por Patricio Guzmán//
La casta política, y la élite empresarial están profundamente desprestigiadas. Las instituciones están deslegitimadas, eso es lo que explica los ejercicios desde el gobierno de pirotecnia constitucional no convocante, el “proceso constituyente”, al tiempo que se asegura que no habría una Asamblea Constituyente, pero también explica el fracaso que cosechó con muy baja participación ciudadana. El 40% de abstención electoral y las dificultades de los grandes aparatos políticos – a lo que no les faltan los recursos – para cumplir con la ley de refichaje que ellos mismos aprobaron en el congreso nos hablan de una desafección profunda de la gente.