Las ideas fundamentales de Marx sobre el poder, pueden resumirse en las conclusiones siguientes:
- El Estado es un instrumento de coerción puesto al servicio de la clase dominante, con el objeto de oprimir a las otras clases.
- Mientras existan clases, existirá el Estado y, por tanto, no se puede “acordar” ni “decretar” su abolición.
- El proletariado, si quiere defender sus intereses, ha de luchar por la conquista del poder, que utilizará para crear una nueva sociedad sin clases.
- Para quebrantar la resistencia de la burguesía —las clases explotadoras no han renunciado resignadamente a sus privilegios— y emprender la organización de la sociedad sobre bases socialistas, el proletariado, al tomar el poder, tiene necesidad de instaurar, transitoriamente, su dictadura de clase. Este período de transición entre el capitalismo y el comunismo es inevitable. Sin él, la emancipación de los trabajadores es imposible.
- La clase obrera no puede limitarse a tomar en sus manos la máquina del Estado y ponerla en marcha tal como es para sus propios fines” sino que debe destruirla creando sus propios órganos. (Ejemplo que puede servir de orientación: la “Commune” de París.)
- Desaparecidas las clases, el Estado propiamente dicho desaparece asimismo para ceder el sitio a instituciones puramente administrativas. “El gobierno de los hombres es sustituido por la administración de las cosas.”
- Es condición indispensable, para que el proletariado pueda cumplir su misión histórica, que se organice en partido de clase, independiente de los demás y con una política independiente de clase.