Al alba y al ocaso los cisnes
Urgan en la ciénaga lacustre
Una magnitud armónica
Para un verso amargo y celeste,
América sueña despierta
Y le invaden su sueño,
Son los mismos que mataron
A Sandino, Allende y al Che,
Los mismos metales fundidos con odio
Por malditos Polifemos industriales,
Los molosos de la muerte andan olisqueando
Agua, petróleo, uranio y esmeraldas
en los llanos y el sertao,
Y suben los valores en las bolsas militares
Londres,
New York,
Tokyo
Hong Kong
Y las usinas paren misiles para continuar la guerra,
Los bombarderos nucleares
Brillan al alba como un sol negro
Esperando la orden del laberinto digital
Mientras los dorados Minotauros
Van masacrando el mundo
Con sus delirantes cifras financieras,
Inanna madre de la guerra,
Inanna espíritu de las bombas de Hidrógeno,
Inanna iluminada con mil soles nucleares,
Inanna la sombra oscura del invierno atómico,
Inanna siglos de mares radioactivos,
Inanna dinero, cadenas, sangre y opresión
A cada hombre mujer y niño
Se le asigna un punto entre un 0 y un 1
Los números del amanecer nuclear
Inanna Imperatrix Mundi
Sexo y guerra, guerra y sexo hasta morir,
Y, la verdad Rubén, es que hemos perdido casi todo,
No hay paz en Nuestra América
Ni en ningún rincón de la tierra hay paz,
Proféticas hienas de uniforme
Planearon un destino
De estroncio 90, uranio 232,
Plutonio, magnesio radiactivo, cesio 137,
No hay paz ni para la sagrada noche del Principio,
Hiouan
Bleue foncé
Couleur du Ciel Noir
Y la pobre vieja María
Continúa muriendo sola
En una sucia cama
De un pobre hospital guatemalteco,
Y tu sabes, Rubén,
Sólo queremos paz.
Tu amigo,
Ernesto.