Chile está en una encrucijada. Se juega la institucionalidad futura, según el régimen logre imponer una nueva Constitución pactada por arriba, o los trabajadores y la juventud en lucha, logren un verdadero cambio de institucionalidad y de modelo económico en Chile, un Estado Social con derechos garantizados.
En el año 2008, se promulgó por Michelle Bachelet, la “reforma solidaria” del sistema de pensiones chileno, promoviendo un pilar solidario reforzado, para atacar las pensiones pobres y en extremo pobres del sistema privado de pensiones. Se pretendió como la gran reforma al sistema de pensiones privado. Se creó el aporte previsional solidario, a la vez que se sujetó la pensión asistencial al límite de extrema pobreza, para evitar que aumentara la población pobre en extremo, con los jubilados.
En las últimas semanas, se ha puesto en el tapete la exigencia del pueblo trabajador, de retirar desde las AFP el 10% de los ahorros previsionales de los trabajadores, para combatir la urgencia de cesantía y carestía de vida derivada de la pandemia del COVID19.
Para este efecto, es necesario precisar el análisis tanto desde la relevancia económica para los trabajadores, como desde los montos en juego respecto del total acumulado de los fondos de pensiones. El siguiente cuadro aclara la realidad del tema:
El fallo de la Corte de Antofagasta sobre constitucionalidad de las pensiones privadas chilenas abre el debate sobre lo esencial del sistema: la Seguridad Social.
Ha sido ostensible ver a las AFP en estos últimos días, defenderse amenazando con el colapso del sistema privado de pensiones, antes que referirse a las normas que la Corte tuvo en consideración para revisar los fundamentos constitucionales de las pensiones privadas.
En las últimas semanas se ha comprobado que las AFP son incapaces de pagar pensiones dignas. Menos de administrar adecuadamente los fondos de pensiones. Las pensiones de vejez por Retiro Programado, en promedio se pagan bajo la línea de la extrema pobreza[1]. Mientras las pensiones por Renta Vitalicia, la estrellita del sistema, se paga en promedio apenas sobre la línea de pobreza. Por su parte, el primer semestre la administración de riesgo tuvo otro estrepitoso fracaso, sumado al fracaso de todo el año 2016[2]. Seguir leyendo Las AFP fracasan una y otra vez→
El segundo llamado hecho por la Coordinadora de Trabajadores No Más AFP, ataca a las dos más grandes AFP,en número de administrados, Provida, y en total de saldos y salarios de cotizantes por Curprum.
En las últimas semanas se ha politizado el debate sobre la inmigración en Chile, y sus efectos en la “seguridad social” del país. Señalan las voces políticas ultramontanas de la derecha y la Nueva Mayoría, en línea con el muro de Trump y del apartheid en Palestina, que este fenómeno requiere “regulación”, desde que importa “abusos” de los trabajadores inmigrantes, especialmente de los beneficios de prestaciones de salud. Nada más alejado de la realidad, y propio de una demagogia huera, que busca el enemigo interno, para generar distinciones de clase en el país, atacando ahora a los trabajadores inmigrantes.Seguir leyendo Inmigrantes, las otras víctimas del negocio de las ISAPRES y AFPs→