EL PARTIDO DE ALLENDE PARA LA IZQUIERDA
Por un socialismo latinoamericanista, anticapitalista, feminista, ecologista y regionalista
A la memoria de Jaime Fuentealba Fisher
Un malestar recorre al Partido Socialista. La militancia y el pueblo socialista quisieran ver al Partido de Allende inserto en la sociedad y en los movimientos sociales, luchando por los y las trabajadores y por todos quienes sufren discriminación o un trato injusto. Los/as militantes quisieran ver un PS fiel a sus principios históricos y que recuerda y honra a todos quienes dieron la vida por la democracia y el socialismo. Quisieran reencontrarse con ese PS de izquierda capaz de pensar con autonomía, creatividad e imaginación los problemas de nuestro tiempo.
La militancia socialista no quiere un Partido Socialista como el actual: desideologizado, despolitizado y sin liderazgo político, un PS que no opina ni toma posición. Un Partido débil orgánicamente, en que no existe formación política de sus militantes, ni una verdadera democracia interna, ni una institucionalidad partidaria fuerte y que funcione con justicia y respeto para todos.
El próximo 26 de mayo, fecha de las elecciones interna del Partido, tenemos la posibilidad de cambiar esta realidad. Es la hora del cambio. No más de lo mismo. No más abuso ni atropello a la militancia de base. En las manos de los y las militantes y del pueblo socialista, en su capacidad de organización y movilización, está la posibilidad de recuperar el Partido para un proyecto de izquierda y para construir un futuro posneoliberal, democrático y socialista.
A nivel mundial y latinoamericano vivimos tiempos complejos y peligrosos. Sobre las injusticias y precariedades que ha dejado el neoliberalismo a su paso, con el incremento de la desigualdad social, las olas migratorias, la segregación e inseguridad de las ciudades, la depredación y ruptura del equilibrio medioambiental, se han abierto respuestas populistas de extrema derecha y neofascistas. La izquierda mundial, continental y chilena debe ser capaz de proponer una salida a la crisis económica, social y medioambiental del capitalismo en su actual fase globalizada y neoliberal. Ser capaz de dibujar un proyecto esperanzador y movilizador para construir una salida a esta crisis desde un socialismo
democrático, impugnador del capitalismo, y con una fuerte impronta popular, feminista, ecosocialista, multicultural y regionalista.
UN PARTIDO CON PRINCIPIOS
El XXXI Congreso del Partido Socialista de Chile marca un hito en nuestra trayectoria y lucha de recuperación del Socialismo chileno como fuerza democrática-revolucionaria, en línea con los principios fundacionales de 1933, el programa democrático, humanista y transformador del 47, y la propuesta allendista de una ¨Vía chilena al socialismo”, fundada en la articulación profunda entre democracia y socialismo y en la constitución del pueblo en un sujeto político.
En este contexto el PS en su Congreso reafirmó definiciones básicas como su carácter de fuerza crítica y superadora del capitalismo; su orientación antineoliberal en la actual etapa del país; su opción por una nueva Constitución Política generada desde el poder constituyente del pueblo, expresado en una Asamblea Constituyente; la recuperación de un sentido internacionalista, latinoamericanista y antiimperialista en el plano internacional; un partido que promueve un nuevo modelo de desarrollo y genera nuevas formas innovadoras de reindustrialización del país, sustentable medioambientalmente; un partido que comprometido con el reconocimiento político de los pueblos indígenas. Un Partido, en definitiva, que recupere su identidad de partido inserto en la sociedad y en el mundo de los/as trabajadores y del mundo popular.
Junto a lo anterior conviene destacar de manera especial la incorporación a su declaración de principios la definición de un Partido que adhiere al feminismo socialista, y que se declara antipatriarcal y que promueve una efectiva política emancipadora de la mujer, entendiendo ésta en el marco de la superación de las múltiples opresiones que viven las personas en sociedades capitalistas.
Hoy las luchas son y deben ser concebidas globalmente. El capitalismo neoliberal se ha mundializado y muchas decisiones relevantes para la vida de los ciudadanos y ciudadanas se adoptan fuera de los marcos de la soberanía popular concebida bajo el surgimiento y desarrollo de los estados nacionales. El ciudadano/a siente que su voz y su voto han perdido poder en estos tiempos globales. Que la política misma, ha perdido poder y capacidad transformadora.
