por Nick Beams
Cada vez hay más indicios de que los mercados financieros mundiales podrían sufrir una tormenta potencialmente tan grave como el colapso de marzo de 2020 al inicio de la pandemia. Desde aquella crisis, cuando el mercado del Tesoro estadounidense de 23 billones de dólares, base del sistema financiero mundial, implosionó, los mercados se han sostenido gracias a los billones de dólares inyectados por la Reserva Federal estadounidense y otros grandes bancos centrales, además de las medidas de flexibilización cuantitativa desarrolladas tras la crisis financiera mundial de 2008.