por Edmundo Moure
No resultaba fácil escribir en aquellos tiempos de horror, durante esa “larga noche de piedra”, que fueron los diecisiete años de dictadura militar, más quince o veinte años de democracia “protegida”, cuyos tentáculos de autocensura todavía operan en el inconsciente de escritores y periodistas, porque el miedo no termina por decreto ni la libertad se quita y pone como una camisa.