por Andrea Peters
Mientras EE.UU. y la OTAN continúan con su acumulación militar en las fronteras de Rusia, sus representantes siguen adelante con una retórica antirrusa histérica y amenazas de guerra. Insistiendo en que Moscú ha concentrado tropas y equipos en la frontera ucraniana y ha multiplicado por diez su campaña antiucraniana en las redes sociales como preparación para invadir a su vecino occidental, el secretario de la alianza transatlántica, Jens Stoltenberg, declaró el martes que Rusia pagaría un ‘alto precio’ por tal acción. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se hizo eco de sus palabras el miércoles, advirtiendo de ‘graves consecuencias’. Ambos han reiterado su apoyo a la ‘soberanía ucraniana’.