Buenos Aires: Nabucco triunfa en el Colón

por Gian Paolo Martelli

Gran noche dominical en el Teatro Colón de buenos Aires para la última función de la gran ópera verdiana, la cual estuvo en espera por más de 2 años debido a la pandemia. La propuesta escénica surrealista de Stefano Poda, basada en el color blanco con una excelente iluminación que nos dio toda la paleta de claroscuros, fue refinada y bien tratada, con movimientos de las masas tanto corales como de figurantes acertadas, combinado con el uso de una plataforma circular móvil que daba dinamismo a la escena.

La experimentada batuta del maestro Carlos Vieu, nos entregó una lectura completa de la partitura verdiana, sin cortes, acotado al estilo del compositor de Roncole, con acertados momentos.

Muy alto el momento del esperado “Va Pensiero”, donde se concedió el bis…imposible no hacerlo mucha historia en ese coro.

La orquesta sonó poderosa y afiligranada, demostrando la calidad de la agrupación de los ejecutantes del teatro Colón, donde reinó un sonido compacto y delicado en los momentos sutiles. El coro impecable, diáfano y poderoso en sonoridad, se lucieron en cada intervención desatando ovaciones del público.

Con respecto a los intérpretes, Leonardo López linares (hijo de nuestro conocido pedro Linares radicado en Chile), demostró porqué ha cantado el rol principal de esta ópera en grandes teatros de Europa. Su voz partió aterciopela y fue creciendo con el pasar de cada acto demostrando belleza en el timbre y un caudal importante llegando a su punto mas alto en la entrega de su aria principal “Dio de Juda”.

Mónica Ferracani se mostró solvente en el exigente rol de Abigail, mostrando seguridad, buen manejo de su registro y control en las coloraturas de gran exigencia, en especial en cabaletta donde su voz clara y de buen volumen nos entregó una excelente interpretación del rol.

De bello timbre y graves generosos la entrega de Christian Peregrino en el rol del profeta Zaccaria, un acierto más en su elección para este rol.

Tanto Florencia Machado como el tenor Santiago Vidal, impecables en su interpretación de Fenena e Ismael respectivamente.

En resumen, Gran noche en el colón para un cierre de funciones impecable, que trae de vuelta la ópera a Colón… viva Verdi, Nabucco triunfa una vez más.

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