Algunos socialistas han emprendido últimamente una verdadera cruzada contra lo que ellos llaman principio de autoridad. Basta con que se les diga que este o el otro acto es autoritario para que lo condenen. Hasta tal punto se abusa de este método sumario de proceder, que no hay más remedio que examinar la cosa un poco más de cerca. Autoridad, en el sentido de que se trata, quiere decir: imposición de la voluntad de otro a la nuestra; autoridad supone, por otra parte, subordinación. Ahora bien; por muy mal que suenen estas dos palabras y por muy desagradable que sea para la parte subordinada la relación que representan, la cuestión está en saber si hay medio de prescindir de ella, si -dadas las condiciones actuales de la sociedad- podemos crear otro régimen social en el que esta autoridad no tenga ya objeto y en el que, por consiguiente, deba desaparecer.
Friedrich Engels
Guerra y revolución: Friedrich Engels como pensador militar y político
por Paul Blackledge
La reputación de Friedrich Engels como un importante teórico político y social no ha sido exitosa durante el último medio siglo. Fue la primera víctima de lo que luego se convirtió en una crítica mucho más amplia del marxismo durante este período [1]. Sin embargo, incluso aquellos que han sido muy críticos de otros aspectos de su pensamiento, tienden a aceptar que sus escritos militares siguen siendo muy respetados [2]. De hecho, la literatura especializada incluye grandes elogios sobre este trabajo. W.B. Gallie sostiene que Engels “se convirtió probablemente en el crítico militar más perspicaz del Siglo XIX” [3]. Sigmund Neumann y Mark Von Hagen afirman que lo que una vez se dijo sobre Clausewitz podría repetirse fácilmente sobre Engels: “es un genio en la crítica. Sus opiniones son claras e importantes como el oro”. Él demuestra cómo la excelencia en el pensamiento estratégico consiste en la simpleza”. [4] Martin Berger comenta bromeando que “en una historia del Siglo XIX compilada por un aficionado militar, Marx figuraría sólo como asistente de investigación de Engels”. [5]
En defensa del materialismo, a propósito de «Materialismo y empiriocriticismo» de Lenin
por Alan Woods
¿Cómo adquirimos el conocimiento? ¿Existe un mundo real más allá de nuestros sentidos? Y si es así, ¿cuál es nuestra relación con él? En esta importante contribución teórica, que es una introducción a la edición inglesa de Materialismo y Empiriocriticismo de Lenin, Alan Woods plantea una defensa del materialismo contra el idealismo y el subjetivismo oscurantista y posmoderno, tan popular en los campus universitarios de hoy.
Estados Unidos: el primer año de Biden, un año de ataque a los trabajadores
por Éric Toussaint
Algunos comentaristas pensaron que la presidencia de Joe Biden sería una oportunidad para un punto de inflexión keynesiano en los Estados Unidos. Las mismas ilusiones y esperanzas habían aparecido al comienzo de la presidencia de Barack Obama en 2009. En ambos casos, las elecciones tuvieron lugar mientras los Estados Unidos estaban pasando por una grave crisis que podría llevar al gobierno a tomar medidas enérgicas que condujeran a un giro respecto a décadas de políticas neoliberales.
Un marxista incorregible: Karl Kautsky y Die Neut Zeit
por Michael Krätke
Hoy se le considera un «perro muerto»: para unos, el arquetipo del rígido marxista dogmático, un guardián «de las esencias»; para otros, el patriarca del revisionismo y del oportunismo, caudillo del «marxismo vulgar» y más aún, un «traidor» y un «renegado». Hoy no le cita nadie en la izquierda. Pero nadie marcó tanto a la socialdemocracia alemana y europea hasta la Segunda Guerra Mundial como a Karl Kautsky. Kautsky conoció personalmente a Marx, trabajó durante muchos años con Engels, y se convirtió, junto con Eduard Bernstein, en el administrador del legado de Marx y de Engels, designado personalmente por Engels. Kautsky, mucho más aún que Engels, fue el hombre que inventó el «marxismo», lo cimentó y lo difundió. Todos los marxistas del período clásico hasta 1914, desde Luxemburgo hasta Lenin, fueron kautskianos: aprendieron de él, se pelearon con él y acabaron enfrentándose a él. Karl Kautsky fue durante mucho tiempo el primer violín del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y de la Segunda Internacional, de la que fue principal teórico e ideólogo, sin ocupar cargo alguno.
