por Joseba Blanes
En los albores de la tercera década del siglo XXI, el conocimiento acumulado durante generaciones ha impulsado un desarrollo científico y técnico sin precedentes. Por primera vez en la historia humana, existen medios potenciales más que suficientes para, manteniendo el equilibrio con la naturaleza, poder garantizar una vida digna a todos los habitantes del planeta.
Paradójicamente, en lugar de utilizar los recursos existentes para hacer avanzar a la sociedad, la crisis agónica del Capitalismo está empujando a la humanidad a una encrucijada en la que parece no haber salida.