta contradicción con las necesidades del activo militante y simpatizante de la izquierda. 

A pesar de eso, y a que no alimentamos ilusiones electorales ni en ellos ni en sus candidatos,  votaremos y llamamos a votar (con los limites señalados) a quienes levantan una delimitación con los partidos patronales. 

En ese sentido votaremos y llamamos a votar al FRENTE DE IZQUIERDA Y LOS TRABAJADORES “UNIDAD”. Voto casi en defensa propia, que expresa la necesidad de una alternativa para que los trabajadores tomemos en nuestras manos la lucha contra los gobiernos explotadores e impongamos una salida según nuestras necesidades. 

CONTRA EL PAGO DE LA DEUDA EXTERNA, RUPTURA CON EL FMI

CONTRA EL GRAN ACUERDO NACIONAL DE LOS PARTIDOS PATRONALES, LAS IGLESIAS Y LA BUROCRACIA SINDICAL PARA APLICAR LAS POLITICAS PATRONALES 

CONTRA LOS GOBIERNOS EXPLOTADORES Y SUS PLANES DE HAMBRE Y REPRESION 

POR LA LUCHA AUTO-ORGANIZADA DE LOS TRABAJADORES,

 LA JUVENTUD Y LAS MUJERES

POR UN GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO

 HACIA LA PERSPECTIVA SOCIALISTA DE LA HUMANIDAD

SOCIALISMO REVOLUCIONARIO (ROSARIO)

DISONANCIA (SAN NICOLÁS) 

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