Friedrich Engels: «La derrota del imperio británico en Afganistán»
Este artículo de Friedrich Engels, escrito en 1858, relata la derrota del ejército británico en Afganistán. Parece increíble que esta narración resulte tan actual a la vista de los sucesos ocurridos durante estas semanas y, más aún, como la agresión imperialista repite los mismos o parecidos errores. Fue derrotado el ejército británico; fue una catástrofe la invasión soviética en los años 80 del siglo pasado y lo ha sido la presencia militar norteamericana. No se puede oprimir a un pueblo ni se le puede imponer un gobierno corrupto sostenido por la presencia militar extranjera. Se puede estar muy en contra de la política de los talibanes pero el destino de Afganistán tiene que estar en manos de los afganos.
General Engels
por Maciek Wisniewsky
1. Apodado El General por Eleanor, la hija menor de Marx, a la luz de su periodismo militar, algo que se le pegó de inmediato ya que parecía reflejar igual una verdad más profunda sobre él
: su disciplina, el don de pensar estratégicamente, la manera en quedirigía el movimiento comunista, etcétera (Tristram Hunt, Marx’s General. The revolutionary life of Friedrich Engels, 2009, p. 8), Friedrich Engels fue en efecto uno de los principales analistas militares de su época. No es que a Marx no le interesaban las guerras −al final insistía que la violencia era la partera de la historia
−, pero en asuntos militares y estratégicos, el experto era El General. Engels desarrolló su propio enfoque materialista en cuanto al poder militar, aunque en una curiosa negación a esto y a su propia aversión a los grandes hombres
, se mostraba poseído −muy en el espíritu rancieriano (véase: Jacques Rancière, The names of history, 1994)− por nombres y figuras de verdaderos grandes generales de la historia: Garibaldi, Napier, Napoleón, Wellington… (Hunt, p. 216).
En defensa de la teoría marxista del valor
por Rob Sewell
¿Qué es el valor? Esta pregunta ha dejado perpleja a la mente humana durante más de 2.000 años. Los economistas burgueses clásicos, al igual que Marx, abordaron esta cuestión. Después de muchos debates, concluyeron correctamente que el trabajo era la fuente del valor. Esta idea se convirtió en la piedra angular de la economía política burguesa, empezando por Adam Smith. En esta cuestión había un punto de coincidencia entre Marx y los economistas burgueses clásicos.
El origen de la familia: en defensa de Engels y Morgan
por Rob Sewell
El marxismo, principalmente a través de Federico Engels, ha sido la única doctrina capaz de establecer un análisis científico de la evolución de la familia, así como de la opresión de la mujer. Un gran mérito para ello corresponde al antropólogo norteamericano Lewis Morgan cuyos estudios sobre las tribus indígenas de América del Norte resultaron capitales para las investigaciones posteriores de Engels.
El auge del capitalismo y la productividad del trabajo
por Michael Roberts
En mi opinión, Marx y Engels hicieron dos grandes descubrimientos científicos: la concepción materialista de la historia y la ley del valor bajo el capitalismo; en particular, el papel de la plusvalía en la acumulación capitalista. La concepción materialista de la historia afirma que las condiciones materiales del modo de producción de una sociedad y las clases sociales que emergen en ese modo de producción determinan en última instancia las relaciones y la ideología de esa sociedad. Como escribió Marx en el prefacio de su libro de 1859 Contribución a la crítica de la economía política : “El modo de producción de la vida material condiciona el proceso general de la vida social, política e intelectual. No es la conciencia de los hombres lo que determina su existencia, sino su existencia social la que determina su conciencia».
