Hace unos días, decíamos que si se construye la unidad política de los revolucionarios, no habrá enemigo capaz de impedir la revolución en Chile. Queríamos convencer a los lectores de la necesidad de un esfuerzo unitario de todas las organizaciones revolucionarias, capaz de generar una plataforma de estrategia y táctica común para el triunfo de la revuelta de Octubre. Ahora, para profundizar esa idea, trataremos de defender la necesidad de un congreso del movimiento de izquierda revolucionaria. ¿Refundar el MIR? No, convocar un Congreso de Izquierda Revolucionaria.
La sublevación de los chalecos amarillos no solo atrae la mirada del mundo, sino también de quienes tratamos de remover las bases capitalistas de la sociedad. Con sus contradicciones, limites e interrogantes ponen a la orden del día la lucha contra el capitalismo y sus consecuencias. También vale la pena señalar que hace algunos meses el centro de nuestras miradas estuvieron puestas en Brasil, donde el proto fascista Bolsonaro logro una impresionante cantidad de votos que lo convirtieron en presidente, después de 12 años del gobierno “progresista” del PT. Gobierno que funcionó sistemáticamente como un chaleco de fuerza hacia los trabajadores, llevando las mismas políticas capitalistas, a un ritmo acompasado por la política de conciliación de clases. En menor medida, podemos observar que la asunción de López Obrador en México ha despertado nuevas ilusiones en un amplio sector que se dice“progresista”.
La irrupción de los marineros de Kiel, a principios de noviembre de 1918, fue la señal para un movimiento revolucionario incendiario en toda Alemania. Los obreros y los soldados insurrectos conquistaron ciudad tras ciudad, abrieron cárceles y liberaron a los prisioneros políticos, izaron la bandera roja en calles, fábricas y cuarteles y formaron los Consejos de Obreros y Soldados. El káiser fue barrido de la escena. La clase trabajadora demostró ser mucho más potente para acabar con el Imperio alemán que los obuses enemigos y, en cuestión de días, llevó a cabo las tareas de la llamada revolución democrática, proclamó la república y abrió el camino para la transformación socialista de Alemania. Seguir leyendo Alemania 1918: una revolución que pudo cambiar el mundo→
Se acabó. La caída de Rajoy tras la moción de censura de Pedro Sánchez refleja, por encima de todo, la profunda crisis del régimen del 78 y es el fruto directo de una contestación social masiva sin la cual hubiera sido imposible. Millones de trabajadores, jóvenes, mujeres y pensionistas sentimos una gran alegría por haber desalojado de la Moncloa a este reaccionario y a su partido corrupto. Seguir leyendo España: Rajoy ha caído. ¡Sí se puede!→