por Julio Cortés
La admiración que profesaba el general Perón por Mussolini y Hitler es bastante conocida. Cuando Eva Perón visitó a Franco en 1947 el masivo público congregado frente al Teatro Oriente de Madrid coreaba: “Franco, Perón un solo corazón”. La visita fue clave para ayudar a legitimar el régimen de Franco, que apenas ocho años antes había logrado vencer a los republicanos tras tres años de guerra civil y que había caído en descrédito desde 1945 por haber apoyado a las potencias del Eje en la segunda guerra.