Friedrich Engels: Alemania en vísperas de la revolución
En estos mismos días de marzo que tenía lugar la Commune francesa de la que ahora se conmemora el 150 aniversario, empezaba la Märtzrevolution (Revolución de marzo) en Alemania, aunque 23 años antes, dentro del proceso revolucionario en Europa y a partir de la revolución francesa de 1848. Engels escribió una serie de artículos para el New York Daily Tribune de 1851 a 1852 bajo el título “Revolución y contrarrevolución en Alemania” en los que explicaba el proceso revolucionario que dio comienzo en marzo en Alemania. Los artículos los firmaba Marx, que era el colaborador oficial del Tribune y de los cuales no podía encargarse al estar enfrascado en otras investigaciones, dejando a su amigo Engels la redacción de los mismos. Hasta 1913, con motivo de la publicación de la correspondencia entre Marx y Engels, no se descubrió que dicha serie de artículos habían sido obra de Engels. A continuación, reproducimos el primero de los artículos, escrito a modo de introducción.
Marx y la Comuna: el tiempo del reloj y el tiempo de las cerezas
por Miguel Romero
A la memoria de Ramón Fernández Durán, recordando los buenos ratos compartidos en nuestros “tiempos de las cerezas”.
J’aimerai toujours le temps des cerises Et le souvenir que je garde au cœur ! (…) Mais il est bien court le temps des cerises”
(Siempre amaré el tiempo de las cerezas Y el recuerdo que guardo en mi corazón (…) Pero es muy corto el tiempo de las cerezas). Letra de Jean-Baptiste Clément. Música de Antoine Renard (1866)1/
“Lo que tenemos que hacer ahora es la crítica despiadada de todo el orden establecido, despiadada en el sentido de que la crítica no teme ni a sus propias conclusiones, ni al conflicto con los poderes existentes” (Marx, 1843).
Venerada en discursos y conmemoraciones pero ignorada en la práctica de todas las revoluciones del siglo XX, desde la revolución rusa a la revolución cubana, La guerra civil en Francia es una obra fundamental del marxismo. Si puede hablarse de una “política marxista”, su base teórica está en la “trilogía francesa” que forma junto con Las luchas de clases en Francia y El 18 brumario de Luis Bonaparte, y de la que constituye la conclusión: para Marx, el proyecto revolucionario para la “emancipación del Trabajo” se encarna en la Comuna de París.
David Riázanov: «Los puntos de vistas de Marx y Engels sobre el matrimonio y la familia»
El programa del socialismo científico, en lo que concierne al matrimonio, está expuesto, por vez primera, en el Manifiesto Comunista. La concepción proletaria del mundo es opuesta a la concepción burguesa. Desde el punto de vista proletario, los fundamentos de la sociedad burguesa, comprendido matrimonio y familia, son criticados en este manifiesto. Marx y Engels cuentan con antecesores en esta crítica. No han sido los creadores de un nuevo sistema; no lo han sacado de la nada ni lo han encontrado en el fondo de su inteligencia, sino que se han apoyado en las ideas de los socialistas y comunistas, sus predecesores; en particular de los grandes utopistas, como Saint- Simon, Fourier, Owen, y en las de los comunistas materialistas franceses.
¿Cómo será el socialismo?
por Ben Gliniecki
Hoy nos encontramos en medio de una de las más profundas crisis que el capitalismo ha enfrentado. Mientras que al 99% se le pide pagar por la crisis, el otro 1% están amasando riqueza a un ritmo cada vez más veloz. El nivel saturante de escándalo y corrupción en el establishment está alejando a millones de la política tradicional.
