Trump incita violencia contra fiscales y enemigos políticos en redes sociales y actos de recaudación de fondos del Partido Republicano

por Jacob Crosse

Ante los cuatro cargos por delitos graves desvelados el pasado jueves que detallan algunos de sus esfuerzos ilegales para derrocar las elecciones de 2020 e instalarse como presidente-dictador, el expresidente Donald Trump ha respondido con una avalancha de retórica fascista destinado a instigar la violencia contra los fiscales y sus enemigos políticos.

En un post de Truth Social el viernes por la noche, Trump prometió tomar represalias contra cualquiera que coopere en las investigaciones en curso en su contra, escribiendo: ‘¡Si vas a por mí, yo iré a por ti!’.

Después de que Trump publicara sus amenazas apelando a los elementos de la milicia de extrema derecha que irrumpieron en el Capitolio el 6 de enero de 2021, los fiscales federales presentaron una moción ante la jueza de distrito Tanya S. Chutkan, que supervisa el caso federal, solicitando una orden de protección para evitar que Trump hable públicamente sobre las pruebas descubiertas en el caso hasta que comience el juicio.

En su moción, los fiscales señalaron que era ‘particularmente importante’ que Trump y su equipo legal no pudieran publicar información sobre testigos y sus pruebas contra Trump porque el expresidente ha atacado con frecuencia a ‘testigos, jueces, abogados y otras personas relacionadas con asuntos legales pendientes contra él.’

En su presentación, los fiscales citaron el post de Trump ‘¡VAMOS A POR TI!’ y explicaron que esto era parte de un patrón de Trump atacando a cualquier persona involucrada en litigios o casos penales contra él. Precisamente el abril pasado, en su cuenta social de Truth, Trump prometió ‘muerte y destrucción’ si se le acusaba en el caso del ‘dinero subrepticio’ en el que está implicada una actriz de cine para adultos.

La jueza Chutkan pidió a los abogados de Trump que respondieran a la petición de los fiscales antes del lunes por la tarde, tras lo cual los abogados de Trump intentaron que este plazo se retrasara hasta el jueves. Sin embargo, el sábado, Chutkan denegó esta petición y mantuvo a Trump en el plazo del lunes a las 5 de la tarde.

Un comunicado emitido por la campaña de Trump el viernes por la noche afirmaba que el post de Trump era sólo un ‘discurso político’ y no iba dirigido contra ninguna persona en concreto, sino una respuesta a los ‘ grupos deshonestos de intereses especiales y Super PACs’.

Al mismo tiempo que los abogados de Trump afirmaban que sus amenazas no iban dirigidas contra una sola persona, la campaña de Trump publicó un anuncio político dirigido contra los fiscales que investigan a Trump. El anuncio ataca al ‘ liberal radical’ fiscal del distrito de Manhattan Alvin Bragg, al abogado especial Jack Smith, a la ‘socialista’ fiscal general de Nueva York Letitia James y a la ‘incompetente’ fiscal del distrito de Atlanta Fani Willis. Tres de los cuatro son afroamericanos, al igual que la jueza Chutkan, y Willis ya ha sido objeto de un aluvión de amenazas de muerte racistas por parte de partidarios de Trump en las últimas semanas.

La crisis sin precedentes y el desmoronamiento del sistema político estadounidense se expresan en el carácter y la frecuencia de las amenazas de Trump, así como en la respuesta de la clase política de ambos partidos.

Muy pocos demócratas, y prácticamente ningún republicano, se han opuesto públicamente. Nunca antes había ningún político burgués prominente incitado tan abiertamente a la violencia contra jueces, fiscales y sus enemigos políticos, mientras que Biden y la gran mayoría del Partido Demócrata permanecen en silencio.

Este silencio no es un error, sino un cálculo político. Con el fin de llevar a cabo su agenda de clase compartida de austeridad en casa y la guerra imperialista en el extranjero, ahora contra Rusia en Ucrania, y más tarde contra China en Taiwán, los demócratas requieren el apoyo político de sus cada vez más autoritarios ‘colegas republicanos.’

A los demócratas les preocupa mucho más que la creciente militancia y oleada huelguística de la clase obrera se les vaya de las manos y amenace a todo el sistema capitalista que el peligro de un aspirante presidente fascista.

