por Héctor Vega
En los desarrollos de ciencia y tecnología se estructura la cohesión social del siglo XXI, siendo esta el punto central de la valorización y reproducción social del trabajo. Esto no es nuevo. En la teorización de mediados del siglo XX en Latinoamérica se relacionaba el progreso tecnológico como un ingrediente de cohesión y sustentabilidad social, desde donde el desarrollo urbano y el progreso tecnológico acelerado serían posibles. A 70 años de ese pensamiento, el reordenamiento global de los procesos financieros y la urgencia de resolver bienes públicos en crisis —que afectan a miles de millones de seres humanos en el planeta— se replantea la estrategia de las economías subdesarrolladas orientadas en el pasado a exigir mejores precios de materias primas a las economías industrializadas a la vanguardia en ciencia, tecnología e innovación.