La base material de la nación
por Carlos Barros
Los epígonos de Marx trataron la “cuestión nacional” como un “problema”, y nada aportaron a los textos de los fundadores, teóricamente hablando, ni siquiera prestaron atención a sus numerosas y dispersas referencias en sus obras, tratando de explicar desde el punto de vista material los hechos nacionales y su evolución histórica. Poco que ver con la ulterior definición de nación de Stalin, puramente descriptiva, esquemática y dogmática. El concepto originariamente marxista de nación, móvil y abierto, es el antídoto que precisamos ahora para hacer frente a los imperantes enfoques hipersujetivistas, idealistas, primariamente políticos.
Engels, control de precios y concepción materialista
por Rolando Astarita
Por estos tiempos volvió a tomar fuerza la propuesta de controlar los precios para frenar la inflación (36% en 2020; 4% en diciembre). Indudablemente, una amplia franja del progresismo nacional – izquierdista considera que el control de precios es una medida muy avanzada, casi revolucionaria. Y mucha gente, de derecha o de izquierda, piensa que está inspirada en Marx.
La dialéctica de la naturaleza de Engels en el antropoceno
por John Bellamy Foster
En “El papel del trabajo en el proceso de transformación del mono en hombre” de la Dialéctica de la naturaleza, Friedrich Engels afirma: “Cada cosa repercute en la otra, y a la inversa” (Engels, 1961: 149). Hoy, a 200 años de su nacimiento, podemos considerar a Engels como uno de los fundadores del pensamiento ecológico moderno. Si bien la teoría de la brecha metabólica de Marx tiene un lugar central en la corriente materialista histórica de la ecología, no es menos cierto que las contribuciones de Engels a nuestra comprensión del problema ecológico general son indispensables. Estas se basaron en sus propias investigaciones sobre el metabolismo universal de la naturaleza y contribuyeron a reforzar y ampliar el análisis de Marx. Como señala Paul Blackledge en un estudio reciente sobre el pensamiento de Engels: “La concepción de Engels de la dialéctica de la naturaleza abre un espacio desde el que se pueden entender las crisis ecológicas como derivadas del carácter alienado de las relaciones sociales capitalistas” (Blackledge, 2019: 16). Dada la gran aplicabilidad de su comprensión de la dialéctica de la naturaleza y la sociedad, la obra de Engels puede ayudarnos a entender los desafíos cruciales a los que se enfrenta la humanidad en la era del Antropoceno y de la actual crisis ecológica planetaria.
Engels se adelantó a Marx
por Michael Roberts
Se cumplen doscientos años del nacimiento de Friedrich Engels, un gigante del movimiento socialista del siglo XIX, y durante cuatro décadas, el colaborador más cercano de Karl Marx. Después de la muerte de su amigo en 1883, Engels dedicó gran parte de sus últimos años a editar y popularizar la obra de Marx.
Friedrich Engels y el comunismo primitivo
por Michael Löwy
En noviembre de 2020, las y los socialistas de todo el mundo celebran el bicentenario del nacimiento de Friedrich Engels. Es un error, repetido a menudo, considerar a Engels como un simple divulgador de las ideas de Marx. No solo contribuyó, con Marx en 1844-48, a la formación de una nueva cosmovisión, la filosofía de la praxis o el materialismo histórico, sino que desarrolló un análisis y una argumentación sobre temas que Marx no quería o no podía estudiar. Uno de ellos es el del comunismo primitivo, que no está ausente en Marx, especialmente en sus «Cahiers d’ethnographie» no publicados, pero está mucho más desarrollado en el libro de Engels “El origen de la familia, la propiedad privada y el estado».
Michael Roberts: «Engels se adelantó a Marx»
Se cumplen doscientos años del nacimiento de Friedrich Engels, un gigante del movimiento socialista del siglo XIX, y durante cuatro décadas, el colaborador más cercano de Karl Marx. Después de la muerte de su amigo en 1883, Engels dedicó gran parte de sus últimos años a editar y popularizar la obra de Marx.
