por El Porteño
La conmemoración del primer aniversario del levantamiento popular del 18 de Octubre —el preámbulo de la revolución obrera en Chile— ha abierto el campo para que las fuerzas políticas burguesas en pugna se disputen la paternidad del llamado proceso constituyente y desplieguen el veneno democratista y pacifista sobre las organizaciones populares y el conjunto del movimiento social. Porque de eso se trata, el 18 de Octubre para la burguesía y sus sirvientes se inicia una nueva transición, mientras para los trabajadores se abre una nueva fase de la revolución. Clase contra clase, el proceso constitucional pretende significarse como un operativo para estabilizar el régimen por parte de sus defensores, mientras para los trabajadores y el pueblo es un espacio para organizarse y luchar de forma de acabar con la institucionalidad patronal.