El catolicismo considera la levitación como un fenómeno no ordinario que consiste en que un cuerpo se levante sobre la tierra, manteniéndose en el aire sin apoyo natural. En la mística católica, recibe el nombre de éxtasis ascensional, y de marcha extática cuando el cuerpo parece desplazarse sin tocar el suelo.
La Iglesia explicó este fenómeno como una antelación del don de agilidad propia de los cuerpos gloriosos. Por regla general, la levitación mística se verifica mientras el paciente está en éxtasis y, si el cuerpo se eleva un poco, se llama éxtasis ascensional; si se eleva en gran altura, recibe el nombre de vuelo extático; y si empieza a caminar rápido a ras del suelo, pero sin tocarlo, se llama marcha extática.
El sacerdote de la foto es un padre jesuita llamado Pe. Giovanni Sala, la foto es real. Lo que en modo alguno significa que el sujeto de la imagen sea sacerdote católico, levite y materialice los dudosos conceptos teológicos anotados.
Sin ir más lejos, Chile es una república democrática prácticamente desde el nacimiento del Estado nacional. Hay un Decreto 55 de agosto de 1976, emanado de la Junta Militar de aquél entonces que proscribía los apremios ilegítimos dándole a esta prohibición rango constitucional. El Decreto era real, la voluntad expresada en él era igualmente real.
El día de ayer vivimos un fenómeno similar. El Gobierno transformador, feminista, participativo, plurinacional, paritario. El mismo llamado a consumar un salto histórico, impulsado por una voluntad de sepultar el oprobioso pasado oscurantista del neoliberalismo pinocheteano encarceló a un indio por sus ideas.
Con miserable desdén gamonal y a convenientes dos mil kilómetros de distancia, Su Excelencia se permitió indicar que el encarcelamiento de Llaitul se debía a su «nula disposición a abandonar la vía violenta». El Fiscal indicó que Llaitul «no respetaba la institucionalidad». Esto ocurrió en Chile en 2022, no en Alemania en 1937.
Formalmente, las imputaciones que hoy tienen encarcelado al líder de la CAM son las de la Ley de Seguridad Interior del Estado, aquellas que penalizan atentados al orden público consistentes (art 6) en incitar, provocar, ultrajar y promover. Esto es, el prototipo del delito de opinión.
Lo mejor de todo es que este escandaloso atentado a las libertades democráticas fue proferido en defensa de la igualdad ante la ley y el Estado de Derecho. De verdad. Esto se sostuvo hace horas por las máximas autoridades en un país en que los mayores violadores a los DDHH Pinochet o Piñera (a vía meramente ejemplar) jamás han pisado una cárcel. Mismo país en que la policía la dirige un sujeto imputado por masivas y sistemáticas violaciones a los DDHH.
La actual Constitución proclama a Chile como una república democrática, la próxima indicará —creo recordar a algún infeliz llorando de emoción por esto— que «Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológico».
El hombre que está en la foto, indudablemente, está levitando.