Engels y la ciudad del capital
por Román Munguía
La importancia del texto La situación de la clase obrera en Inglaterra (1) de Federico Engels (1820-1895) guarda, como todas las obras clásicas marxistas, una relevante consideración para la comprensión de la génesis y del desarrollo histórico del marxismo, entendido este tanto en un plano teórico como político, que son inseparables; además, el texto permite entender el nacimiento y consolidación del capitalismo y, principalmente, las consecuencias sociales a que da lugar la explotación de la clase obrera por la burguesía.
Engels: a 200 años de su nacimiento
por Rob Sewell
Al celebrar el 200º aniversario de Federico Engels, cofundador de las ideas del socialismo científico, junto con Carlos Marx, debemos aprovechar esta oportunidad para hablar sobre la vida de este gran hombre y sus maravillosas contribuciones. Si bien el marxismo lleva el nombre de Marx, no debemos olvidar nunca la contribución vital de Engels y el vínculo orgánico entre la vida de estos dos hombres. Sin duda, Engels poseía una mente enciclopédica que englobaba un conocimiento de campos tan diversos como la filosofía, la economía, la historia, la física, la filología y las ciencias militares. Su conocimiento de esto último le dio el apodo de «El General».
Un Engels desconocido
por Nicolás González
¿Cómo era Engels antes de asociarse con Marx? Aseguraba Borges, no sin razón, que el concepto de “texto definitivo” no corresponde sino a la superstición o al cansancio. Y esto es plenamente aplicable a los clásicos, muchos de los cuales nos han llegado o bien distorsionados o bien incompletos. Un caso paradigmático es el del propio Marx, hoy conocemos bien el tortuoso camino de publicación de sus escritos, una azarosa aventura política y literaria, a veces mortal, que todavía, para el lector en español, no ha concluido de manera feliz.
Engels, pensador de la guerra, pensador de la revolución
por Gilbert Achcar
Este estudio se redactó para el coloquio organizado por Georges Labica en la Universidad de Nanterre en 1995, con motivo del centenario de la muerte de Friedrich Engels. Se publicó por primera vez en la obra resultante del coloquio, Friedrich Engels, savant et révolutionnaire, dirigida por Georges Labica y Mireille Delbraccio y aparecida en 1997 por Presses Universitaires de France.
“Parece que los grandes libros sobre la acción se los debemos a los hombres de acción que la fortuna ha privado de la suprema realización y que consiguen una sutil dosificación de compromiso y distanciamiento, todavía capaces de reconocer las ataduras y servidumbres del soldado o del político, capaces también de mirar desde fuera, no con indiferencia, sino con serenidad, la ironía de la suerte y del juego imprevisible de fuerzas que ninguna voluntad domina.”
Estas líneas de Raymond Aron en la gran obra que consagró a Clausewitz y su posteridad/1, y en la que se inspira el título de esta contribución, podrían haberse escrito, palabra por palabra, a propósito de Friedrich Engels.
El «testamento» político de Friedrich Engels
por Michael R. Krätke
Cualquiera que haya sido puesto a prueba por su lealtad a la constitución en los años 70 y siguientes en la antigua República Federal y haya sido sospechoso de ser un «enemigo de la constitución» probablemente se acordará del «último Engels». Desear un orden económico y social diferente está permitido en la constitución; el derrocamiento violento del orden político no. Como joven de izquierda uno podía remitirse al «último Engels» para pasar como amigo de la constitución, aunque con opiniones radicales.
Epílogo a la «Crítica al programa de Gotha» de Karl Marx
por Peter Linebaugh
A la memoria de Noel Ignatiev.
