por Felipe Portales
La conducta papal reacia a defender a los judíos continuó hasta el final de la guerra con el caso de Hungría. Recordemos que el propio Pío XII –como Eugenio Pacelli en 1938 al inaugurar el Congreso Eucarístico- había apoyado las leyes antisemitas que estaba aprobando en ese momento el Parlamento Húngaro; aprobación que además contó con la aprobación de dos miembros eclesiásticos del Congreso: el cardenal Jusztinian Seredi y el obispo Gyula Glattfelder. Luego, el gobierno autoritario de derecha húngaro de Miklos Horthy que se había establecido en 1920, fue un aliado poco confiable de Hitler durante la segunda guerra mundial. Siempre buscó sacar las máximas ventajas posibles de su vínculo con los nazis, pero sin romper todos los puentes con los Aliados, más aún cuando las perspectivas de la derrota del Eje se vislumbraban cada vez más claras. El hecho fue que finalmente los nazis ocuparon Hungría en marzo de 1944, dejando todavía unos meses a Horthy en la presidencia.