por Guillermo Correa
En esta nota he querido rescatar el trabajo anónimo, de fraterna solidaridad, que si bien corresponde a una acción específica y particular, creo que refleja una realidad que se multiplica por miles a lo largo de todo el territorio nacional, en donde muchos “jóvenes y muchachas rebeldes de ayer”, están desarrollando una serie de iniciativas y acciones, aportando así con una granito de arena a los vertiginosos procesos que se han venido desencadenando a partir de la rebelión de octubre.