Dixi et salvavi animam meam. Con estas palabras en latín Karl Marx concluye su Crítica del programa de Gotha (1875): «He hablado y salvado mi alma». Uno no está acostumbrado a la utilización de expresiones religiosas por el gran comunista, a menos que sean sarcásticas, pero aquí la usa para concluir un análisis devastador del programa del partido obrero alemán. ¿Cual es el alma de Marx? ¿Cómo la salvó? ¿Y la nuestra? [1]
Engels, el socialista que quería una vida gozosa para todo el mundo
por Tristram Hunt
Si bien la mayoría de los artistas radicales se han pasado los últimos años exigiendo que se derriben las estatuas de héroes imperiales, en Manchester han ido contra la corriente. En 2017, el cineasta Phil Collins transportó una estatua de Friedrich Engels en un camión desde el este de Ucrania, una antigua colonia del imperio soviético, hasta el corazón del centro neurálgico del norte. Fue un gesto genial y contraintuitivo: colocar al hombre que odiaba la Cottonopolis en el corazón de su nexo comercial. Porque con la excepción de una respetuosa placa azul en Primrose Hill, en el norte de Londres, y un letrero que una vez estuvo en la playa de Eastbourne (donde se esparcieron sus cenizas), la estatua es uno de los lamentablemente pocos recordatorios que tenemos de uno de los más grandes exiliados en Gran Bretaña.
Carchedi y Engels sobre gasto humano de energía y valor
por Rolando Astarita
La tesis de que el valor es una propiedad física de la mercancía se vincula con la idea de que es simplemente gasto humano de energía. O sea, gasto, al trabajar, de calorías que, independientemente de lo que ocurra en el mercado, significa creación de valor. Por eso también se sostiene que la sustancia del valor existe materialmente, y puede ser medida, en tanto gasto energético, antes del intercambio.
Kartl Korsch: «La dialéctica de Marx»
La enorme importancia de la aportación teórica de Karl Marx a la práctica de la lucha de clases proletaria consiste en que por primera vez ha sintetizado todo el contenido de las ideas nuevas que, rebasando el horizonte burgués, surgen necesariamente, en virtud de la situación social del proletariado, en la conciencia de esta clase, y en haber logrado con ellas la unidad firme, la totalidad viva de un sistema científico.
Clara Zetkin:sólo con la mujer proletaria triunfará el socialismo
Los estudios de Bachofen [1], Morgan [2] y otros parecen demostrar que la opresión social de la mujer coincide con la aparición de la propiedad privada. La contradicción, en el seno de la familia, entre el hombre en cuanto a poseedor y la mujer en cuanto a no-poseedora constituye la base de la dependencia económica y de la situación social de defraudación de los derechos del sexo femenino. Según Engels, en esta última situación radica una de las primeras y más antiguas formas de dominio clasista. Engels afirma que: «En la familia el marido es el burgués y la mujer representa el proletariado.» [3] Todavía no se podía hablar en aquel momento de cuestión femenina en el moderno sentido de la palabra. Solamente el modo de producción capitalista ha provocado los trastornos sociales que han dado vida a la cuestión femenina moderna; ha hecho pedazos la antigua economía familiar que en el período precapitalista garantizaba a las grandes masas del mundo femenino un medio de sustento y un sentido a su vida. Parecería insensato aplicar a la actividad desarrollada por las mujeres en la antigua economía doméstica aquellos conceptos negativos de miseria y de angustia que caracterizan la actividad de las mujeres de nuestros días. Mientras subsistió la antigua forma familiar, la mujer encontró en la misma su sentido en la actividad productiva que desarrollaba, y por ello no era consciente de que estaba privada de todos los derechos sociales, a pesar de que el desarrollo de su individualidad estaba fuertemente limitado.
La teoría del Modo de Producción Tributario: una negación del marxismo
por Josh Holroyd
Las ideas de Carlos Marx representan un punto de inflexión fundamental en la historia del pensamiento humano. Aplicando los principios del materialismo dialéctico a la historia y al desarrollo de la sociedad, Marx eliminó todas las nociones fantásticas a las que el estudio de la historia se ceñía anteriormente y dirigió nuestra comprensión de la sociedad, por primera vez, sobre una base científica real: «individuos reales, sus actividades y las condiciones materiales bajo las cuales viven”.
