Materialismo contra el subjetivismo idealista

Rolando Astarita

por Rolando Astarita

Entre las variantes del idealismo, Plejanov destacaba (en “La ideología del pequeñoburgués”) la que sostiene que los destinos de las naciones están determinados por las peculiaridades del espíritu de cada pueblo. Una variante que con frecuencia encontramos en los ideólogos nacionalistas. Invariablemente estos ponen en primer plano el “espíritu nacional”, o el “ser nacional”, a partir del cual explican los procesos sociales y políticos. Un caso representativo es Fermín Chávez, quien reduce el acontecer histórico a la sucesión de “las grandes estructuras histórico espirituales” de cada pueblo. Así, por caso, explicó la historia argentina por la no correspondencia de los movimientos ideológicos europeos (el Iluminismo en particular) “con los de nuestra patria” (véase Historicismo e iluminismo en la cultura argentina, Centro Editor de América Latina, 1982).

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La teoría del Modo de Producción Tributario: una negación del marxismo

campesinos medioevo

por Josh Holroyd

Las ideas de Carlos Marx representan un punto de inflexión fundamental en la historia del pensamiento humano. Aplicando los principios del materialismo dialéctico a la historia y al desarrollo de la sociedad, Marx eliminó todas las nociones fantásticas a las que el estudio de la historia se ceñía anteriormente y dirigió nuestra comprensión de la sociedad, por primera vez, sobre una base científica real: «individuos reales, sus actividades y las condiciones materiales bajo las cuales viven”.

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El idealismo en la discusión en ámbitos «de izquierda»

por Rolando Astarita

Una de las cosas que más daño ha causado a los movimientos de izquierda, en particular a los que se reclaman marxistas, han sido las formas y métodos mediante los cuales se “zanjan” los debates políticos e ideológicos. Es un hecho común que ante diferencias se lanzan invectivas injuriosas y calumnias del más diverso tipo. Para no generalizar en abstracto, presento ejemplos tomados de mi experiencia personal. Por caso, cuando critiqué la apología de Hebe Bonafini a los ataques a las Torres Gemelas, y su apoyo a Bin Laden, fui acusado por la propia Bonafini de ser un “agente del gobierno Radical para destruir a la Universidad de las Madres”. Esta acusación fue apoyada por grupos de izquierda, e incluso por distinguidos intelectuales, como el señor Néstor Kohan. Otro ejemplo: por haber opinado que la URSS desde décadas antes de su caída ya había dejado de ser un Estado proletario, fui acusado por un escritor del Partido Obrero de ser un “cruzado” contra el socialismo. Esto es, que habría jurado luchar fanáticamente contra el socialismo. Otro ejemplo: la postura contraria a la consigna de “seis horas de trabajo para bajar la desocupación” me valió el calificativo de “enemigo de la clase obrera” por parte de algún grupo. Otro ejemplo: la posición favorable a la libertad de opinión y discusión en los partidos de izquierda -y en los países que se llaman socialistas- ha llevado a muchos a denunciarme por “provocador”, “agente infiltrado” y  “personaje con objetivos oscuros, dispuesto a destruir a la izquierda”.

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La filosofía de Descartes y el Discurso del método

por Amir Aczel

Descartes es considerado como el padre de la filosofía moderna, en gran parte gracias a la publicación de su libro Discurso del método para guiar bien la razón y buscar la verdad en las ciencias, en 1637. El título completo en francés era Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher la vérité dans les sciences, plus la Dioptrique, les Météores et la Géometrie qui sont des essais de cette méthode. La Dioptrique, que trata de los descubrimientos que hizo Descartes en el campo de la óptica; los Météores, que explica en detalle sus teorías sobre algunos fenómenos naturales como el arco iris, y la Géométrie, en la que explica los importantes progresos que hizo en el ámbito de la geometría y su relación con el álgebra; eran tres apéndices en los que se demostraba el uso del método general de Descartes. Descartes decidió escribir el libro en francés para que fuera accesible al número más amplio posible de personas francófonas, siguiendo de este modo el ejemplo de Galileo, que escribió en italiano por los mismos motivos. Las suyas fueron algunas de las primeras obras de importancia intelectual en ser publicadas en idiomas vernáculos, y no en el latín propio de la Iglesia y las universidades.

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