por Gustavo Burgos
Sin ruborizarse, desde el ala «opositora» del Acuerdo por la Paz nos proponen votar por Gabriel Boric invocando la alternativa «Democracia o Fascismo». Si no votamos por el candidato del árbol, cae sobre nosotros la noche del fascismo de Kast. Hace treinta y tantos años, otros sujetos con las mismas intenciones nos planteaban alarmados la necesidad de apoyar al golpista Patricio Aylwin bajo la premisa de que había que decidir entre «Democracia o Dictadura». Ayer se vestían, no con cierta incomodidad, con los ropajes del antipinochetismo, hoy día los pusilánimes salvavidas de Piñera se nos presentan inexplicablemente con el disfraz del antifascismo. Esta gente —Concertación, Nueva Mayoría, PC y Frente Amplio— cuya mayor cercanía con el antifascismo se produjo al descubrir la canción «Bella Ciao» en la serie española «La casa de papel», aspira a dotar con la expresión «antifascista» de un aire épico a una política miserable cuyo único objetivo es la restauración del régimen quebrantado por el levantamiento popular del 18 de Octubre.