El PS necesita refundar como parte de su práctica política cotidiana un nuevo internacionalismo. Junto con ello recuperar su histórica autonomía ideológica y política para interpretar los fenómenos y transformaciones internacionales. Un internacionalismo que construya redes sociales y políticas capaces de movilizar y proponer respuestas globales frente a un neoliberalismo mundializado, como por ejemplo lo fue la huelga feminista mundial el pasado 8 de marzo (2019). En este contexto, resultan completamente inoperantes y obsoletas organizaciones como la Internacional Socialista de la cual el PS forma hoy parte a través de una vicepresidencia. Abogamos por una Conferencia de Política Internacional del PS que actualice su análisis internacional, ratifique ciertos principios históricos y acuerde nuestro retiro de esta organización, de la
cual por lo demás ya se han retirado partidos como el PS uruguayo, el SPD y el Laborismo de Corbyn se mantiene solo como observador. Junto con lo anterior, abogamos por revisar y promover una nueva forma de coordinación de las fuerzas de izquierda latinoamericana que considere en la próxima etapa organizaciones como el Foro de Sao Paulo o la Coordinación Socialista Latinoamericana, transformando a América latina y a la izquierda en un actor crítico y de resistencia frente a la actual globalización neoliberal y la arremetida de la extrema derecha en el continente.
ENFRENTAR CON DECISIÓN AL GOBIERNO DE PIÑERA
En el plano nacional, podemos constatar un gobierno de derecha que ha fracasado en el cumplimiento de sus promesas de campaña y que las encuestas, inclusive más afines, sitúan su apoyo cercano al 30%. Este nuevo gobierno de Piñera ha traicionado las expectativas de mayor reactivación económica, el crecimiento es bajo, el desempleo aumenta y estructuralmente el modelo funciona sobre bajos salarios y bajas pensiones. Ahora busca llevar adelante una ofensiva de regresión conservadora y de profundización neoliberal en materia tributaria, educacional, salud, pensiones. Y retrotraer así los avances logrados durante la segunda administración de la presidenta Bachelet. Debemos defender los avances conquistados y enfrentar con fuerza y liderazgo a la derecha en esta etapa.
A RECUPERAR LAS RIQUEZAS BASICAS CON UN NUEVO MODELO DE DESARROLLO
En términos programáticos y de manera más específica proponemos: recuperación de nuestra riquezas básicas y de sus rentas, así como de bienes estratégicos como el agua; apoyar el movimiento NO + AFP y sus demandas por un sistema de seguridad social justo y solidario; un nuevo Código del Trabajo que consagre la negociación por rama de la producción; creación de una empresa estatal del Litio; llevar adelante un real proceso de descentralización y regionalización; apoyo especial a la educación pública en todos sus niveles y reconocimiento de esta como un derecho social universal; un sistema de salud público universal y de calidad; aborto libre y seguro; reconocimiento de los derechos políticos y culturales de los pueblos originarios y definición constitucional de Chile como un estado plurinacional; reconocimiento y respeto de derechos a la diversidad sexual. El marco de estas y otras transformaciones lo debe dar una nueva Constitución Política por la vía de una Asamblea Constituyente (AC).
UNIR A LA IZQUIERDA Y A LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS
Realizar una efectiva oposición al gobierno e ir haciendo avanzar un proyecto posneoliberal e impugnador de las lógicas capitalistas, requiere de una política de alianzas que tenga como eje una acumulación de fuerzas clara e inequívoca en esa dirección. Se requiere combinar la acumulación de fuerza propia social, política y cultural, con alianzas amplias que permitan ir debilitando al neoliberalismo. Debe ser una lucha de hegemonías y con agudeza estratégica y táctica.
No basta, sin embargo, con decir que estamos por una unidad amplia opositora sino señalamos como abrir paso a esa opción. Al respecto abogamos por avanzar en el diálogo y unidad de la izquierda amplia y sin exclusiones, de sus componentes históricos y emergentes. En este sentido proponemos que el PS se aboque a la articulación de una alianza con el Frente Amplio y el PC, y que desde una construcción programática y política con estos sectores avance en acuerdos mínimos con otros sectores de centro izquierda o centro de filiación socialcristiana o liberal.
