por Felipe Portales
Notablemente, el destacado líder histórico de la Concertación, Ignacio Walker (ex presidente del PDC, senador y ministro), ha reconocido, en definitiva, en el artículo “Sobre los 2/3 y la Nueva Constitución” (“El Mostrador”; 9-10-2020) que la mayoría popular de centro-izquierda tradicional en Chile, que naturalmente se expresará en la mayoría de los convencionales a elegir -luego del evidente triunfo del “Apruebo” que tendrá lugar el próximo 25 de octubre- no tendrá la posibilidad de aprobar una Constitución que represente su voluntad. Salvo que lograse una muy improbable inmensa mayoría de más de dos tercios, de lo que ha estado muy lejos en todas las elecciones desde 1990, con o sin sistema electoral binominal. Por lo tanto, todo indica que su voluntad tendrá que subordinarla a las exigencias de la derecha minoritaria en la idea de obtener un “nuevo” texto constitucional. Y si no se somete a las virtuales exigencias que ella le haga, tendrá que conformarse con seguir con la Constitución actual, impuesta por Pinochet en 1980 y asumida (con algunas reformas) por Lagos en 2005.