por Mauricio Weibel
Los altos cargos de las AFP deben declarar sus sociedades –y las de sus cónyuges– para evitar que sus negocios se beneficien con las inversiones de los fondos previsionales. Pero la norma no incluye sociedades creadas en el extranjero. CIPER detectó al menos tres directores y dos gerentes relacionados con sociedades en paraísos fiscales. Cuatro de ellos figuran directamente en esas firmas. En el quinto caso, la sociedad fue creada por sus padres y su hermano. Aunque es un grupo pequeño respecto del universo de directores y gerentes, revela un vacío legal: nadie revisa a qué se dedican estas compañías y si se relacionan con inversiones de las AFP.