A denunciar el fortalecimiento del estado contrainsurgente y a todos sus cómplices rastreros

de Polo Clasista

Con el argumento del aumento de la delincuencia y el crimen organizado, el pacto de dominación que colocó en la moneda a Boric como guaripola del reformismo y adelantado de la reacción avanza a paso firme contra quienes luchamos por acabar con el capitalismo. Tras el asesinato de un esbirro de la patronal, los dueños del poder y la riqueza, los mismos que nos convocan a las urnas para legitimar su asquerosa democracia, no dudaron en impulsar una batería legislativa y presupuestaria que busca blindar la democracia de las elites a costa de las pocas libertades y derechos de las y los trabajadores y el pueblo.

La firma del acuerdo por la paz y la nueva constitución del 15 de noviembre en pleno alzamiento popular, buscó institucionalizar las luchas por la vía electoral y contener la ofensiva de la clase trabajadora y el pueblo que en las calles exigía mejores condiciones de vida. Esta fue la primera muestra de que la burguesía y el bloque en el poder se cuadraban de forma unánime en defensa del actual sistema de miseria y contra quienes luchábamos por derrotar no solo al gobierno de Piñera, sino que acumular fuerza social para las transformaciones radicales de la sociedad de clases.

Hoy, orquestando una obra de teatro muy bien articulada a la vez que absolutamente grotesca, se impulsa el segundo gran acuerdo interburgués, el de “seguridad pública” que tiene por objetivo no solo, como lo han declarado por sus medios de comunicación de masas, enfrentar la delincuencia, pues sabemos que más pacos no significan menos delincuencia, sino y por, sobre todo, fortalecer el estado contrainsurgente y frenar cualquier intento de la clase trabajadora de volver a las calles a luchar por nuestros derechos. Las amenazas de continuar haciendo uso de estados de excepción como lo hacen en la zona sur del país, de militarizar aún más a la policía, de encarcelar a las y los migrantes, entre otras, son tácticas repetidas ante las condiciones objetivas y subjetivas que permitirían un nuevo alzamiento popular, hoy contra el gobierno demoliberal de Boric y su pandilla. 

Desde luego no queremos ser víctimas de la delincuencia en nuestros territorios, y tenemos la certeza que sirven a los intereses y son productos y cómplices de la dominación, pero estamos claros que son ellos los dueños del poder y la riqueza los verdaderos y grandes delincuentes, los dueños de las AFP e ISAPRES que lucran con nuestra seguridad social; los dueños de los bancos que nos estafan y especulan con nuestras necesidades, los pacos y milicos ladrones y traficantes de armas, los grandes empresarios que se coluden para aumentar los precios de los productos básicos; ellos son quienes delinquen día tras día a costa de nuestra cesantía, precarización y pobreza. 

La socialdemocracia, las y los vacilantes y oportunistas que hoy se acomodan en cargos del estado y municipios afines al gobierno, son cómplices activos de la operación política que busca aislar a las y los que luchan criminalizando la protesta popular y sofocando los intentos por denunciar las injusticias del sistema de explotación y opresión, que, a pesar del reflujo del emergente movimiento popular, intentamos mantener viva la llama de la protesta y la lucha por nuestros derechos. Ahora la carta del juego pasa de la democracia liberal a un giro evidentemente autoritario en la forma de gobernar, como expresión de una segunda fase del pacto de dominación que tiene como objetivo aplacar toda llama de rebeldía y toda alternativa revolucionaria de transformación de la sociedad. Utilizando el discurso antidelincuencia y nacionalista, la socialdemocracia que llamó a votar contra el fascismo en su campaña electoral, hoy contribuye a cimentar con mayor fuerza la ultra derecha y el autoritarismo como alternativa de salida a la actual crisis. Claramente, la burguesía nos está devolviendo la mano por el despertar del 2019. 

Las y los clasistas, no olvidamos que fueron los aparatos represivos, los pacos, los ratis y las fuerzas armada quienes durante el alzamiento popular asesinaron, torturaron, violaron y cegaron a miles de compañeros y compañeras que en las calles combatíamos por mejorar nuestras condiciones de vida, que fueron ellos que a sangre y fuego reprimían las ollas comunes, las asambleas territoriales, las marchas y barricadas. Sabemos también que nuestro pueblo vive a diario los costos de la pobreza que aumenta mientras unos pocos se enriquecen, sabemos que persiste la rabia y que las leyes de falsa democracia y de represión no son suficientes para silenciar los sueños y ansias de rebelión.

El llamado a las y los organizados, a las y los clasistas y revolucionarios, al conjunto del pueblo en lucha, es a estar atentos ante la ofensiva de la burguesía por impulsar una agenda chovinista y represiva, que en el fondo prepara las condiciones para enfrentarnos cuando volvamos a las calles. Debemos articularnos para enfrentar la ofensiva contrainsurgente, fortalecer la organización y protesta popular, acumular fuerza social revolucionaria y preparar las condiciones para luchar por acabar de una vez por todas con la barbarie capitalista y todos sus lacayos. 

Unidos Contra el Capitalismo – Construyendo el Poder del Pueblo

Polo Clasista

Abril, 2023

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