CARTA ABIERTA A LA SENADORA ISABEL ALLENDE PRESIDENTA DEL PARTIDOS SOCIALISTA DE CHILE
Estimada compañera:
Me permito escribirle esta carta a pocos días de la reunión del Pleno del Comité Central a realizarse el próximo 21 de enero. Esta reunión tiene el cometido de completar la decisión que comenzó a tomarse en su reunión previa, celebrada el 26 de noviembre
En ella, el Partido resolvió adoptar un camino institucional y democrático, el de las primarias, para la elección de su precandidato presidencial. Esta decisión era coherente con las resoluciones del XXX Congreso del Partido, que resolvió que las candidaturas socialistas a cargos de elección popular se decidirían mediante primarias ciudadanas. El Pleno del 26 de noviembre dejó pendiente la decisión sobre el carácter de esas primarias, si serían solo de militantes o abiertas a la ciudadanía. La razón de esto es que algunos compañeros pensaron que una primaria abierta tendría problemas de legalidad, por lo que la mesa del Partido fu mandatada para hacer las consultas per nentes al Servicio electoral. Como sabemos, la mesa cumplió su encargo y el Servicio Electoral validó la posibilidad de una “consulta ciudadana”, justamente en tal carácter.
Vivimos tiempos de profunda desconfianza y desafección de la ciudadanía con la política y los partidos. Recuperar esa confianza es probablemente el principal desafío político que hoy enfrentamos. Reconstruir la legitimidad de los partidos pasa por validar sus decisiones de manera participativa y abierta a la ciudadanía. La forma como hagamos hoy la política es parte del fondo, porque manifiesta nuestra manera de entender la relación entre el partido y la ciudadanía.
En esta materia compartimos una visión y una sensibilidad común. En su análisis de la derrota de la Nueva Mayoría en las pasadas elecciones municipales, usted declaró el 24 de octubre: “creo que fallamos en no haber hecho más primarias”. En la misma dirección apuntaba el proyecto de ley que presentó, en mayo de 2016, junto a otros parlamentarios, para hacer obligatorias las primarias, oportunidad en la que señaló: “el sistema más democrático, transparente y participa vo son las elecciones primarias”. Estas afirmaciones, que compartimos para la nominación de los cargos de elección popular en general, son más fuertes y valederas cuando se trata de un precandidato presidencial.
Existen otras consideraciones que avalan la misma conclusión. En esta etapa es importante dotar al Partido de un mecanismo institucional, de reglas claras para todos, para elegir su candidato. Ello, como parte de un proceso aún más importante: proporcionar al Partido una vía para que este pueda debatir y concordar un programa propio, que incluya un diagnóstico de la actual situación del país, del modelo de sociedad que los socialistas impulsan, así como para definir propuestas más específicas para el horizonte de un próximo gobierno de 4 años.
Un Partido con la densidad histórica y doctrinaria como el nuestro no puede guiarse simplemente por lo que dicen las encuestas. Ellas muestran la envergadura de desafío de cambio al que debemos responder, y por eso no pueden inmovilizarnos. Hoy lo principal es movilizar al Partido en torno a la construcción de una visión y de un programa propio con el cual dialogar con la sociedad y con eventuales otras candidaturas presidenciales.
Al respecto, quisiera sumarme a quienes han sugerido que la “consulta ciudadana” que defina el precandidato presidencial socialista se realice conjuntamente con la elección de la dirección del Partido el próximo 26 de marzo. Ello permitiría racionalizar recursos y esfuerzos, y podríamos hacer de ese día un gran momento de democracia socialista, abriendo las puertas del partido a la sociedad. Es razonable anticipar que dicho acto electoral sería mucho más concurrido que una elección interna realizada después que la cuestión presidencial ha quedado zanjada por un acuerdo del Comité Central. Esa mayor participación tendría varios efectos benéficos: mostraría un Partido vivo y movilizado en un año de elección parlamentaria y presidencial, permitiría aumentar la tasa de refichaje de los militantes del partido, y sobretodo constituiría una potente señal hacia la ciudadanía, especialmente hacia los jóvenes, de que el Partido Socialista está abierto nuevamente para construir en diálogo con la sociedad su proyecto de país.
A todos nos interesa construir una opción de mayoría para derrotar a la derecha; pero debe interesarnos también que en ese proceso podamos prevalecer frente a los sectores conservadores que, desde dentro de la propia Nueva Mayoría, se oponen a la transformación del modelo neoliberal. No podemos desconocer que el programa transformador de la Presidenta Bachelet se vio obstaculizado de manera importante desde su propia coalición. Para este segundo propósito es fundamental que el Partido se defina en torno a un programa antineoliberal, para lo cual un proceso de debate y participación militante es imprescindible. Solo de ese modo puede construirse la fuerza que requeriremos para asegurar el sentido progresista y transformador de la próxima etapa.
Confiamos en que el Partido Socialista ratificará el camino institucional y participativo de primarias abiertas y ciudadanas en su próximo Pleno de Comité Central. Por lo demás, en esa misma dirección se han pronunciado casi la unanimidad de las asambleas y direcciones regionales y comunales del país, así como la Juventud Socialista. Es, por tanto, el camino que mejor asegura la unidad y la institucionalidad partidaria.
Con aprecio y respeto, se despide fraternalmente.
Fernando Atria
Profesor y militante socialista Precandidato presidencial del PS
Enero, 2017.