La «alerta antifascista vuelve va ayudar al PSOE, único beneficiario del «voto útil»

de Canarias Semanal

Contra la mayoría de los pronósticos electorales, el Partido Popular no podrá constituir un nuevo gobierno con VOX tras los comicios generales de este 23J.

    Aunque el PP  fue el Partido más votado, con 8.022.090 de votantes y 136 diputados (47 más que en 2019), y suma un total de 169 escaños con los 33 de VOX – tercera fuerza política en el Estado pese a haber perdido 52 escaños– a este bloque de la derecha tradicional le han faltado 7 diputados para alcanzar la mayoría absoluta que le hubiera sido necesaria para gobernar.

     Y, mientras el Partido Popular se ha quedado muy lejos del triunfo que le auguraban la mayor parte de las encuestas, el PSOE no sufrió tampoco la estrepitosa caída que éstas aventuraban para el partido liderado por Pedro Sánchez.

    Con un total de 7.749.791 votos y 122 escaños – 2 más que en las elecciones del 2019– el Partido socioliberal ha sido una vez más, como ha sucedido de manera regular a lo largo de las últimas cuatro décadas, el gran beneficiario de los llamamientos a votar para «detener el ascenso de la ultraderecha», aglutinando abrumadoramente el llamado «voto útil» e, incluso, el voto «al mal menor» postulado por algunos intelectuales de izquierdas desde posiciones pretendidamente críticas.

    Por el contrario, la Coalición electoral Sumar, de Yolanda Díaz, continúa reiterando la misma dinámica de progresiva pérdida de apoyos electorales que ya venía sufriendo su marca antecesora, Unidas Podemos. La coalición liderada por la vicepresidenta Díaz no alcanzó su objetivo de convertirse en la tercera fuerza política del país, obteniendo tan solo 31 escañosDos menos que la formación ultraderechista deSantiago Abascal, 4 menos de los obtenidos por la propia Unidas Podemos en la repetición electoral de noviembre de 2019, cuando ya sufrieron una pérdida de 7 escaños con respecto a las elecciones celebradas en abril de ese mismo año.

«El PSOE ha sido, una vez más, el gran beneficiario de los llamamientos a votar para «detener el ascenso de la ultraderecha», aglutinando el llamado «voto útil» e, incluso, el voto «al mal menor» postulado por algunos intelectuales de izquierdas desde posiciones pretendidamente críticas»

    Pese a esta pérdida de apoyos electorales, la posibilidad de reeditar un Gobierno de coalición permitiría mantener, momentáneamente, la cohesión en Sumar, una variopinta coalición de grupos, grupúsculos e intereses domésticos que en el caso de que se hubiera constituido un Ejecutivo del PP y VOX podría haber tenido los días contados.

   En Cataluña, también se ha visto perjudicada, fruto de sus numerosas concesiones al PSOEEsquerra Republicana de Catalunya, que ha perdido un total de 6 diputados, empatando en representación con sus competidores catalanes de Junts, con 7 diputados para cada una de las dos formaciones nacionalistas. 

   Las CUP, por su parte, pierde los dos diputados que habían alcanzado en las elecciones del 2019, con un estrepitoso descenso de apoyos electorales. Pierden un 60% de votos,pasando de los 240.000 de hace cuatro años (6,3%) a menos de 100.00 (2,8%) en los comicios de este domingo.

    Mejor suerte han corrido los socialdemócratas vascos de EH Bildu, que obtienen 6 diputados  uno más que en 2019 – superando al Partido Nacionalista Vasco, que logró 5 diputados.

     El arco parlamentario se completa, en estas elecciones generales, con 1 diputado del Bloque Nacionalista Galego (BNG), 1 diputado de la derechista Unión del Pueblo Navarro,1 diputado de Coalición Canaria, que pierde también otro escaño con respecto a las pasadas elecciones generales.

  REEDICIÓN DE GOBIERNO CON EL APOYO DE LOS NACIONALISTAS VASCOS Y CATALANES O REPETICIÓN ELECTORAL

    Con esta distribución electoral, la «victoria» de Alberto Núñez Feijóo se convierte en una derrota de facto, mientras que la posibilidad del PSOE de reeditar un Gobierno con sus socios de Sumar pasa, fundamentalmente, por la obtención de los apoyos para la investidura de Pedro Sánchez de los nacionalistas catalanes y vascos.

     Una posibilidad que, obviamente, estará supeditada a la concesión de ciertas contrapartidas, en el marco de negociaciones que, aunque puedan ser más o menos complejas, no presentan más alternativa, en el caso de que no alcanzaran buen puerto para sus protagonistas, que la repetición electoral.

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