El auge del capitalismo y la productividad del trabajo

por Michael Roberts

En mi opinión, Marx y Engels hicieron dos grandes descubrimientos científicos: la concepción materialista de la historia y la ley del valor bajo el capitalismo; en particular, el papel de la plusvalía en la acumulación capitalista. La concepción materialista de la historia afirma que las condiciones materiales del modo de producción de una sociedad y las clases sociales que emergen en ese modo de producción determinan en última instancia las relaciones y la ideología de esa sociedad. Como escribió Marx en el prefacio de su libro de 1859 Contribución a la crítica de la economía política : “El modo de producción de la vida material condiciona el proceso general de la vida social, política e intelectual. No es la conciencia de los hombres lo que determina su existencia, sino su existencia social la que determina su conciencia».

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Ernest Mandel: Hay que soñar, la anticipación y la esperanza como categorías del materialismo histórico

[Este texto fue la contribución de Ernest Mandel a un coloquio celebrado en 1978 en homenaje al filósofo marxista Ernst Bloch (1885-1977) y se publicó por primera vez en 19801/. En este artículo, Mandel utiliza categorías desarrolladas por Bloch, como las de todavía no y realmente posible, para examinar la necesidad de incorporar las nociones de futuro en el pensamiento socialista.]

Desde el punto de vista marxista, el trabajo y la capacidad de comunicación avanzada son los dos aspectos más importantes del ser humano como ser social. El trabajo social es imposible sin una comunicación humana avanzada, interpersonal, que incluya la capacidad de utilizar herramientas lingüísticas estructuradas, de formar conceptos y de desarrollar la conciencia. Como materialistas, sabemos que la capacidad de comunicarnos de forma más que rudimentaria –la que también tienen los animales–, se basa en la necesidad de la producción social para ganarse la vida. La conexión inextricable entre el trabajo y la comunicación lleva, entre otras cosas, a que “simplemente no podemos eludir el hecho de que todo lo que hace actuar a los hombres debe encontrar su camino a través de sus cerebros, incluso comer y beber, que comienza como consecuencia de la sensación de hambre o sed transmitida por el cerebro, y termina como resultado de la sensación de saciedad igualmente transmitida por el cerebro”2/.

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Homofobia y mundo del trabajo

por Laurentino Vélez-Pellegrini//

El Vaticano promulgó el pasado mes de diciembre un documento que prohibe a los homosexuales el ejercicio del sacerdocio, viniendo así a añadir unas cuantas páginas a la larga antología de despropósitos que esta nueva Iglesia preconciliar o mejor dicho, contraconciliar, ha ido predicando desde el advenimiento de la Era Woytila. La Santa Sede es libre de ejercer su poder en el ámbito que le corresponde y los individuos (en especial los creyentes) de asumir sus dictados. Lo preocupante del asunto ya no es el que el mencionado documento formalice una condena moral de un determinado tipo de vida y elección sexual, sino que opere simultáneamente un mecanismo de descalificación, estigmatización y exclusión social de un colectivo, incluidos los miembros de éste que reivindican su pertenencia a la Iglesia. En suma, que decrete la disfuncionalidad social de un ciudadano (que es eso precisamente lo que tampoco deja de ser un sacerdote) sólo por su orientación sexual. Son de imaginar las graves consecuencias del documento si la sociedad en la que vivimos hubiese pertenecido a otras épocas caracterizadas por un mayor dominio de la Iglesia y peso de su influencia política, social y cultural. Afortunadamente la situación ya no es así y la sociedad de nuestro tiempo ha acogido el documento como lo ha hecho: con más o menos indiferencia. Como ha subrayado el politólogo Kerman Calvo (autor por otra parte de una importante investigación sobre la evolución del movimiento gay en España), existe por ejemplo una posición mayoritariamente contraria a la restricción de los derechos civiles de los gays y de las lesbianas, y son ya minoría los que consideran que la homosexualidad pueda ser un pretexto de discriminación para el acceso a la Función Pública, al ejercito o la enseñanza. Si bien una cosa son los posicionamientos políticos (que reflejan un talante liberal) y otra las prácticas sociales (que distan mucho de ser las idóneas). Pese a los avances, los gays y las lesbianas siguen padeciendo sendas y notorias discriminaciones en muchos ámbitos de la vida colectiva que, si ya no obedecen a motivaciones religiosas o a argumentaciones médicopsiquiátricas como ocurría en el pasado, si continúan bebiendo de ciertas representaciones culturales y simbólicas sobre la identidad sexual y la identidad de género y los respectivos roles sociales vinculadas a éstas. El ámbito laboral es un ejemplo elocuente.

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Propuesta para un nuevo Sistema de Pensiones

 Por NO+AFP

Un Nuevo sistema de pensiones para Chile

Lo primero es señalar una constatación: la actual capitalización individual es contraria La Seguridad Social y, bajo su concepción individualista sustentada solo en el aho­rro personal no será posible mejorar las pensiones de nuestros actuales compatriotas.

Por ello, restituir la Seguridad y Previsión Social como derecho de los trabajadores con prestaciones previsionales definidas y suficientes es un imperativo ético.

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Desarrollo cientifico tecnológico y explotación del trabajo

por Ibán de Rementería

Al realizase en estos días el Congreso Futuro, auspiciado por el Parlamento, el Gobierno, las más importantes universidades, destacadas empresas privadas y los medios de comunicación más prestigiados, evento que se vienen ocupando de los impactos positivos y negativos de la ciencia y la tecnología en la sociedad actual desde el año 2011; sin embargo, se destaca que sus análisis han sido esquivos para tratar el tema del empleo de la ciencia y la tecnología en la producción, así como de sus impactos en la jornada laboral de los trabajadores y sus remuneraciones, es decir, el tema de la productividad del trabajo y su participación en la riqueza nacional.

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