Los exabruptos de Trump no son exclusivos de él y reflejan la transformación de los grandes sectores de la clase dominante, y de una mayoría del Partido Republicano en una organización fascista que ya no acepta la democracia, ni los resultados electorales que no les favorecen. En un acto de campaña la semana pasada, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, prometió empezar a ‘degollar’ a ‘esta gente del Estado profundo’ el ‘primer día’ de su gobierno.

Escupiendo en la cara de la petición de los fiscales federales, Trump redobló su retórica violenta mientras hablaba ante una sala de 2.700 republicanos en Alabama el viernes por la noche. Después de recibir una presentación aduladora del senador de Alabama y defensor de los nacionalistas blancos, Tommy Tuberville, Trump arremetió contra la ‘acusación farsa’ que, según él, era el producto de ‘abogados rabiosos de izquierda’.

Trump atacó a los ‘fiscales marxistas realmente corruptos’, dirigiendo la mayor parte de su vitriolo contra el abogado especial Jack Smith, al que caracterizó como un ‘desquiciado… tipo malo’ carente de ‘alma’.

Trump afirmó absurdamente que el presidente demócrata Joe Biden, ex senador de Delaware, belicista, rompehuelgas y capitalista, lideraba una cábala de ‘viciosos marxistas y comunistas’. Estos ‘fiscales marxistas’ no sólo ‘iban a por Trump’ sino que atacaban a ‘los católicos y a la Iglesia católica’.

Además de su incoherente histeria anticomunista, Trump repitió la ‘mentira del laboratorio de Wuhan’ y prometió ‘hacer pagar a China’ por ‘desatar el virus chino.’

Trump prometió reinstaurar la política de inmigración conocida como Título 42 como parte de su plan para llevar a cabo ‘la mayor operación de deportación interna de la historia de Estados Unidos.’ Trump estimó que había unos ’15 millones de personas’ que debían ser deportadas, incluyendo ‘niños’. Trump prometió ‘devolver a los niños’ a su ‘país de origen’ y reinstaurar la ‘prohibición de viajes de Trump’ para prohibir visitantes de países de ‘mayoría musulmana’.

La noche siguiente, en Carolina del Sur, Trump repitió los mismos ataques contra sus enemigos políticos y fiscales. Al igual que en Alabama, Trump fue recibido calurosamente por los republicanos electos de Carolina del Sur presentes, entre ellos el senador Lindsey Graham y el gobernador Henry McMaster.

En su presentación de Trump, McMaster afirmó que las acusaciones contra Trump eran falsas y emanaban de la ‘oposición del Estado profundo’ a la que se enfrentaba. McMaster pidió ‘guerreros’ para defender a Trump, al que calificó como un ‘gran líder para nuestro pueblo’.

En su discurso de más de una hora, Trump agradeció a McMaster que mantuviera el Estado ‘abierto’ durante la COVID-19 y reiteró sus ataques contra el ‘maníaco’ Jack Smith.

Trump pidió al Senado que ‘dé un paso al frente’ y le defienda de nuevas acusaciones y afirmó que el hecho de que el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, no lo haya hecho aún es señal de que ‘tienen’ algo contra él.

‘Los senadores tienen que dar un paso al frente’, exigió Trump. ‘Las tornas cambiarán y destruiremos el Estado profundo’.

El domingo por la mañana, Trump continuó con sus ataques violentos contra los fiscales y sus oponentes políticos. Trump atacó a la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, cuyo marido fue víctima de un asalto brutal a martillazos infligido por un partidario de Trump el año pasado, llamándola ‘bruja malvada’ y ‘psicópata enferma y demente que algún día vivirá en el INFIERNO’.

En un golpe racista apenas velado contra los afroamericanos que viven en Washington D.C. Trump escribió más tarde que no había ‘NINGUNA MANERA’ de que pudiera tener un juicio justo en D.C. un ‘EMBARRATO ASQUEROSO Y LLENO DE CRIMEN A NUESTRA NACIÓN’. Trump pidió a la jueza Chutkan, afroamericana, que se recusara y que el juicio se trasladara fuera de Washington D.C.

En los diversos programas de entrevistas de los domingos por la mañana, el abogado de Trump, John Lauro, repitió la intención de Trump de intentar que el caso federal relacionado con el ataque del 6 de enero se trasladara a ‘Virginia Occidental’, que según él tenía un ‘jurado diverso’ que representaba las ‘características del pueblo estadounidense”.

(Fuente: WSWS)

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