La experiencia histórica demuestra que incluso el proletariado que lucha contra la explotación en la sociedad actual no es consciente de la opresión que sufre la mujer como ama de casa, madre y esposa. Y no hablemos del campesinado; la esclavitud de la mujer del agro, no sólo en las familias pobres, sino incluso en las de posición intermedia, es más grave que la peor de las servidumbres.
L. Trotsky
POSICIÓN DEL MARXISMO FRENTE AL PROBLEMA DE LA OPRESIÓN DE LA MUJER
Federico Engels escribe en «El origen de la familla, la propiedad privada y el Estado» que «el factor decisivo en la historia es, en fin de cuentas, la producción y la reproducción de la vida inmediata… El orden social en el que viven los hombres en una época o en un país dados, está condicionado por estas dos especies de producción: por el grado de desarrollo del trabajo, de una parte, y de la familia, de la otra. Cuanto menos desarrollado está el trabajo, más restringida es la cantidad de sus productos y, por consiguiente, la riqueza de la sociedad, con tanta mayor fuerza se manifiesta la influencia dominante de los lazos de parentesco sobre el régimen social… En el marco de este desmembramiento de la sociedad basada en los lazos de parentesco, la productividad del trabajo aumenta sin cesar, y con ella se desarrollan la propiedad privada y el cambio, la diferencia de fortuna, la posibilidad de emplear fuerza de trabajo ajena y, con ello, la base de los antagonismos de clase… La sociedad antigua, basada en las uniones gentilicias, salta al aire, a consecuencia del choque de las clases sociales…; y su lugar lo ocupa una nueva sociedad organizada en Estado…; se trata de una sociedad en, la que el régimen familiar está completamente sometido a las relaciones de propiedad y en la que se desarrollan libremente las contradicciones de clase y la lucha de clases».
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