Oro, capitalismo y destrucción del medio ambiente

por Rolando Astarita

En una nota publicada en Prensa Obrera, “El acaparamiento capitalista del oro y la destrucción del planeta”, Nazareno Kotzev sostiene que “bajo el sistema capitalista, el oro se utiliza principalmente para la producción de joyas y lingotes…”. Más adelante afirma que el oro “se utiliza para la fabricación de joyas y productos electrónicos, y como reserva de valor. Solo el 15% del oro extraído se utiliza para la industria, el resto se destina a la producción de joyería, lingotes y monedas, algo completamente improductivo”. Si bien el eje de la nota es denunciar el terrible daño ambiental que está provocando la extracción del oro (denuncia que compartimos), quisiera precisar algunas cuestiones. En especial, mostrar que la demanda de oro debido a su rol monetario es, de lejos, la más fundamental, y el motor último de la devastación que está produciendo la minería aurífera. Para lo que sigue me baso en las estadísticas e informes del World Gold Council (www.gold.org).

Algunos datos

Empecemos brindando algunos datos. En primer lugar, los referidos a la demanda. En 2022 los principales rubros fueron:
Joyería: 30,4%
Tecnología: 5,1%;
Barras y monedas: 31,9%
Bancos centrales y otras instituciones: 29,7%
O sea, prácticamente el 60% de las compras de oro en 2022 se explican por su rol como medio de atesoramiento y como respaldo último de la emisión monetaria.

Oro y la teoría monetaria de Marx

Muchos críticos, e incluso muchos marxistas, sostienen que el dinero se ha desmaterializado por completo y que por lo tanto la teoría del dinero de Marx hoy no es válida. Hemos discutido esta cuestión en notas pasadas. En una de ellas decíamos:

   “…si bien el metal no cumple un rol como medio de pago, sí lo hace como medio de atesoramiento y encarnación de valor (reserva última de valor), en el sistema monetario internacional. Es una realidad que el oro no es demandado como un simple metal, sino en cuanto equivalente general, por su existencia económica como dinero mercancía. Más precisamente, su valor de uso es conservar valor, encarnación de tiempo de trabajo directamente social. Los propios directores de los bancos centrales reconocen que es necesario tener reservas de oro porque, después de todo, “es el único activo que no es pasivo de ningún gobierno” (aquí).

Desarrollos recientes

De todas formas, en los 1990 y hasta comienzos de los 2000 los bancos centrales, especialmente los occidentales, fueron vendedores netos de oro. La demanda para fabricación de joyería y para tecnología representaba por entonces la amplia mayoría de la demanda mundial. Por lo tanto, la idea de que el dinero se desmaterializaba por completo pareció tener sustento real. Después del quiebre, en 1971, del patrón dólar-oro (sistema de Bretton Woods), el metal precioso desaparecía del plano monetario.

Sin embargo, a comienzos de los 2000, y a partir de una creciente preocupación por la solidez de sus reservas, los bancos centrales dieron un giro en su política, y hacia 2010 eran compradores netos. Como resultado, entre 2010 y 2022 aumentaron sus tenencias de oro en 6815 toneladas. A fines de 2022 las reservas se mantenían por encima de las 35.000 toneladas. En el presente el oro (8133 toneladas) representa el 67% de las reservas de EEUU; el 66% de Alemania (3355 toneladas); 63% de Italia y 58% de Francia. Pero también hay compras por parte de bancos centrales que buscan diversificar sus activos. En 2022 los mayores compradores del metal fueron China (62 toneladas), Turquía y Emiratos Árabes.

Pero además, la posesión de oro en manos de privados crece “a la par de la riqueza de la sociedad burguesa” (Marx, p. 163, t. 1, EC). Tengamos en cuenta que el oro es considerado un reaseguro contra la inflación y refugio de valor en tiempos de crisis. En este respecto, la demanda de monedas o barras de oro con fines de inversión aumenta a medida que progresa la acumulación de capital. Europa es hoy uno de los mayores mercados regionales para la inversión de oro, representando en 2022 aproximadamente el 20% de la demanda global anual de barras y monedas. China e India son otros importantes focos de inversión en oro. Agregando que buena parte de la demanda de joyas, en especial en India, es considerada inversión más que gasto suntuario.

También han contribuido a impulsar la inversión los Exchange Traded Funds en oro (ETF). Estos instrumentos financieros cotizan en bolsas de valores como cualquier acción, pero su valor proviene de activos relacionados con el oro. Así, algunos ETF tienen como activos acciones de empresas mineras, o dedicadas a la comercialización del oro; otros siguen índices. A lo largo de los últimos 20 años han reunido tenencias por 3473 toneladas de oro, con un valor de 203.000 millones de dólares. A nivel global, hay más de 100 EFT respaldados físicamente por el oro.

Por todos lados el atesoramiento de la “encarnación del valor” significa poder social “que se convierte en poder privado, perteneciente a un particular” (Marx). Lejos de ser “una bárbara reliquia” (Keynes) el metal amarillo continúa siendo pues un vehículo de acumulación de la riqueza burguesa global. Aunque sea improductiva. Y al precio, por supuesto, de devastar la tierra, destruir los hábitats naturales, contaminar el agua y envenenar seres humanos, como señala Kotzev en su nota.  

(Tomado del Blog de Rolando Astarita)

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