Claro que son 50 años
Son 50 años de mierda
¿Y qué vienen a conmemorar ustedes
que un día se despertaron de un mal sueño?
¿Y volvieron a casa, calefacción y cuenta corriente?
Mientras que nosotros nos quedamos contando años y muertos.
Ustedes conmemoran, pero no pueden hablar de lo que conmemoran.
Nosotros contamos 50 años de mierda
Con golpes de tortura eléctrica que no sanarán nunca,
Con años de cárcel para que ustedes traidores vivieran tranquilos,
Con exilios y más exilios con los que pagamos más de lo soportable,
Con todas las revoluciones que fracasaron y las que fracasarán,
Pero ustedes se dejaron llevar por sus ontologías de la frivolidad
Y luego hablaron de democracia y buenas costumbres regadas de alcohol
Pero dentro de sus pechos traidores llevaban millones en bolsas de papel amarillo,
A ustedes manada de lobos conmemorantes los acuso del peor crimen
Odiar su pueblo, amar el lujo, vender su alma al diablo por tres lucas
Y seguir apernados a un poder que les mató el alma y la voluntad,
Los acuso a ustedes de convertir la historia en un cuento de duendes y hadas,
Los acuso de la ignorancia de un pueblo infeliz
El pueblo que anda en micros hediondas con choferes enfermos de los nervios
Grasientos en el límite del ataque de histeria, del acting out,
Esperando el cogoteo que viene el disparo y la muerte subiendo a la pisadera,
Ustedes manga de vendidos no nos conocen
Los que vamos de fracaso en fracaso y un antifaz de lana negra,
Los que vamos de tumbo en tumbo con un silencio mortal y clandestino
Que derrite el calendario y su hierro de hechos inevitables,
Por eso cargamos esta tristeza pobre
Anonimia salada y brumosa en puerto de aguas aceitosas,
Y una sola esperanza que afirma el pestañeo de pasos sin fe,
En azumagadas pensiones de alquiler,
En cuartos de estudiantes pobres,
Y en cantinas de caletas ebrias del mar pacífico en invierno,
Donde hay colgado un retrato del Che
Y un libro de tapas de cartón barato rojo y negro
Olvidado sobre cajones de manzana,
Allí donde se cuece el pescado en unas brasas exánimes,
Y se bebe el vino de los destituidos con los ojos fijos en otro horizonte,
Por ahí una sombra musita algo sobre el hombre,
Donde algo como un susurro sordo del hombre dicho por el hombre
Vaga entre los abyectos en ese muerto callejón,
Pero así vive hombre, vive, vivirá y no dejará de vivir,
Y tu, que te perdiste el misérrimo absoluto del hombre
Ahora cargas un desierto de culpas mal digeridas
Ocultas en los faldones de tu chaqueta,
Clavadas como una mandíbula de sierpe en tus espaldas,
Esas culpas que te desollan los nervios y te llevan al psicoanalista,
Vas a la oscuridad de tu aburrida palabra hastiada
Vas sin saber porqué a hablar por hablar y hablar y hablar
Te fundes a tus palabras como si fueses otra palabra sin sentido,
Abstracto, ausente, la culpa te saqueó el sentido
Y llegaste a la hora de tu culpa absurda y brutal
Que te despellejó el ser,
Tu super yo te pasó la cuenta de todos tus vicios
En el sillón donde se abrieron las compuertas de todas tus traiciones.