Junto a lo anterior el PS debe recuperar su presencia e inserción en el mundo social y popular. Pero el tema es, además, que esos dirigentes tengan efectiva presencia y poder de decisión dentro del Partido Socialista. Hoy los dirigentes sindicales y sociales se sienten abandonados por la dirección del PS y constatan que sus visiones no son consideradas por la dirección actual del PS. Mas presencia social del PS, pero más presencia de lo social en el PS.
La acción social del PS requiere algunas consideraciones. Nos consideramos parte del pueblo y por eso estamos allí en los conflictos sociales de cada día. No somos una vanguardia iluminada y respetamos la autonomía y los propios procesos de deliberación y decisión de las organizaciones sindicales, sociales y populares. No concebimos y rechazamos una relación clientelar con las personas y las organizaciones sociales. Nuestra línea central es promover una transformación del pueblo y de los movimientos sociales en sujetos políticos, conscientes de la naturaleza estructural de su opresión y capaces de organizarse y movilizarse con un horizonte político emancipador. En este proceso se deben impulsar formas de desarrollo autogestionario y de construcción de poder social y popular desde la base, que permitan ir transformando a la sociedad, a los trabajadores y al movimiento popular en un actor decisivo de la transformación social.
Todo lo anterior requiere un profundo cambio del Partido Socialista. No sirve a los propósitos ya señalados un partido despolitizado (desideologizado), débil orgánicamente, controlado por intereses grupales y de “lotes” carentes de todo planteamiento ideológico y político. Se requiere, en la próxima etapa, fortalecer la institucionalidad partidaria, así como nuestra democracia y un estricto respeto al estado de derecho del partido. El reciente “plebiscito” convocado para ratificar cambios estatutarios en que participó menos del 1% del padrón es una clara muestra que en el actual equipo direccional se carece de un debido respeto y a las normas básicas que un proceso democrático exige. La militancia merece y exige respeto.
Se requiere un amplio acuerdo interno que asegure una manera distinta de gobernar el Partido. En ese acuerdo pueden concurrir militantes que tengan distintas visiones políticas, somos un partido respetuoso de su pluralidad, pero siempre y cuando tengan una voluntad común de respetar las normas partidarias y la democracia interna. En este sentido es clave que una nueva Dirección partidaria se comprometa con primarias abiertas para la elección de los cargos de elección popular tanto a nivel presidencial, parlamentario, de gobernadores regionales, alcaldes y concejales. Solo de cara a la ciudadanía y de manera democrática lograremos que nuestros candidatos y candidatas emerjan con la legitimidad democrática y popular necesaria.
POR UN PARTIDO DE MANOS LIMPIAS Y CON SEDES ABIERTAS AL PUEBLO
Se requiere, en esta etapa, una reafirmación de la ética socialista. Proponemos una Comisión de Probidad que haga una revisión ética del padrón socialista. Transparentar y descentralizar las financias del Partido. Junto con ello nos proponemos una efectiva política de sedes en cada regional y comunal, como señal clara de un Partido comprometido con los problemas de su entorno en el territorio. A su vez, reforzar la participación e información partidaria, con actas públicas de las resoluciones de la Mesa, CP y CC, y con la instauración de mecanismos de consultas, vía plebiscito, sobre diversas materias de interés de la militancia. En la próxima etapa deberemos profundizar una efectiva regionalización del Partido, traspasando a los regionales y comunales decisiones políticas relevantes así como recursos.
Llamamos a la militancia a votar sin miedo el próximo 26 de mayo y a producir un cambio en el Partido Socialista. Producir un punto de inflexión en nuestra historia que signifique fortalecer el Partido y transformarlo en una herramienta útil y eficaz al servicio de la emancipación de los y las trabajadoras manuales e intelectuales, y de todos quienes se sienten oprimidos y cuyas vidas han sido precarizadas en estos tiempos neoliberales. Transformar el Socialismo em una esperanza cierta de un mejor futuro para todos y todas, es la gran tarea del Partido Socialista de Chile en la etapa histórica que viene.
Abril, 2019.