por Nick Beams
Existe un creciente nerviosismo en los círculos políticos estadounidenses e internacionales sobre las consecuencias explosivas de la desigualdad social cada vez mayor, que ahora se acelera como resultado de los billones de dólares que se entregan a las élites financieras y corporativas gobernantes para garantizar que su acumulación de riqueza pueda continuar sin cesar durante la pandemia de COVID-19.