Publicamos un fragmento del último libro de Alain Bihr: Face au Covid-19: nos exigences, leurs incohérences (Syllepse, 2021). En él, Bihr analiza la doble crisis revelada por la pandemia de Covid-19, la del sistema capitalista pero también la de las fuerzas de la alternativa, y plantea algunas vías para salir del letargo.
Alain Bihr
El vampirismo del capital. El ángulo muerto del análisis marxiano (2)
por Alain Bihr
En el capital, y a través de él, el muerto (el trabajo muerto) agarra al vivo (el trabajo vivo) doblemente. Se apodera de su fuerza productiva para mantenerse en vida, prosperar y acumularse. Y al mismo tiempo hace que se extinga: le priva de su fuerza productiva, que objetiviza en su propio cuerpo, lo desrealiza convirtiéndolo en ectoplasma (o zombi), cuando no lo agota hasta su muerte física. Trabajo materializado y acumulado, trabajo muerto en este sentido, el capital no se relaciona con el trabajo vivo más que para explotarlo, dominarlo y finalmente alienarlo, transfigurándolo o, mejor dicho, desfigurándolo con su impronta monstruosa y mortífera.
El vampirismo del capital (1)
por Alain Bihr
El vampiro es una figura mitológica antigua, común a numerosas culturas. En Europa se popularizó especialmente en la parte oriental y en los Balcanes 1/, donde las creencias en los vampiros y sus ritos particulares siguen muy vivas en la actualidad, sobre todo en determinadas regiones de Rumanía 2/. La figura del vampiro, tal como la conocemos hoy, se deriva de esas creencias y ritos, aunque no sin haber sido objeto de deformaciones y malinterpretaciones 3/. Una primera fuente sería la de los comerciantes sajones que se habían establecido en las poblaciones de Transilvania durante el siglo XII, donde habían obtenido privilegios comerciales, en especial la exención de impuestos. Estos privilegios fueron impugnados a mediados del siglo XV por el voivoda (príncipe) de Valaquia Vlad III Basarab, llamado Vlad Tepes (Vlad el Empalador), también llamado Draculea porque su padre Vlad II era apodado Vlad Dracul (Vlad el Diablo). El rigor de las sanciones infligidas por Vlad III a los comerciantes recalcitrantes, que podían llegar hasta la pena de muerte, le valdría muy pronto el calificativo de príncipe sanguinario en la correspondencia de estos comerciantes con sus colegas occidentales, dando así a luz la leyenda del Drácula vampiro 4/.
¿El fascismo es de actualidad?
por Alain Bihr
La consolidación de los movimientos de extrema derecha en la escena política de buena parte de los Estados de la Unión Europea, acompañada del activismo crónico de los grupúsculos neofascistas, resulta una preocupación legítima para todas las organizaciones sindicales y políticas cuyo patrimonio incluye una dimensión antifascista. ¿Está el fascismo ante nuestras puertas?
“Thomas Piketty, una denuncia ilusoria del capital” de Alain Bihr y Michel Husson
por Henry Sterdyniak
Los dos libros de Thomas Piketty: El capital en el siglo XXI publicado en 2013 y Capital e ideología, publicado en 2019 1/, han tenido un impacto mundial. A esto hay que añadir el trabajo del Laboratorio sobre las Desigualdades Mundiales 2/, así como el Manifiesto para la democratización de Europa 3/. Piketty interviene en el debate público defendiendo un proyecto de socialismo participativo basado en la reducción de las desigualdades de renta y patrimonio mediante la fiscalidad, en la participación de las y los asalariados en la dirección de las empresas y en la democratización de Europa.
Capital e ideología: un título engañoso
por Alain Bihr
[Con la publicación de esta primera entrega, iniciamos la publicación de los tres artículos remitidos por su autor y publicados originalmente en Al’Encontre. En la traducción se han mantenido las referencias, tanto de páginas como bibliográficas, del original en francés.]
Después de El Capital en el siglo XXI (Fondo de Cultura Económica, 2014), que conoció un gran éxito mundial 1/, Thomas Piketty acaba de publicar una nueva obra que continúa y completa la anterior, Capital e ideología (Ediciones Deusto), que ha disfrutado desde el primer momento de una gran cobertura mediática. Con sus mil doscientas páginas, este trabajo alardea de cierta ambición teórica, por encima del notable aparato estadístico en que se apoya, que además está puesto on-line a disposición del público, que no excluye ni la claridad expositiva (sin ninguna jerga; a pesar de algunos neologismos, se lee de manera agradable) ni la modestia de su autor (que no oculta sus dudas y vacilaciones). Por ello, de entrada no hace falta elegir situarse en un lado o en otro de la alternativa a la que se refiere Michel Husson al final del artículo que le ha dedicado en esta misma web: “el mundo se va a dividir entre quienes piensan que se trata de una mirada nueva, irreverente e inductiva sobre las estructuras sociales y la ideología (…) y quienes lo leen como la tesis de licenciatura en ciencias políticas/antropología/sociología de un estudiante sin formación” 2/. Aunque no merece tal exceso de honor, tampoco incurre en semejante indignidad (relativa por lo demás), al menos de partida. Tanto más porque a lo largo de su obra Thomas Piketty manifiesta una denuncia incisiva de las desigualdades sociales y una revuelta sincera contra su profundización, que achaca a la “globalización” neoliberal, así como una resuelta determinación de formular propuestas para intentar invertir esta dinámica infernal, llegando al final de su obra a intentar sentar las bases de un nuevo proyecto socialista, el de un socialismo participativo que debería superar al capitalismo.
Marx y la primera mundialización
Este título puede parecer enigmático a la mayor parte de lectores. ¿Qué es esta primera mundialización? ¿Y qué nos puede decir Marx? Para comenzar a responder a estas dos cuestiones, partamos de lo que Marx nos dijo sobre el origen del capitalismo.
De hecho, nos dijo relativamente poco. A la vista de la miles de páginas que dedicó al capitalismo, las alrededor de cuatrocientas páginas en las que aborda las sociedades precapitalistas, por lo demás, dispersas a lo largo de su obra, parecen parientes pobres. Está a la vista que el problema no le interesaba mucho