por Juan Lazzari
El 18 de octubre del 2019 estallaba en Chile una rebelión cuyo grito de guerra, “no son 30 pesos, son 30 años” asombraba a toda la región. Si bien hacía parte de un alza en las luchas que se venían dando en la región por esos días, lo del país trasandino sorprendía por partida doble: primero por la magnitud y la profundidad del estallido y segundo porque Chile era la meca de las burguesías latinoamericanas, el paradigma del sueño capitalista del subdesarrollo.