¿Qué es lo que constituye el maoísmo? ¿Qué representa, como idea política y como corriente, en el comunismo contemporáneo? La necesidad de esclarecer estas cuestiones se ha hecho de lo más urgente debido a que el maoísmo compite abiertamente con otras escuelas de pensamiento comunista por el reconocimiento internacional. Pero ya antes de iniciar esta competición el maoísmo había existido como corriente, y luego como tendencia dominante del comunismo chino durante treinta o treinta y cinco años. Bajo su bandera, las fuerzas principales de la revolución china emprendieron la más prolongada guerra civil de la historia moderna y consiguieron la victoria en 1949, abriendo la mayor brecha en el capitalismo mundial desde la Revolución de Octubre y sacando a la Unión Soviética de su aislamiento. Difícilmente puede sorprender que el maoísmo saliera finalmente de sus fronteras nacionales y solicitara para sus ideas la atención mundial. Lo sorprendente es que no lo haya hecho antes, y que permaneciera durante tanto tiempo dentro de los límites de su experiencia nacional.
Isaac Deutscher
Isaac Deutscher: «1984» El misticismo de la crueldad
Pocas novelas escritas en esta generación han conseguido una popularidad tan grande como 1984 de Orwell. Quizá ninguna otra haya hecho un impacto similar en la política. El título de la obra de Orwell es un término de oprobio político. Palabras acuñadas por él — ”neodecir”, ”viejodecir”, ”mutabilidad del pasado”, ”ministerio de la Verdad”, ”policía del pensamiento”, ”criminopensar”, ”doblepensar”, ”semanade-odio”, etc. — han entrado en el vocabulario político; aparecen en la mayoría de los artículos periodísticos y los discursos antirrusos y anticomunistas. La televisión y el cine han familiarizado a un público de muchos millones de personas, a ambos lados del Atlántico, con la cara amenazadora del ”Gran Hermano”, y la pesadilla de una ”Oceanía” supuestamente comunista. La novela ha servido como una especie de superarma ideológica en la guerra fría. Como en ningún otro libro o documento, el miedo convulsivo al comunismo, que ha barrido al Occidente desde la terminación de la segunda guerra mundial, ha tenido su reflejo y su foco en 1984.
Isaac Deutscher: La conciencia de los ex-comunistas
Ignazio Silone cuenta que una vez dijo jocosamente a Togliatti, el líder comunista italiano: ”La lucha final será entre los comunistas y los ex-comunistas”. Hay en esa broma una amarga gota de verdad. En las escaramuzas de propaganda contra la U.R.S.S. y el comunismo, los ex-comunistas o los ex-compañeros de viaje son los tiradores más activos. Con la displicencia que le distingue de Silone, Arthur Koestler hace una observación similar: ”A todos los comodones insulares anticomunistas anglosajones os pasa lo mismo. Odiáis nuestros lamentos de Casandra y os resentís de tenernos por aliados; pero, en fin de cuentas, nosotros, los ex-comunistas, somos las únicas personas de vuestro bando que saben de qué se trata”.
Isaac Deutscher: Las raíces de la burocracia
Somos testigos de una clara tendencia al aumento de la burocratización de las sociedades contemporáneas, independientemente de sus estructuras sociales y políticas. Los teóricos de Occidente nos aseguran que el ímpetu de la burocratización es tal, que vivimos ya bajo un sistema ”managerial” que ha llegado a reemplazar casi imperceptiblemente al capitalismo. Por otro lado, tenemos el enorme, asombroso crecimiento de la burocracia en las sociedades postcapitalistas del bloque soviético, y especialmente en la Unión Soviética. Nos asiste toda la razón al tratar de elaborar alguna teoría de la burocracia que sea más completa y satisfactoria que el cliché tan de moda como en gran medida sin sentido de ”sociedad managerial”. Sin embargo, no es fácil abordar el problema de la burocracia; en esencia este problema es tan viejo como la civilización misma, aunque la intensidad con que ha aparecido a la vista de los hombres ha variado grandemente según las épocas.
El Stalin de Deutscher
por Pepe Gutiérrez //
En unas de las páginas electrónicas con pretensiones negacionistas, podemos leer: “…Transcurridos más de 50 años de la muerte de Jósef Vissarionovich Dzhugashvili (Stalin) persiste el debate entre sus detractores y defensores”. Sin embargo, esto podía ser cierto hace unas cuantas décadas, actualmente no lo es. Actualmente, exceptuando alguna agrupación arcaica del PCE o de las JCE, algún sector del Partit Comunista de Catalunya (PCC), sectores minoritarios de Corriente Roja, y algún que otro clásico como el PC m-l, el estalinismo no tiene ni que le defienda ni quien la escriba. El lector avisado que está al tanto de lo aparece, sabe encontrar una obra que defienda frontalmente Stalin y el estalinismo es tan difícil como efectuar una raya en el agua.
Isaac Deutscher: breve historia de la revolución rusa
La revolución de 1917 estalló en plena guerra mundial en la que Rusia, aunque perteneciendo de hecho a la coalición victoriosa, sufrió severas derrotas. En cierto sentido algunos consideran que la revolución se vio propiciada por el fracaso del ejército zarista. Pero la realidad es que la guerra no hizo más que acelerar un proceso que desde hacía varias décadas estaba erosionando el viejo orden establecido; aceleración que ya se había visto más de una vez intensificada por otras derrotas militares. El zar intentó evitar las consecuencias de su fracaso en la guerra de la concediendo la emancipación de los siervos en 1861. La derrota en la guerra ruso-japonesa de 1904-1905 se vio inmediatamente seguida por un annus mirabilis de revoluciones. Tras el desastre militar de 1915-1916 el movimiento empezó de nuevo desde el punto muerto al que había llegado en 1905, con la diferencia que en 1905 la insurrección de diciembre de los obreros de Moscú, había significado la palabra fin de la solución, mientras que en 1917 la revuelta armada Petrogrado fue la primera chispa. La organización más importante creada por la revolución de 1905 1/ fue el llamado «consejo de representantes obreros» o soviet de San Petersburgo 2/. Tras un intervalo de doce años, los primeros días del nuevo alzamiento, aquella organización volvió de nuevo a vitalizarse para convertirse en el foco principal del gran acontecimiento que avecinaba.
Isaac Deutscher, el emigrante rojo
por Bruce Robbins// En mayo de 1965, dos años antes de su muerte repentina a causa de un ataque de corazón, Isaac Deutscher habló en un mitin multitudinario contra la …