Friedrich Engels:reseña del primer tomo de El Capital
Desde que hay en el mundo capitalistas y obreros, no se ha publicado un solo libro que tenga para los obreros la importancia de éste. En él se estudia científicamente, por vez primera, la relación entre el capital y el trabajo, eje en torno del cual gira todo el sistema de la moderna sociedad, y se hace con una profundidad y un rigor sólo posibles en un alemán. Por más valiosas que son y serán siempre las obras de un Owen, de un Saint-Simon, de un Fourier, tenía que ser un alemán quien escalase la cumbre desde la que se domina, claro y nítido —como se domina desde la cima de las montañas el paisaje de las colinas situadas más abajo—, todo el campo de las modernas relaciones sociales.
Elogio de la transgresión: el discurso crítico de marx
por Aureliano Ortega
Mis proposiciones son esclarecedoras de este modo; que quien me comprende acaba por reconocer que carecen de sentido, siempre que el que comprenda haya salido a través de ellas fuera de ellas. (Debe, por así decirlo, tirar la escalera después de haber subido)
Ludwig Wittgenstein
A lo largo de casi 40 años el nombre y el pensamiento de Karl Marx fueron invocados –tanto en la academia como a través del ágora mediática– para referirse a lo “envejecido” y a lo “utópico”, o bien a lo “insensato” –cuando no a lo “trágico”– al asociarlo de manera acrítica y malintencionada con ese absurdo en que se transformó el socialismo real –sin más consideraciones que las discutibles bondades del “mercado” y la apología de lo que ya es; aunque esto sea una catástrofe civilizatoria tanto o más monstruosa que aquello que se había dejado atrás–. Pues bien, durante los primeros años del siglo en curso y ante el desfondamiento, el descrédito y el comportamiento barbárico y despótico de eso que ya es –el régimen de producción capitalista en su fase decadente–, ha vuelto a mencionarse con insistencia el nombre de Karl Marx. En cuanto su obra teórica, arrojada apenas hace algunos pocos años al desván de la indiferencia o incinerada en la pira propiciatoria de la “democracia”, hoy se revela como una de las escasas posibilidades de entender algo: esclarecer los sinsentidos con los que se construyen los nuevos y atroces contenidos de la realidad.
David Riazanov, un marxista fusilado por Stalin
por Nicolás González Varela
Un gran biógrafo de Marx, Boris Nicolaïevski,(1) reconocía en 1937 que de cada mil socialistas, tal vez sólo uno haya leído una obra completa de Marx; y de cada mil antimarxistas, ni uno. Y lo peor, concluía, es que Marx ya no estaba de moda. Cuarenta años antes, un gran teórico y militante, Labriola, al participar en el publicitado debate sobre la valencia científica de la obra de Marx en 1897 (la llamada “primera crisis del Marxismo”, y cuyos principales interlocutores eran nada menos que intelectuales de la talla de George Sorel, Eduard Bernstein y Benedetto Croce),(2) se preguntaba con inocencia: “los escritos de Marx y Engels… ¿fueron leídos enteramente por algún externo al grupo de amigos y adeptos próximos, esto es, de los seguidores e intérpretes directos de los autores mismos?… Añádese a eso la rareza de muchos de los escritos aludidos, y hasta la imposibilidad de dar con algunos de ellos.” Y concluía proféticamente si “este ambiente literario”, esta situación hermenéutica adversa, no era uno de los culpables de la mala asimilación, de la aparente decadencia y crisis del pensamiento de Marx. Con pesimismo recapitulaba en una sentencia profética: “Leer todos los escritos de los fundadores del socialismo científico ha resultado hasta ahora un privilegio de iniciados.”(3)
Karl Marx y Friedrich Engels: «La vida real determina la conciencia»
Las premisas de que partimos no son bases arbitrarias, ni dogmas; son bases reales que sólo en la imaginación podemos abstraer. Son los individuos reales, su actividad y sus condiciones materiales de vida, tanto las que encontraron ya preparadas como las que han podido crear con el propio esfuerzo. Estas bases son, pues, comprobables por vía puramente empírica. La condición indispensable para cualquier historia humana es, naturalmente, la existencia de individuos humanos vivos. El primer hecho a establecer es, pues, la constitución física de estos individuos y la situación en la cual ésta los deja frente a la naturaleza.
