por Valerio Arcary
1. Recordemos la metáfora de la curvatura de la varilla utilizada por Lenin: cuando la varilla está muy inclinada en una dirección, si queremos encontrar el punto de equilibrio, primero debemos inclinarla hacia el extremo opuesto. Lenin heredó este método de Marx. Un debate entre posiciones opuestas no puede resolverse de manera productiva a través de concesiones mutuas. En un primer momento, para aclarar las diferencias y reducir los márgenes de error, la mejor manera es desarrollar cada una de las posiciones hasta el extremo, para comprobar cuánto y cuáles de las hipótesis iniciales se sostienen. Las fuerzas que explican los flujos y reflujos de las luchas sociales, las inflexiones inesperadas, el largo estancamiento, las aceleraciones repentinas y, de nuevo, la terrible lentitud de los cambios que no llegan, hasta que se precipitan vertiginosas transformaciones, casi como una sorpresa, no se revelan fácilmente. La historia conoce los movimientos de la superficie y las transformaciones en las capas tectónicas más profundas. Estamos en una situación reaccionaria, pero no contrarrevolucionaria.
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