por Roberto Montoya
La vida de Juan Guaidó corre peligro, tal vez más que nunca. Un año y varios meses después de autoproclamarse presidente interino se encuentra acorralado.
No solo acumula fracaso político tras fracaso político más de un año después de haberse autoproclamado “presidente encargado” de Venezuela, sino que acumula enemigos, cada vez más, y algunos de ellos muy peligrosos.
No es ya el Sebin —el servicio de Inteligencia venezolano— su mayor peligro actual, ni son las FAES —las temidas Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana, de gatillo fácil—.
No, el Gobierno de Nicolás Maduro ha evitado durante todo este tiempo detenerlo para no dar la excusa esperada por EE UU y países vecinos de Venezuela para intervenir militarmente en ese país.
Leer más