Oferta, demanda y crisis de sobreproducción en Engels
por Rolando Astarita
Algún lector del blog, crítico de Marx, se sorprendió de que en la nota anterior (aquí) haya puesto énfasis en la caída de la demanda y la sobreoferta del petróleo. No sin un dejo de indignación, preguntó cómo es posible que los marxistas hablen de la oferta y la demanda. Además, la oferta y demanda ¿no invalidan la ley del valor trabajo?
Robert Havemann: la dialéctica materialista, superadora de la contradicción entre ciencia y filosofía
INTERVENCIÓN EN EL CONGRESO SOBRE «LAS TRADICIONES PROGRESISTAS DE LA CIENCIA NATURAL ALEMANA DE LOS SIGLOS XIX Y XX»
Leipzig, septiembre de 1962.
Hacia fines del siglo pasado y en el curso del nuestro aparecen en las ciencias de la naturaleza unos cuantos problemas extraordinariamente difíciles, muchos de los cuales no están hoy día resueltos sino parcialmente, y algunos no lo están en absoluto. Mi pregunta es de tenor muy general: ¿Ha sido útil la filosofía para la resolución de esos problemas? Y pienso, al plantearla, en cualquier tipo de filosofía, no en una determinada, sino en el filosofar en general y en cualquier atención a ideas filosóficas del pasado y del presente.
Georges Labica: "Las lecciones del Manifiesto Comunista"
El Manifiesto del Partido Comunista1 posee algunas características destacables, que a menudo han sido ignoradas. Todas nos remiten a una cuestión preliminar: ¿cómo es posible que estas pocas páginas destinadas a formular, en circunstancias determinadas, el programa de una organización política, secta más que partido, hayan podido conocer una audiencia tan considerable durante 150 años? Porque el Manifiesto, traducido a todas las lenguas e impresos millones de ejemplares, sólo puede ser comparado, como ha sido dicho y repetido hasta la saciedad, a partir de Duncker2, con los Evangelios.
La cuestión del «engelismo»
por Manuel Sacristán
La visible inmadurez de la exposición de la dialéctica marxista en el Anti-Duhring y en la Dialéctica de la Naturaleza, el hecho de que Hegel no sea sólo inspirador del pensamiento dialéctico de Engels, sino, a veces, idealista dominador del mismo, y la circunstancia de que, como consecuencia de ello, Engels asuma algunas actitudes metodológicamente regresivas y paralizadoras de la ciencia (el ejemplo visto del cálculo infinitesimal no es el único), son la base de un difuso estado de ánimo contrario a la obra de Engels. Ese estado de ánimo se encuentra sobre todo entre existencialistas y neopositivistas interesados por el marxismo, y también entre marxistas interesados por el existencialismo o el neopositivismo.
Friedrich Engels: sobre la acción política de la clase obrera
La abstención absoluta en política es imposible; todos los periódicos abstencionistas hacen también política. El quid de la cuestión consiste únicamente en cómo la hacen y qué política hacen. Por lo demás, para nosotros la abstención es imposible. El partido obrero existe ya como partido político en la mayoría de los países. Y no seremos nosotros los que lo destruyamos predicando la abstención. La experiencia de la vida actual, la opresión política a que someten a los obreros los gobiernos existentes, tanto con fines políticos como sociales, les obligan a dedicarse a la política, quiéranlo o no. Predicarles la abstención significaría arrojarlos en los brazos de la política burguesa. La abstención es completamente imposible, sobre todo después de la Comuna de París, que ha colocado la acción política del proletariado a la orden del día.