por Mauricio Saavedra
Dos estudios recientes publicados en importantes revistas de salud (uno en The Lancet y el otro en Science) arrojan más luz sobre cómo la guerra de clases y las políticas de negligencia maligna contra los sectores más pobres de la clase trabajadora han jugado durante la pandemia de COVID-19 en Chile. Añaden peso a una montaña de evidencias de que el sistema de salud clasista del Estado tiene una responsabilidad criminal en la muerte evitable de decenas de miles de personas y en la propagación de la enfermedad en la población de la clase trabajadora.