Una vez más los trabajadores y pueblos del mundo nos vemos amenazados por la profundización de la crisis capitalista. Como lo señalara el mismo Fondo Monetario Internacional hace unos días atrás, las medidas restrictivas que han tomado los estados para controlar la propagación del Covid-19 han terminado de hundir a la economía mundial en una terrible recesión, que anuncia una ola de cierres y despidos a lo ancho y largo del globo.
Ante las dimensiones económicas y sanitarias de la crisis en curso los empresarios del mundo y sus gobiernos no han sido capaces de plantear ni una sola verdadera solución de fondo. Solo se han limitado a implementar una serie medida para el resguardo de sus ganancias, ofreciendo millonarios préstamos y salvatajes, sin una perspectiva mayor que simplemente “capear la crisis”. Claro está, que todo esto comienza a correr por cuenta de los trabajadores, sobre quienes están dejando caer todo el peso de la crisis, exponiendo a su vez, de manera sistemática nuestras vidas, al negarse a decretar medidas sanitarias efectivas para evitar la propagación del Covid-19.
En Chile la situación no es otra. El día de ayer el mismo Piñera anunció la promulgación de la “Ley de protección al empleo”, que no es más que una de las más terribles y violentas formas de robo a la clase trabajadora. Básicamente, esta ley termina por coronar el polémico dictamen de la Dirección del Trabajo que permite al empleador suspender el pago de sueldos frente a un estado de cuarentena. Con la nueva ley, no sólo corremos el inminente riesgo de que dejen de pagarnos los sueldos, sino que además, harán uso de nuestros ahorros previsionales para mantenernos con vida mientras dure la propagación del virus, negándose a su vez, por todas las formas posibles paralizar las labores no esenciales de la economía, exponiendonos a miles trabajadores al contagio.
No contentos con esto, y en sintonía con la crisis mundial, se han comenzado a realizar despidos en distintos lugares de trabajo dejando en la más absoluta indefensión a las familias y al pueblo trabajador.
Frente a tan crítica situación nuestra respuesta no se ha hecho esperar. Desde distintas partes del mundo los trabajadores y trabajadoras estamos intentando resguardar nuestras vidas, negándonos a realizar labores no esenciales, como levantándonos, siempre que ha sido necesario, para garantizarnos el alimento. En esta sintonía, ya son miles los casos de trabajadores del transporte, el comercio, la minería, las forestales, etc. que han puesto en alto el reclamo por condiciones sanitarias dignas, denunciando cada una de las injusticias que estamos viviendo.
Es fundamental que los trabajadores de Chile no solo mantengamos esta actitud de resistencia frente a las políticas criminales del estado y los empresarios, sino que también las profundicemos, haciéndonos paso a paso de las herramientas fundamentales para enfrentar la crisis capitalista, que hoy se manifiesta en esta terrible crisis económica, de régimen y sanitaria. Es necesario ir organizándonos, superando la pasividad y entrega de los dirigentes que pactan con este gobierno ilegitimo que solo se ha sostenido, desde el 18 de octubre, en la más profunda violación de los DDHH y la traición de los partidos centro-izquierdistas.
No más despidos, rebajas de sueldo, exposiciones innecesarias ni aumento de precios. Que los grandes capitalistas aseguren el sueldo a sus trabajadores y el estado subvencione a quienes trabajan para las medianas y pequeñas empresas. Estatización bajo control de los trabajadores de las empresas que cierren y el sistema privado de salud. Cuarentena total para los trabajadores y trabajadoras. Mantención exclusiva de los servicios básicos y de abastecimiento. Reducción de la jornada para aumentar los puestos de trabajo. Entrega de kits de salud en los lugares de trabajo. Congelamiento de los precios.
Estas son parte de las medidas que los trabajadores hemos puesto sobre la mesa, y a partir de las cuales debemos organizar la lucha.
En nuestros sindicatos si es que los hay, sacándonos de encima a los dirigentes que solo pactan con la empresa y el gobierno. En Comités de Emergencia, en el caso en que en nuestros lugares de trabajo no los haya. En Comités de Abastecimiento, en nuestras poblaciones, para asegurarnos la alimentación, y en Comités de Cesantes para luchar por un trabajo digno. Todo esto, perfilando un gran Congreso de Trabajadores y Trabajadoras a nivel nacional que luche por este programa para enfrentar la crisis.
Nosotros, nosotras, la clase trabajadora es la única que puede sacar a la humanidad y al mundo de la debacle a la que nos han empujado los empresarios, su sistema económico y gobiernos. Sólo organizándonos de manera independiente, en las organizaciones antes propuestas, podremos imponer con una huelga general, las medidas que son necesarias para enfrentar la crisis y asegurar un futuro para nuestra clase, nuestras familias, el planeta y la humanidad.
Ariel Encina, presidente del Sindicato Maestranza San Marco.
Ricardo Vásquez, secretario del Sindicato Starbucks.
Vilma Álvarez, presidenta del Sindicato Jumbo Portal La Dehesa.
Cynthia Burgos, Presidenta AFIPES
Dr. José Miguel Bonilla, Comisión de DDHH del Colegio Médico de Chile Regional Valparaíso
Gustavo Burgos, Director Revista El Porteño
Celso Calfullán, Director Werkén Rojo
Horacio Díaz, Presidente Fesin
Corriente Sindical Obrera.
Partido Obrero Revolucionario – Prensa Obrera.